Los dólares financieros siguieron caída libre este jueves y el blue coqueteó con bajar de los 1000 pesos, aunque al cierre de la jornada se operó a 1000, con un retroceso de 5 pesos respecto del miércoles. El contado con liquidación, mientras tanto, finalizó en 1057 pesos, al bajar 1,2 por ciento, al tiempo que el dólar mep terminó 996 pesos, con una leve suba de 0,5 por ciento, pero lejos de su pico.

En el equipo económico no sólo festejaron estas tendencias cambiarias, que van a contramano de la crisis de la economía real, sino que celebraron que los bonos soberanos subieron hasta 2,7 por ciento y el riesgo país se ubicó por debajo de los 1400 puntos.

Las cotizaciones de los dólares financieros hacen que la Argentina sea un país cada vez más caro en dólares y siembran dudas sobre la capacidad del gobierno de sostener este esquema de rapidísima apreciación real, mientras la inflación sigue en niveles de dos dígitos mensuales y el Banco Central compra dólares en el mercado de cambios gracias a la postergación de los pagos de importaciones.

En el detalle de este último punto, la autoridad monetaria alcanzó a comprar este jueves cerca de 465 millones de dólares, pero la contracara es que el equipo económico tiene una deuda cada vez más grande con importadores.

Según estimaciones del mercado, la deuda por importaciones se incrementó de manera significativa, alcanzando un aumento de 9.470 millones de dólares entre diciembre de 2023 y febrero de 2024. Este aumento se debió principalmente a la decisión del Banco Central de postergar el pago de las importaciones.

Según un informe de la consultora Analytica, "entre diciembre de 2023 y febrero de este año, el Banco Central compró en el mercado cambiario 7714 millones. El mecanismo que posibilitó el atesoramiento de divisas fue, principalmente, el aplazamiento del pago de importaciones o, en otras palabras, la generación de nueva deuda comercial".

Durante el período analizado, las importaciones devengadas alcanzaron los 12.949 millones, mientras que las efectivamente pagadas totalizaron solo 3479 millones. Esta brecha de 9470 millones representa la deuda comercial que deberá regularizarse en los próximos meses.

El informe destaca que, en el trimestre estudiado, la caída porcentual interanual más significativa en las importaciones efectivamente pagadas se registró en el sector de Electricidad (-94,4 por ciento), seguido por Maquinaria y Equipos (-86,4 por ciento), Comercio (-82,2), Industria Química, Caucho y Plástico (-80,4), Alimentos, Bebidas y Tabaco (-77,9), e Industria Automotriz (-76,1). Asimismo, se observaron bajas considerables, aunque menos pronunciadas, en los sectores de Metales Comunes y Elaboración (-65), Resto de sectores (-58,2) y Petróleo (-52).

Analytica señala que "estos porcentajes representaron tanto la imposibilidad de acceder al mercado de cambios como, principalmente en enero y febrero, menor demanda producto de la caída en el nivel de actividad".

En tanto, el campo viene incrementando la liquidación, pero todavía se encuentra lejos de los números de 2022 y 2021. Una forma de verlo es que en el complejo agropecuario apuestan por una devaluación previa a la unificación cambiaria que el gobierno asegura que se llevará adelante en los próximos meses.

En detalle, la liquidación de divisas del complejo cerealero en marzo alcanzó los 1.501 millones de dólares, un 22 por ciento más que en el mismo mes de 2023, cuando la sequía afectó fuertemente la cosecha del complejo agropecuario. En el primer trimestre, la mejora interanual fue del 61 por ciento. Sin embargo, estos niveles aún están lejos de los registrados en marzo de 2022 (2.984 millones) y marzo de 2021 (2.774 millones), los mejores períodos recientes previos a la sequía.

En cuanto a los detalles del mes pasado, los productores de maíz vendieron 2,1 millones de toneladas y las ventas futuras de soja alcanzaron 6,2 millones de toneladas entre enero y el 20 de marzo. La mejora en la liquidación se da en un contexto en el que parte del campo reclama por una devaluación ante un supuesto atraso cambiario, mientras observa de cerca las medidas del Banco Central.