En el ámbito del jazz criollo, tener ocho discos publicados es señal de, por lo menos, obstinación. Pero hay mucho más que eso en la música de Andrés Hayes, compositor y saxofonista que acaba de editar Luces hoy, un álbum con música propia, el octavo de su producción. Desde hace una semana el disco viaja orondo por las plataformas y este domingo tendrá su bautismo ante el público. A las 21.30 en Bebop Club, el reducto jazzero de Uriarte 1658. Con Hayes estarán los músicos que grabaron: el trompetista Juan Cruz de Urquiza, el contrabajista Ezequiel Dutil, Bruno Varela en batería y los guitarristas Damien Poots y Pablo Passini. También la cantante y autora Juana Sallies, responsable junto a Hayes de uno de los rasgos distintivos de Luces hoy: las canciones.
“Componer canciones me puso de algún modo en otro lugar”, asegura Hayes en charla con Página/12. “El desafío pasaba introducir canciones sin alterar el concepto de la música que venimos haciendo con este grupo. Desde hace tiempo trabajamos con Juana, con una dinámica que se da de forma muy natural, atentos a estar más cerca del modelo de estándar, sin estribillo, que de la canción genérica”, continua el saxofonista. “En general compongo sobre el piano y cuando sale una música que siento cerca de su sensibilidad se la paso, para que pruebe a ponerle palabras. Las letras de Juana son muy sugestivas, juegan con la metáfora, con climas por momentos oníricos, elabora imágenes que se llevan muy bien con mi música. Vivimos rodeados de literalidad y animarse a la poesía es dar ese salto al vacío. La poesía y el jazz comparten ese gusto por el riesgo y Juana lo entiende a la perfección porque conoce esos dos mundos”, agrega el músico.
“Las flechas” es la primera canción, que además abre el disco. “Acerca del recuerdo” y el tema que da nombre al trabajo, en el cierre, son otras muestras de un lirismo sensible e inteligente, que por momentos suenan como ofrendas agradecidas al milagro de que por este lado del mundo haya vivido un artista como Luis Alberto Spinetta. El enérgico “Colibri” –con buenos solos de Juan Cruz de Urquiza y el mismo Hayes–, contrasta con el remanso de “El largo adiós”, después del arltiano “Los siete locos”, acaso una conversación con “El juguete rabioso” que está en Siete, el disco anterior de Hayes. La rearmonización de un coral de Bach, en el que la voz de Sallies es un instrumento más, y una versión de “Invitation” de Bronisław Kaper , completan un trabajo que, como es habitual en Hayes, equilibra con refinado criterio jazzístico escritura y performance.
“Salvo Facundo Flores, que está como percusionista invitado, y Pablo Passini que se incorporó en lugar de Ramiro Franceschin, el grupo de músicos de Luces hoy es el mismo que estuvo conmigo en Siete, mi disco anterior”, asegura Hayes. El dato da cuenta de la importancia de una continuidad y la posibilidad de desarrollar una idea a largo plazo. “Contar con los mismos músicos abre posibilidades musicales importantes. Entre nosotros existe una fuerte conexión que consolidó un sonido. Yo escribo lo que quiero que toquen y a partir de eso ellos tocan como saben tocar. En esa tensión termina de definirse la música. Por eso es muy importante el hecho de grabar todos juntos, como un vivo, incluso para la voz, que de pronto se encuentra sumergida en el sonido de los instrumentistas”, destaca el saxofonista, que se apura a destacar otra continuidad importante: “Con el ingeniero de sonido Juan Pablo Alcaro ya llevamos cinco discos trabajando juntos y Jano Seitún es el autor de las tapas de mis discos anteriores, Marea Alta y Siete, y también de Luces hoy”.
Son ocho los temas de Luces hoy. Un recorrido por una variedad de climas y formas de expresión. En una época, dicen, de escuchas “random”, Hayes resiste a favor de la idea de disco como concepto. “El chamuyo de la escucha random es para el mainstream. En el jazz la libertad está de nuestro lado y en nuestros oyentes se mantiene un horizonte de expectativa que tiene que ver con ordenar la variedad. Yo saco “simples”, que siempre existieron, pero cuando armo un álbum de música lo pienso con los equilibrios y el arco narrativo de un disco”, asegura Hayes.
–¿Cómo será la presentación en vivo de Luces hoy?
–En el jazz nunca pasa la misma cosa dos veces. El otro día hicimos un ensayo y sonaba bárbaro, mejor que en el disco. Siempre la presentación de un disco suena mejor que la grabación, al punto que decís ‘uh, debería grabar ahora’. Pero resulta que si no grabaste antes no tenés nada para presentar… En fin, el disco es apenas una fotografía de lo que pasó. La música es un organismo vivo, siempre trae cosas nuevas.