"Hubo una explosión libertaria en la juventud, pero hoy se está desinflando", dice Brenda Vargas Matyi, diputada nacional de Unión por la Patria, que la legisladora más joven en ingresar a la Cámara de Diputados de la Nación en 2021, con tan sólo 26 años. Desde su mirada, Axel Kicillof está llevando una tarea que no le corresponde, pero que hace por convicción: subsanar la ausencia del Estado nacional entre los bonaerenses.
En una charla con Buenos Aires/12, la legisladora sostiene que el escenario entre los jóvenes se está “dando vuelta” ante la falta de respuestas del Gobierno nacional a sus necesidades. “Los pibes van a buscar a quien trabaje con y para ellos”, señala Vargas Matyi, que hoy tiene 29.
Nacida en San Justo, en el municipio de La Matanza, fue secretaria de Juventud del distrito hasta que asumió como diputada. Integrante del equipo del intendente local, Fernando Espinoza, señala que está convencida de que el peronismo tiene un discurso que sigue siendo permeable en la juventud y que puede exponerse en medios de comunicación como los canales de streaming y las propias redes sociales.
“Lo que no va a suceder es que un gobernador peronista esté ocho horas en las redes como hace el Presidente, porque es tiempo que le quita a la gestión pública”, dice.
—¿Por qué afirma que se está desinflando el apoyo de la juventud a Javier Milei?
—Me parece que los libertarios aprovecharon un momento. Trabajaron sobre la bronca y la frustración de los pibes y las pibas. Es algo que lo entiendo porque soy peronista y la sensibilidad la tengo. Pudieron conectar desde un lugar negativo, pero ese lugar negativo no está dando respuestas.
—¿Eso qué significa?
—Si no das respuestas, el escenario político se va a dar vuelta y los pibes van a buscar a quien trabaje con y para ellos. Veo que el apoyo se está desinflando, que no hay una defensa irrestricta en muchas cuestiones que plantea el Gobierno nacional. Hay sectores que antes de las elecciones parecían muy fuertes, como los de las redes sociales, que se están desinflando. Además de que tampoco tienen fortaleza territorial.
—¿Cuáles son las respuestas que esperan los jóvenes?
—Seguramente ya no sea contar con una casa, porque con la pérdida del poder adquisitivo de los últimos ocho años, con el poco trabajo registrado que se agregó, y la deuda que tenemos sobre la espalda es muy difícil pensar en la vivienda propia. De todas formas, es una gran deuda de la democracia el alto déficit habitacional. Pero, si bien creo que objetivos así están alejados, sí está presente el camino por medio del cual se llega, y eso es formarse y profesionalizarse. Se trata de herramientas que el Estado nacional debe garantizar, que son herramientas que brinda ascenso social, y que hoy este gobierno no brinda o desfinancia. Me preocupa mucho lo que pueda pasar en estos años con Milei, y creo que a la mayoría de los pibes les empieza a picar el bichito y les preocupa que esto que viven hoy dure cuatro años más.
—¿El peronismo tiene un discurso que interpela a la juventud?
—El peronismo interpela con respuestas ante la ausencia del Estado nacional. Además, en los gobiernos municipales, por ejemplo, se gobiernan con mucha participación de los pibes dentro de la gestión.
—¿Puede llegar con ese mensaje a través de las redes sociales?
—Claro que el mensaje se puede transmitir por redes. Es el nuevo mecanismo de comunicación inmediata y allí se puede dar el mensaje de soberanía política, independencia económica y justicia social. Obviamente que es algo que está en las antípodas libertarias, pero creemos que se puede comunicar con otro mensaje. Seguramente no habrá un gobernador o intendente peronista que esté ocho horas en las redes, por eso como dijo Kicillof y Espinoza en el último acto en La Matanza, el tiempo que utiliza el Presidente en redes sociales es tiempo no invertido en gestión pública.
—¿Consume canales de streaming?
—Miro un poquito de todo, no tenemos demasiado tiempo. Me gusta llegar a casa y poner de fondo quizás Olga TV que me parece que tomó un posicionamiento más interesante pasadas las elecciones, mostrando un vínculo entre los jóvenes y la política. No vivimos en un termo o un freezer. Ahora está de moda decir “finjamos demencia”. Entiendo que el contexto es difícil y afecta hasta la salud mental, pero los medios de comunicación no pueden estar fingiendo demencia.
—¿Cree que hay un público joven dispuesto a escuchar un stream que hable de las tres banderas del peronismo?
—Sí, estoy profundamente convencida.
—¿Por qué?
