A los 87 años murió la escritora antillana Maryse Condé, quien padecía una enfermedad neurológica degenerativa que le dificultaba ver y escribir (las últimas novelas fueron dictadas a su esposo, el traductor Richard Philcox).
Condé es autora de una treintena de novelas y textos autobiográficos que permiten reflexionar sobre el vínculo entre escritura, feminismo, negritud e identidad. Vivió en África, Europa y Estados Unidos, pero logró instalarse como una de las plumas más relevantes en la escena literaria mundial luego de obtener el Nobel Alternativo en 2018.
Entre sus producciones más destacadas figuran Yo, Tituba, la bruja negra de Salem, Corazón que ríe, corazón que llora, La vida sin maquillaje, La deseada o Historia de una mujer caníbal, que llegaron a la Argentina a través del sello Impedimenta. En el marco de un homenaje en Casa de las Américas (La Habana), dijo: "Escribo a mi modo. Escribo en Maryse Condé. No hay que tener temor de desagradar. Es necesario que cada uno escriba como quiera y tenga derecho a ser lo que es”.