El ministro de Economía de la Provincia de Buenos Aires, Pablo López, destacó este sábado que el primer mandato de Axel Kicillof finalizó con niveles de actividad superiores al cierre de su antecesora, la macrista María Eugenia Vidal.
Según los datos que se desprenden del Indicador Trimestral de Actividad Económica de la Provincia (ITAE) el cuarto trimestre de 2023 cerró en un nivel similar al mismo periodo de 2022 y alcanzó niveles un 5,7 por ciento superiores a 2019.
En un pequeño hilo compartido en la red social X, el ministro de Economía provincial apuntó contra el discurso libertario y afirmó que “mientras el Gobierno Nacional pretende instalar que la economía estaba destruida, los datos evidencian lo contrario” y toma como ejemplo el desarrollo bonaerense, que durante los primeros meses del 2024 se ve fuertemente afectado por las políticas nacionales.
Según da cuenta el informe, en la comparativa con el último trimestre del macrismo en la gestión bonaerense, donde la actividad medida por el ITAE se había contraído en más de 7 puntos respecto de 2015, el sector que más traccionó el crecimiento fue el de los Servicios, que creció un 5,9 por ciento, mientras que el componente de Bienes acompañó esta tendencia con una mejora del 5,5 por ciento.
“Durante nuestro primer mandato, existió una gran reactivación económica luego de la pandemia y de la crisis que dejó el macrismo y a pesar de la histórica sequía”, destacó López respecto a los cuatro años de gestión que Kicillof, que fueron la base para que la sociedad revalidara su confianza en las elecciones de octubre del año pasado.
“De acá en adelante, debemos enfocar los esfuerzos en minimizar y combatir los efectos regresivos de las políticas nacionales”, aseguró López que enumeró como principales consecuencias de la política nacional a la “licuación de ingresos y ahorros, el parate indiscriminado de la inversión pública, y la desprotección del mercado interno y el empleo”.
Hace menos de un mes, cuando los análisis de la política nacional se concentraban en torno a los primeros cien días de gobierno libertario, López advertía sobre lo que consideraba “una masacre social”, por la caída generalizada de todos los índices. "Estos planes de ajuste y desindustrialización reducen los ingresos públicos porque la recesión y el desempleo que generan desmoronan la recaudación", decía Kicillof mirando los mismos números.
Los datos se consolidaron en la variación bimestral promedio que toma la base de diciembre-enero en el que la construcción cayó un 16,9 por ciento; la industria un 11,8; y el comercio un 9,2 por ciento.
En ese tiempo, los salarios registrados cayeron un 17,2 por ciento y los no registrados se desplomaron, según el INDEC, en un 33,8 por ciento. La baja en el índice de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) fue del 21 por ciento.