La fuga de cerebros volvió a ser un tema central en el país. En medio del brutal ajuste en todos los sectores, y particularmente en el científico y educativo, personas experimentadas, formadas durante años en Argentina y altamente capacitadas, deciden continuar sus futuros profesionales en otros sectores ante el impacto de las políticas recesivas en los bolsillos y los proyectos en los que trabajan.
Esto no es algo nuevo. Pasó en la década de los 90’ con la presidencia de Carlos Menem, pasó después del 2015 con el Gobierno de Mauricio Macri y está pasando ahora. Así lo explicó por AM750 Adriana Serquis, presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica, quien explicó que en un proyecto central ya recibieron 16 renuncias ante un panorama incierto y de desfinanciamiento.
“Como pasa en todos los sectores del Estado nacional, tenemos la misma zozobra, la misma incertidumbre. Vemos que las prioridades están solo en función del pago de la deuda externa y el déficit cero. Eso hace que por más de que estemos hipotecando el futuro, haya situaciones que no se tienen en cuenta”, explicó Serquis.
Y en esto, dijo, el sector de la energía atómica no está exento. Y aclaró que si bien ella ahora está como presidenta, quiere salir de ese incómodo lugar de gestionar políticas de un Gobierno con el que no coincide, con el que no “adhiere” y con el que “varios de los proyectos más importantes y toda la actividad están en riesgo”.
“Vemos cómo la falta de financiamiento afecta al funcionamiento cotidiano. Y lo que más nos preocupa es la hipoteca sobre los grandes proyectos que están en marcha. Nadie se imaginaba esto. Habíamos tenido apoyo internacional. