Desde Lima
Interrogada este viernes por más de cinco horas por el fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, sobre el origen de tres relojes Rolex -medios de prensa hablan de cuatro relojes- y otras costosas joyas -que según expertos valdrían alrededor de medio millón de dólares-, en una investigación por enriquecimiento ilícito y la no declaración de bienes, la presidenta Dina Boluarte respondió que los relojes eran prestados y las joyas bijouterie fina. Así lo dijo la presidenta en un pronunciamiento dado en Palacio de Gobierno luego de su presentación en la Fiscalía. Una coartada de defensa que ha dejado muchas dudas.
"Dina asesina"
Acorralada por el escándalo del “Rolexgate”, Boluarte declaró ante el fiscal general después de haberse negado a asistir a una citación anterior y que su casa particular y la vivienda presidencial oficia en Palacio de Gobierno, fueran allanadas. Mientras la presidenta rendía su manifestación, cerca de la Fiscalía manifestantes gritaban “Dina corrupta”. También se escuchó repetidas veces “Dina asesina”, en referencia a los 49 muertos por disparos de las fuerzas de seguridad en la represión a las manifestaciones antigubernamentales de fines de 2022 e inicios de 2023. Al lugar también llegaron personas movilizadas para respaldar a la cuestionada mandataria. La zona estuvo fuertemente custodiada por la policía, que cerró la calle de ingreso y salida de la Fiscalía.
Boluarte afirmó que los Rolex se los había prestado el gobernador de la región Ayacucho, Wilfredo Oscorima, a quien llamó un amigo muy cercano, un hermano. La gestión de Oscorima ha sido especialmente beneficiada por el gobierno en el reparto del presupuesto. Este año, su amiga Boluarte le dio una ampliación presupuestal de 100 millones de soles (27,1 millones de dólares). Boluarte señaló que fue un error aceptar los relojes y que ya los había devuelto. La Fiscalía le había indicado que debía entregar los Rolex, pero no lo hizo porque dice que ya no los tiene.
Esta versión contradice sus propias declaraciones. Al estallar el escándalo de los Rolex preguntada por el Rolex de oro y brillantes con el que aparecía en una foto, respondió que era “de antaño” y lo había comprado con sus ahorros. Ahora dice que se refería a otro reloj, no un Rolex, que ella compró hace dos años. En el allanamiento a su casa se encontró la documentación de compra y el certificado de garantía de un Rolex que costó alrededor de 19 mil dólares comprado en 2023. Tratando de explicar por qué tenía esa documentación de un reloj que dice no es suyo, dijo que su amigo el gobernador le había prestado los relojes con esa documentación y seguro se había olvidado de dársela cuando se los devolvió. Sonó muy poco convincente, como toda su defensa con la historia del supuesto préstamo.
Un gobernador bajo sospecha
La carrera política de Oscorima está relacionada con un largo listado de acusaciones por corrupción. Fue gobernador de Ayacucho en dos periodos consecutivos, entre 2011-2014 y 2015-2018, y volvió al cargo en enero de 2023. Durante segundo mandato, fue condenado en 2015 a cinco años por corrupción. Fue encarcelado después de estar nueve meses prófugo -intentó sobornar a los policías que lo detuvieron-, pero en 2017 fue absuelto en una instancia superior y liberado retomó su cargo de gobernador. Actualmente enfrenta varios procesos por corrupción. Gobernador de una de las regiones más pobres del país, Oscorima hace alarde de su fortuna y de su gusto por los Rolex.
Boluarte elogió al cuestionado gobernador que ella dice le prestó esos costosos relojes. Señaló que su amistad se estrechó cuando Oscorima la respaldó durante las protestas sociales de fines de 2022 e inicios de 2023 que exigían su renuncia y el adelanto de elecciones y apoyó la represión. En Ayacucho esa represión dejó diez muertos por disparos de los militares.
Incremento patrimonial
La presidenta también es investigada por un incremento no explicado de 117 mil dólares en los bienes que ha declarado, y por ingresos de 298 mil dólares en sus cuentas bancarias. El desbalance en sus bienes se da desde que ingresó al gobierno en julio de 2021 como vicepresidenta y ministra, y 2023, luego de haber asumido la presidencia en diciembre de 2022 después de la destitución de Pedro Castillo. Este incremento de sus bienes no incluye los Rolex y las otras joya no declaradas.
Los depósitos a sus cuentas bancarias que son investigados, que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) sospecha podrían estar vinculados al lavado de activos, se han dado entre agosto de 2016 y agosto de 2022. En esos años, antes de ejercer la vicepresidencia y ser ministra de Desarrollo e Inclusión Social, estuvo encargada de manejar los fondos de la campaña electoral de Castillo en 2021 y fue candidata sin éxito en 2020 al Congreso y en 2018 a la alcaldía del distrito limeño de Surquillo, donde vive. También fue presidenta del Club Apurímac, que agrupa a los residentes en Lima de esa región andina. Según lo revelado por la UIF recursos de ese club fueron a cuentas de Boluarte. Sobre esto, Boluarte no se pronunció.
La congresista de izquierda Ruth Luque calificó como “una mentira” la versión del préstamo y a Boluarte como “una presidenta mentirosa que nos quiere ver la caro de tontos pensando que vamos a creer esa historia”. El legislador independiente de centroderecha Carlos Anderson también cuestionó duramente las explicaciones de la mandataria: “Lo que ha dicho es de un gran cinismo. Trata a los peruanos como si fuéramos idiotas para creer eso. Con este grado de incapacidad moral no puede seguir gobernando”. Pero la presidenta sigue teniendo el respaldo de las bancadas de derecha y ultraderecha, con el fujimorismo en un rol central, que tienen la mayoría en el Congreso y la sostienen.
Protección parlamentaria
Boluarte le agradeció a esa mayoría parlamentaria por su apoyo al haber bloqueado dos mociones de vacancia presidencial por incapacidad moral y haberle dado el voto de confianza al gabinete ministerial reestructurado en una muestra de respaldo al gobierno en medio de este escándalo de acusaciones de enriquecimiento ilícito a la mandataria. Se ha presentado en el Parlamento una acusación constitucional contra la presidenta por este caso, pero el respaldo que tiene de la derecha que controla el Congreso también la salvaría de esta acusación.
Esta protección en el Congreso, sin embargo, no libra a Boluarte del avance de la investigación fiscal y del duro impacto por este escándalo. Si Boluarte y su gobierno creen que con la explicación dada por la presidenta se cierra el escándalo del “Rolexgate”, que suma otras acusaciones, se equivocan. La versión de la mandataria tiene muchos flancos débiles y contradicciones, y eso la complicaría más en la investigación fiscal. Esa defensa poco creíble, ensayada después de un largo silencio, suma al descrédito y falta de credibilidad de una presidenta que tiene apenas ocho por ciento de aprobación. Al cierre de esta nota, comenzaba en Lima una movilización de protesta contra Boluarte y el fujimorismo. Este cinco de abril se cumple el aniversario 32 del golpe de estado del dictador Alberto Fujimori.
Acusaciones judiciales por corrupción y violaciones a los derechos humanos, y en algunos casos la cárcel, ha sido el destino de los últimos presidentes peruanos. Ahora es la hora de Boluarte, acusada por esos dos cargos.