El Banco Central, el Ministerio de Finanzas y el Palacio de Hacienda abrirán sus puertas a una nueva misión del Fondo Monetario Internacional. Como parte de su evaluación anual de la economía argentina, los técnicos del organismo multilateral visitarán durante las próximas dos semanas a funcionarios de esas dependencias. La redacción del informe contará con el aporte de los encargados de la Obra Pública en el Ministerio del Interior. Los enviados de la directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde, visitarán además a representantes de cámaras empresarias y consultoras privadas. El año pasado el Fondo realizó la supervisión del Artículo IV por primera vez en una década. No hubo sorpresas. Aumento de la edad jubilatoria, flexibilización laboral, recorte del gasto social, reforma tributaria y reducción de la cantidad de empleados públicos, formaron parte del listado de sugerencias para el gobierno de Mauricio Macri desplegadas por el organismo. Presentado como una evaluación técnica, el documento funcionó históricamente como un mecanismo de legitimación para llevar adelante transformaciones estructurales.
El primer turno será en las oficinas del Banco Central. El staff del FMI, que llegó ayer al país, se reunirá con técnicos del área de investigaciones económicas. La comitiva está encabezada por el economista Roberto Cardarelli que llega acompañado de representantes de los departamentos del Hemisferio Occidental, Mercado de Capitales, Asuntos Fiscales y Política y Estrategia. Desde la entidad indicaron que el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, dirá presente en alguno de los encuentros que se extenderán a lo largo de esta semana. Los encuentros con funcionarios del Ministerio de Hacienda están programados a partir del próximo lunes. Esta semana los colaboradores de Nicolás Dujovne estarán abocados a las presentaciones de los nuevos cambios en la estructura tributaria. Elementos como el congelamiento del gasto en términos reales de las provincias anunciado por el Palacio de Hacienda son celebrados por el organismo multilateral.
En su reporte del Artículo IV de 2016 el Fondo reclamó cambios en el “ineficiente sistema tributario que ayuden a impulsar el emprendedorismo privado y la inversión”. Entre las modificaciones sugeridas figuran la rebaja de los aportes patronales y la eliminación del impuesto al cheque. En materia previsional el FMI consideró necesario modificar la fórmula de actualización de la ley de movilidad y el incremento en la edad jubilatoria de las mujeres. La seguridad social y el gasto público son dos tópicos donde las agendas de Macri y Lagarde están sincronizadas.
Los representantes del organismo multilateral también serán recibidos por el Ministerio de Finanzas que encabeza Luis Caputo. Aunque no cuestiona el acelerado ritmo de endeudamiento externo adoptado por las autoridades argentinas, el FMI advirtió en su último informe para la región sobre los riesgos asociados a “cambios repentinos en las condiciones externas”. En el documento publicado a mediados de mes, el organismo sugirió, sin eufemismos, abrir la economía al comercio internacional, flexibilizar el mercado laboral, recortar subsidios a la energía y reducir el empleo público.
Desde el Fondo precisaron a PáginaI12 que “esta es una visita que se realiza en el contexto del diálogo que el FMI tiene con todos sus países miembros dentro de la consulta del Articulo IV”. Como sucede con cada viaje los integrantes de la misión se encontraran “con representantes del gobierno, del sector privado y del mundo académico”. Lo que en el organismo denominan “académicos” son, en su mayoría, economistas que trabajan en las consultoras privadas de la city porteña.
La evaluación sobre la economía argentina no es novedosa. El FMI completó el año pasado la auditoría del Artículo IV para otros ocho países sudamericanos: Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay. Quien realizó una lectura pormenorizada de los extensos informes difundidos por el organismo fue el abogado especializado en derecho financiero, Sebastián Soler. En el artículo publicado en la revista Coyuntura & Desarrollo de FIDE, el letrado advierte una “similitud en el menú de políticas que recomienda adoptar a dichos países, desentendiéndose de los distintos grados de desarrollo, estructuras productivas, niveles de desigualdad y coyunturas económicas que los diferencian, en franca contradicción con las críticas realizadas por su propia Oficina de Evaluación Independiente en las auditorías internas comisionadas luego de los fracasos de supervisión del Fondo durante las crisis financieras de la Argentina (2001) y Europa (2010)”.
Aunque las políticas vertidas en los documentos del FMI no representan exigencias del organismo Soler considera que “el límite entre las meras recomendaciones y las condiciones ineludibles se diluye inexorablemente a medida que crece la deuda de un país con el mercado de capitales, sobre todo si se emite principalmente en moneda extranjera y se coloca con acreedores privados que residen en el extranjero, como es el caso de la contraída por el gobierno argentino”.