—Esta semana, por ejemplo, que venimos del 24 de marzo y el 2 de abril, venimos hablando en los barrios de soberanía política, de independencia económica y de qué significa el imperialismo. Sobre cómo interrumpe el imperialismo en la soberanía política o en tu territorio. Y ese discurso se movió en las redes y los canales de stream. Y llega a los pibes. Justo estoy ahora preparando una actividad con Fabio Santana, veterano de Malvinas muy conocido de La Matanza que además es artista. En estos días estuvo en Olga TV en uno de los stream más vistos del país dando un mensaje de soberanía política, independencia económica y justicia social. Y los pibes escuchan y son permeables. Hay que salir de la idea de que los pibes son súper cerrados a pensar que todo lo destruimos con motosierra.
—Pero el apoyo de los jóvenes a Milei fue muy alto en el balotaje.
—Parece que les tiramos todo a los pibes del Twitter y el Twitch y los resultados electorales marcan que no fueron los únicos engañados con este mensaje. No es tan así, y lo vengo diciendo desde el año pasado. Además, el debate no se da sólo en redes y tampoco en los partidos políticos. Hay un montón de espacios que no tienen que ver con los partidos políticos donde se hace política.
—¿Cuáles?
—Desde un centro de estudiantes a un centro comunitario, hasta un comedor o una biblioteca popular. Un club de barrio también, donde ese pibe que termina el baby fútbol y se queda acompañando al club, a las familias, que de esa manera está tomando una definición que creo que esta más cerca de cómo podemos pensar nosotros y no en un individualismo.
—¿La política sigue siendo representativa para la juventud?
—Creo que muchos pibes toman el bastón de mariscal y son representantes de sus sectores. No en todos los espacios, pero se ve. Veo también nuevas generaciones que se suman a la Cámara de Diputados. Años atrás no se pensaba en que pudiera haber diputados con menos de 30 años. Cuando tenemos encuentros con pibes y pibas reconocen a quienes hoy los representamos, y eso va más allá de su persona. Hablan de crear un centro de estudiantes, tener un centro cultural o ser representativo como tal dirigente. Hay mucha juventud militando que no lo hace por el hecho de no delegar su representación, sino que lo hace por asumir responsabilidades con convicciones.
—¿La sociedad votó menos Estado o votó un Estado diferente?
—Bueno, esa es una buena pregunta para un votante de este gobierno. Yo, particularmente, creo que fueron estafados. Votaron por un Estado diferente y hoy tienen un Estado ausente que se puede ver claramente con el manejo de la epidemia del dengue.
—¿Considera que está bien lo que hace Kicillof de subsanar esa ausencia en la provincia?
—No debería, porque para eso existen los distintos niveles del Estado nacional. Pero tenemos un compromiso político y una posición ideológica: un Estado presente y un pueblo solidario. Y en eso trabaja el gobernador. Milei ya dijo que no le interesa la provincia de Buenos Aires y lo manifestó de cara al Pacto de Mayo. El Presidente tiene que entender que lo que hace no es otra cosa que ir en contra de los bonaerenses, no contra Axel. Son recursos de la provincia los que recorta. Por eso el gobernador actúa bien, porque sus electores lo votaron para que los cuiden.
—En una entrevista, el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, el dirigente radical Emiliano Yacobitti, dijo que “no es compatible educarse en la UBA y votar a Milei”, ¿Coincide?
—En parte. Uno no puede saber qué puede o no hacer alguien con su voto. El posicionamiento político va más allá de la universidad que uno elija para estudiar. Creo que tiene que ver con otros pensamientos también. Sí me parece que hay una contradicción entre ir a la universidad pública que tiene un presupuesto estatal de origen nacional y votar a alguien que en campaña anunciaba que iba a reducir el presupuesto para la educación de gestión estatal. Es una contradicción, sí. Pero, como dije, creo que muchos argentinos han caído en una estafa.
—¿Cuál es el estado de la Universidad Nacional de La Matanza a partir de los recortes presupuestarios?
—Difícil, como todas. Estamos rascando el fondo de la olla, como se dice. Se está trabajando en cursadas híbridas. A las universidades les cuesta pagar la tarifa de energía eléctrica. No se le puede dar aumentos a los docentes como corresponde, no se puede mantener la infraestructura. Si este tipo de reducción de presupuesto continua hará que la universidad se caiga a pedazos. Si pasa esto, después cuesta mucho recuperarse. Es como la historia de las escuelas técnicas. Recuperarla no es solo plata, es tiempo.
—¿Cómo viven los barrios de La Matanza este momento económico?
