La movida llamó la atención a todo el sector del consumo masivo, pero tiene una explicación. El ministro de Economía, Luis Caputo, salió días atrás a promocionar de manera muy enfática una supuesta baja en los precios de una multinacional del supermercadismo que, en un rubro derrumbado por la recesión, se acercó particularmente al gobierno de Javier Milei mientras el resto de las cadenas hacen malabares para ver cómo evitan la catástrofe de ventas en las góndolas. ¿Por qué el ministro publicitó a la chilena Cencosud o bien por qué la dueña de Jumbo, Disco y Vea salió del bajo perfil para exponerse? Porque existe una relación muy estrecha, casi de amistad, entre Caputo y un alto gerente con poder de decisión dentro de ese grupo. Una relación de años, de esas que el funcionario nacional tiene en cantidad y que permiten no sólo que los ceos jueguen dentro del gobierno de Milei a gusto y piacere, sino que además empiezan a generar rumores internos en la cartera de Hacienda.
En el caso de Cencosud, la cercanía hizo que, en los tres meses de gobierno libertario, la cadena se plegara, en soledad, a tres consignas de Caputo para tratar de instalar en la agenda la idea de que hay en marcha un proceso de desinflación sustentable. Algo inédito para una firma multinacional en Argentina, dado que se suelen correr de asuntos internos de la política. Además el ministro, a decir verdad algo descuidado para haber sido un banquero especulativo del Deustche, volvió a hablar de Jumbo en su entrevista del viernes con TN, en la cual utilizó datos de una cuenta BOT de la cadena, con sólo 4000 seguidores, para intentar mostrar que los precios van a la baja porque esa cadena los estaría bajando. “El Jumbo BOT dice que la inflación de precios en abril dio negativo”, se entusiasmó sin ponerse colorado.
La escena del apoyo solitario de Cencosud se da, también, cuando el resto de los supermercados no cedieron a los pedidos del ministro de modificar su estrategia comercial para seguir el relato oficial de la desinflación. Así, sólo Jumbo aceptó esta pseudo intervención o pedido de ayuda del Gobierno para instalar que los productos de la canasta básica no suben de precio.
Con una ayudita...
Desde hace más de dos años, cuando aún ni se pensaba como miembro del gobierno libertario y venía del fracaso del gobierno de Macri, Caputo mantiene un nexo de suma confianza con Carlos Corro, director Comercial de Cencosud. Cuando el hoy ministro de Economía gestionaba negocios y relaciones vía su consultora, Anker, solían reunirse habitualmente con un grupo de empresarios y personas amigas para una tertulia con fines variados. En esas reuniones, que se hacían una vez por mes en la casa algunos de ellos, Caputo y el dirigente de Jumbo trazaron una relación de confianza. En esas mesas, conocidas como las de los 12, por la cantidad de convocados que tenían, también tenía participación el hoy viceministro de Economía, Juan Pazo. El personaje en cuestión era, por entonces, un alto directivo del grupo textil Alas, propiedad de Francisco De Narváez.
Por esos caprichos del destino, los participantes de esos mitines, incluidos Caputo y Pazo, tenían la esperanza puesta en un triunfo presidencial de la líder del PRO, Patricia Bullrich. Luego migraron rápidamente al libertarianismo. Lo particular del nexo de Caputo con Corro es que derivó en acciones concretas pro Gobierno, todas reclamadas por el ministro. En un primer momento, vía Jumbo y Disco, el funcionario logró tener una canasta de precios cuidados, cuando el mismo Milei ya había abolido el programa. En segundo lugar, fue Cencosud el primero y único en salir a validar en redes y avisos publicitarios la posición oficial de que las promociones 2x1 de los grandes hipermercados ocultaban, en realidad, el capricho empresario de no bajar los precios de la primera unidad. Es decir, para Caputo, eso escondía una desinflación que el INDEC no llegaba a medir. Allí fue que Cencosud salió a cambiar el 2x1 por rebajas porcentuales, algo que sólo modifica la manera de comunicar, pero no baja los precios. El tercer caso de intervención de Jumbo es más reciente y demasiado evidente.
Horas atrás, el ministro Caputo salió directamente a promocionar, con una cita a la cuenta oficial de Cencosud en redes sociales, una política de descuentos de la empresa en una canasta de 1000 productos por un plazo de 60 días. “Jumbo baja los precios de todos sus productos de marca propia (más de mil productos) y los mantiene por 60 días”, publicó Caputo en X, sumando tres emojis de aplausos. La cuenta de la empresa había subido hacía escasos minutos esa promo, agregando que “ahora nuestras marcas propias te convienen más. En Jumbo Disco y Vea bajamos los precios un 15% y los mantenemos por 60 días. Choclo Amarillo Cuisin and co por 170 gramos a 850 pesos. Tomate Cuisin and co por 520 gramos a 600 pesos”.
Fuentes cercanas a ambos confirmaron a Página I12 el vínculo, pero todos insisten en que "las decisiones de política de precios son pura y exclusivamente de la empresa". Cencosud es propiedad del empresario Horst Paulmann, ya en retirada por su avanzada edad. El ceo del grupo en Argentina fue reemplazado recientemente por un hecho particular: Matías Videla, el argentino que históricamente fue mano derecha de Paulmann, renunció a su cargo en 2023, luego de que fuera sancionado por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) por el supuesto uso de información privilegiada para comprar acciones del propio grupo en el que trabajaba. Hoy, el ceo en Argentina es el chileno Rodrigo Larraín.
Nexos que hacen ruido
En el Ministerio de Economía, el acercamiento de empresarios para diferentes fines genera comentarios varios. El hombre de peso que los acerca es Juan Pazo, que ya conoce a Caputo de sus años en el gobierno de Macri, donde ejerció el rol de Superintendente de Seguros. Todo el mundo conoce las relaciones de Caputo con el establishment, pero cada vez más la dupla con Pazo empieza a ser observada por la Casa Rosada.
Primero fue por el desboque que se generó con las renuncias en Bioeconomía, donde Caputo pidió hasta la cabeza del titular, Fernando Vilella, y un sector clave de la economía quedó sin conducción. Luego, por el misterioso hecho del buque chino Tai An, que apareció pescando ilegalmente merluza negra en aguas locales, un negocio en el que solo había dos empresas, una de ellas la fueguina Newsan.
Por el affaire renunciaron, entre otros, Pablo Ferrara Raisberg, alguien que se jactaba de ser el sobrino de la Canciller Diana Mondino y que actuaba como contacto diplomático con el Consejo Federal Pesquero. En las últimas 72 horas, la preocupación sobre las autorizaciones y razones de la operación del barco chino se posaron en la sede del Palacio de Hacienda. Una de las que mira es la hermana del presidente y secretaria de la Presidencia, Karina Milei, que cree mucho en el libre mercado pero muy poco en la conveniencia de que la política tenga relaciones excesivas con el sector privado. Relaciones que generen ruidos.