El exministro de Defensa de la Nación Agustín Rossi cuestionó la reunión entre Javier Milei y la comandante del Comando Sur estadounidense, Laura Richardson, y calificó la política exterior del Gobierno de "alineamiento automático" con el país del norte.
"Cuando yo era ministro de Defensa, vino el anterior jefe del Comando Sur y lo hice acompañar por el jefe del Estado Mayor Conjunto, que era su par. No fui yo, ni el jefe de Gabinete ni el Presidente", señaló Rossi en AM750.
La no estrategia de Milei
El dirigente peronista rosarino advirtió que la escena de este viernes por la medianoche en Ushuaia protagonizada por el Presidente junto al ministro de Defensa, Luis Petri, no es un caso aislado en estos tres meses de administración mileísta.
Quince días atrás, Argentina recibió al jefe de la CIA, William Burns, quien, según explicó Rossi, sólo visita países en los que tiene expectativas de realizar operaciones de inteligencia en forma conjunta.
Otro episodio similar fue la compra de los aviones F16 provenientes de Dinamarca con el visto bueno de Estados Unidos. "Había otra oferta, desde mi punto de vista más considerable, que eran los JF-17 chinos, aviones nuevos 0km", opinó el exfuncionario.
En apenas 100 días, el Gobierno nacional hizo todos los esfuerzos por demostrar su favoritismo a la potencia occidental. "Algunos lo asemejan a las relaciones carnales de los '90, pero en ese momento el mundo era unipolar, había caído la Unión Soviética, habían derribado el Muro de Berlín y Norteamérica aparecía como único polo hegemónico en el mundo", argumentó Rossi en Campana en 750.
En aquel entonces, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Italia, Francia y Gran Bretaña conformaron el G7 y eran dueños de más del 30 por ciento del PBI mundial. Hoy, en cambio, están cerca del 20 por ciento.
Por el contrario, el mundo actual es multipolar. Prueba de esto es la creación del BRICS: "Ese grupo de países al cual estúpidamente renunciamos a participar, cosa que ni (Jair) Bolsonaro hizo, representa casi el 30 por ciento", agregó Rossi.
La base norteamericana
Para el exinterventor de la AFI, el puerto en territorio austral que Estados Unidos promociona responde en mayor medida a que China no se instale en el lugar. El proyecto ya existía, era una vieja idea de la Armada argentina que, según explicó Rossi, se imaginó con recursos propios y financiamiento de algún organismo internacional, pero no en conjunto con ningún otro país.
Al respecto, advirtió que, de llevarse adelante la propuesta, debería pasar por el Congreso, como fue el caso de la base espacial china ubicada en Neuquén durante la presidencia de Cristina Kirchner.
Por último, Rossi sostuvo que la instalación de una base estadounidense en Ushuaia y la compra de los aviones dinamarqueses fue previamente consultada por Estados Unidos a Gran Bretaña, dado que ambos países mantienen un acuerdo de interoperabilidad entre sus Fuerzas Armadas, un pacto que supone un escalón más arriba a la simple cooperación bélica entre países: "Así que dejen de cantar la marchita de Malvinas", ironizó.