“Fuimos a las colonias de vacaciones del municipio porque se estaban desarrollando en un ambiente de alta probabilidad de contagios y repartimos repelentes a las personas, y también a los profesores para que advirtieran en la prevención”, dice Leonardo Fernández, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Lomas de Zamora, al dar cuenta de la experiencia en torno a la incipiente de fabricación local de repelentes, todavía e escala menor, por parte de esa entidad.

En diálogo con Buenos Aires/12, Fernández advierte que las medidas tomadas por el gobierno nacional a través del DNU dejaron en evidencia la falta de un “programa de salud a nivel país” para afrontar el aumento de casos del dengue, una mirada que es compartida por funcionarios bonaerenses y por buena parte de las diferentes dirigencias provinciales que hace frente a la epidemia. 

Intervención cero

“El problema de no prever la demanda es que para satisfacerla vos tenés que anticiparte y en el verano hubo una primera explosión que después te dio tiempo a recuperarte; sin embargo, no existe una política pública de salud en la Argentina, porque no se ve ninguna reacción ante la suba de casos de dengue", explica Fernández y se pregunta: "¿Qué medidas tomó el gobierno nacional? Se está muriendo gente por esto y sólo a nivel provincial se está asistiendo. No se está pensando en la salud de la gente, que el Estado no intervenga es muy grave”.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Lomas dice que el DNU de Milei toma prácticamente “por tontos a los farmacéuticos y que no servimos para nada” cuando son trabajadores invisibles en la sociedad: “Nos hacen ver como innecesarios en la cadena sanitaria y esta iniciativa que tuvimos con los repelentes muestra lo que podemos aportar para la salud de la gente. Así también lo hicimos durante la pandemia con el alcohol”.

Según cuenta Fernández el DNU apunta a una libre regulación de los medicamentos como si fuera “mercadería” y a su vez ordena una revisión de los medicamentos que no han presentado efectos secundarios para pasarlos a venta libre. Esto es interpretado por los farmacéuticos como un desconocimiento grave del área.

“Se está poniendo la excusa de la competencia de precios que es una mentira, porque esto ya se vivió en los años 90, cuando Argentina se convirtió en el quinto país más caro en medicamentos y ahora con esta medida vamos a retroceder 30 años con lo que tiene que ver con la seguridad del medicamento”, advirtió y añadió: “Hoy le piden a ANMAT que les pase los reportes de los de los fármacos que en cinco años no recibieron ningún reporte de efectos adversos para pasarlos a venta libre, lo que sería una locura. No todos son analgésicos”.

El filtro para el vecino a la hora de buscar un médicamente es la farmacia y cada vez se observa con mayor frecuencia como muchos de ellos no pueden obtenerlos por falta de recursos. “No se piensa en la gente, se está pensando en el negocio de dos o tres grupos empresarios y nada más, el que tiene mayor probabilidad de recursos de dinero va a conseguir todo y el que no lo tenga se quedará sin la dosis que necesita", dice. 

"Estamos sumergidos en un sálvese quien pueda, y es muy grosero que el Estado no intervenga”, sentencia Fernández.