—Con dolor, sobre todo porque los matanceros no eligieron esto. Acá no se dejaron engañar por espejitos de colores y el peronismo le sacó 20 puntos al espacio de Milei. Vemos obras públicas de viviendas y de agua paralizadas, gente que pierde su trabajo, pibes que van a la escuela a comer, abuelos que piden asistencia alimentaria, y hoy una familia tipo no puede pagar los servicios. Es doloroso porque no elegimos esto y nos tocó el sufrimiento a todos.
—¿Qué fue lo más complejo que percibió?
—El inicio de clases fue durísimo. Muchos nos decían que sus hijos iban a empezar una semana del 1 de marzo porque cobraban una semana después y no le pudieron comprar las cosas para la escuela.
—¿Cómo se subsana el discurso que dice que "el peronismo gobernó 16 de los últimos 20 años y hoy se ven niveles muy profundos de pobreza en La Matanza”?
—Es un discurso muy engañoso y que esconde varias mentiras. La primera pasa por desconocer la historia reciente de La Matanza. No es el mismo distrito de los años 2000. Recién hablamos de la universidad, y hoy en vez de una tenemos dos. Teníamos dos hospitales nacionales y hoy tenemos tres, tenemos autopistas, redes cloacales, nuevos accesos a servicios de agua y electricidad, comisarías en todas las localidades, siete polideportivos, urbanizaciones de villas que son reconocidas en el mundo. Puedo seguir.
—¿Por qué se repite ese discurso?
—Porque nos consideran ciudadanos de segunda, por eso ponen siempre las mismas fotos. Nos estigmatizan. Lo dice siempre el intendente Espinoza, nosotros tenemos un presupuesto por habitante que es el 4 por ciento del que tiene la Ciudad de Buenos Aires. Además, no podemos separar a La Matanza del resto del conurbano donde compartimos los mismos problemas, donde hay muchas deudas de la democracia. Hay que recordar el injusto sistema de coparticipación por el cual la provincia aporta el 40 por ciento y recibe el 20. Y ahora todos esos problemas potenciados por este Gobierno.
—¿A qué se refiere?
—Hoy todo es más rápido que en los tiempos de Mauricio Macri, donde en La Matanza cerraron 200 fábricas, por ejemplo. Ahora, también es más crudo. Pasaron sólo cien días y los números son durísimos. Aumentó un 10 por ciento la pobreza con las políticas de esta gestión, y cayó un 50 por ciento el consumo en las farmacias. Va a llevar tiempo restaurar lo que destruya la locura libertaria. Es una topadora sobre una casa que tardó años en construirse.
—¿Hay diálogo fluido con el resto de bloques opositores de cara al tratamiento de la Ley ómnibus y el DNU?
—Se viene charlando con otros bloques, no con los oficialistas ni con el presidente de la Cámara. Lamentablemente, el pie del diálogo fue las amenazas a de muerte que recibieron los legisladores de otros bloques durante el tratamiento de la Ley ómnibus y por el ajuste en las provincias. Era inevitable que los diputados se junten con otros bloques y con los gobernadores para avanzar sobre estos temas. Estamos trabajado con un proyecto que anda circulando de la Ley ómnibus y seguimos exigiendo que se trate el DNU porque mientras siga vigente sigue haciendo daño.
—¿Hay relación con el radicalismo?
—Me parece que tienen una crisis de representatividad. Rodrigo De Loredo debería conducir la bancada del radicalismo pero ya votó dividida en el tratamiento de Ley de Bases. Se vio ahora la división en la última sesión con la ley de movilidad jubilatoria, donde algunos bajaron a dar quórum y otros no. Muchas veces De Loredo tiene un discurso que no se coindice con sus actos. Pero bueno, mejor que decir es hacer, pero quizás como es radical no lo tiene en cuenta.
—¿Es momento de que haya un buen vínculo entre el radicalismo el peronismo?
—Sí, y con todos los partidos. Hoy está en peligro los partidos políticos y la democracia. Se ve claro con los ajustes en la cultura y la educación. Si ambas no hay posibilidad de construir pensamiento crítico y eso tiene que preocuparnos.
—¿Qué le pareció el encuentro de Milei con la generala estadounidense Laura Richardson en Tierra del Fuego?
—Primero hay que romper con una mentira que siempre se dice y es que Argentina estaba aislada del mundo. No es así. Lo que pasa es que tener una relación con Estados Unidos en donde izan su bandera delante de la nuestra no se puede definir como una relación buena o mala: eso es vender el país. En política exterior siempre tiene que estar por delante la soberanía, algo que no veo en este gobierno.