“Sepa que El Golpe es un libro que pesa unos 300 gramos, que mide 14 cm de ancho por 22 de alto, con 235 páginas en un papel ahuesado muy lindo que no hace mal a la vista. ¿Y las tapas? Las tapas tienen una foto de dos angelitos en Salta (alerta de spoiler) y un cielo surrealista en papel ilustración. Y ya sé lo que está pensando, ¿trae solapas?, sí, ambas, con foto del autor y una bio autobombo”.
Esto lo escribe el autor de la obra, Alejandro Dallacaminá, nacido en Orán en 1983, quien “estudió Comunicaciones Sociales, Letras y Gestión Cultural. Su primer libro de cuentos, Yoes y mentiras, publicado en 2004, fue ganador del primer premio en el Concurso Literario Provincial de Salta. Sus cuentos obtuvieron reconocimientos en diferentes certámenes y fueron seleccionados y publicados en antologías de Salta, Tucumán y Santiago del Estero. Realizó el máster de Escritura Creativa de la UPF de Barcelona”, tal como lo marca su biografía personal.
Alejandro comparte algunas pistas más de la obra: “Peeeeero, sepa también que El Golpe es un libro que yo no recomendaría: los personajes son bastante crueles, gente con malas intenciones. Es verdad que son graciosos, grotescos y gritones, entre otros adjetivos que no empiezan con g. Hay escenas explícitas, se burlan de todo, mastican con la boca abierta, pero algunos domingos van a misa. En definitiva queda a su criterio comprarlo, también puede comprarlo y no leerlo, o esperar a que alguien lo venda en la Feria del Parque San Martín”.
Con esta pícara y sugestiva presentación, Dallacaminá rompe el hielo, patea el tablero y se sumerge en una conversación sobre su opera prima.
-¿Cuando nace la idea de El Golpe?
-La primera frase, “Al principio era un secreto, pero esta ciudad no se calla nunca”, la escribí allá en 2017. No siempre se empieza por el principio, pero para mí fue un disparador porque hacía poco había recibido un mail donde me confirmaban la admisión como alumno en el Máster de Escritura Literaria de Barcelona. Me iba con una frase que era un hilo para tironear, no sabía qué más había allí todavía (y eso fue cambiando muchas veces), sin embargo, era una guarida conocida y cuando se está lejos es necesario ese espacio. Me gustaba porque había densidad: empieza igual que algunas traducciones de la Biblia “Al principio era…”, y a pesar de que no tenía una historia tenía pistas: había un secreto, una ciudad y alguien en esa ciudad que se había enterado de ese secreto. Y además tenía un tono, que para mí era lo más importante.
-¿Cuánto llevo la escritura de la obra y como fue el proceso?
-El proceso de escritura en sí fueron dos años más o menos, y fue artesanal, físico. Todas las mañanas poniendo el despertador a las 5.30 para levantarme a escribir. Fui lo más disciplinado y constante que pude, todas las mañanas escribiendo y todas las tardes leyendo bibliografía que había seleccionado o me habían recomendado para nutrir El golpe. Esa fue la parte más divertida, crear desde cero, pensar estructuras, géneros, personajes y situaciones. No perder el tono. Después me tomé un tiempo para alejarme del texto y poder volver a verlo con perspectiva. Y ahí te das cuenta qué cosas no funcionaban, qué ideas estaban solo en mi cabeza y no llegaban al papel. Corregir, admitir errores, darle el material a otros para que lo lean, gente que pueda ser cruelmente sincera. Esas lecturas fueron un aprendizaje enorme. Y una tercer etapa es la edición, que también es un proyecto titánico en estos tiempos.
-Desde que nace la idea hasta hoy que se edita pasaron alrededor de siete años. Vos cambiaste en tantos años, ¿la obra cambió?
-Sí, yo soy otro sin dudas. La obra es muy atrevida, ambiciosa, grotesca, tiene desbordes por todos lados. Y quizás hoy me daría más prurito escribir eso. Pero también forma parte de mi, uno solo puede escribir desde uno mismo: con sus creencias, sus recorridos, sus miedos, sus obsesiones y pasiones.
-¿Cuál es la necesidad personal que encontrás para escribir una novela?
-Siempre escribí narrativa, cuentos, microrrelatos, aunque tengo alguna poesía, creo que la prosa e incluso los diálogos son perfectos para mostrar un lirismo urbano, hecho de hormigón, donde los párrafos son mampostería para la historia. Y la novela surge por esa ambición de contarlo todo. Desarrollar con soltura un personaje, su infancia, cómo llegó hasta ahí, porque actúa así. La novela tiene un presente que cuenta el golpe (los capítulos se llaman Hechos) y tiene el pasado de esos personajes que sucede en los 90 en Salta (que se llaman Génesis). Pero esa ambición llevó a sumar otros capítulos: Según El Griego, Según Cornelio, Última Cena, Éxodo, y por supuesto, Apocalipsis. El género te ordena todo eso. La novela tiene 3 partes y cada una de ellas, 12 capítulos.
-¿Qué se va a encontrar el lector cuando comience a ojear El Golpe?
-Se van a encontrar con el Griego y Cornelio junto a otros delirantes armando el plan para dar el golpe. Argentinos, contemporáneos, delincuentes impiadosos pero que bien podrían ser un concuñado.
-Luego de la preventa, ¿cómo imaginaste o pensaste las presentaciones?
-Luego se distribuirá en librerías y me gustaría hacer presentaciones en lugares vinculados a la trama y a mi vida (me mudé muchas veces). También tengo programados algunos cruces de la novela con otras disciplinas como dibujo, música y audiovisual, eso va a ocurrir en las presentaciones en vivo y en redes.
-¿Ya surge de la idea de otra novela?
-Hace poco, cuando vino Selva Almada a la Feria del Libro, le conté de El golpe y de la segunda novela que estoy escribiendo y no logro terminar. Ella me dijo que tenía que publicar El golpe de una vez, dar por terminada esa etapa para poder seguir produciendo. Confío en que así sucederá. Ya tiene título incluso, se llama Hoy función y es la historia, mes a mes, de un hombre que es director del Teatro Provincial de Salta durante un año.
La preventa de El Golpe comenzó el 1 de abril y se extenderá hasta el 15 del mes. Se puede ingresar al espacio para generar la compra haciendo click aquí. También esta disponible el primer capitulo de esta novela salteña pinchando en el siguiente link.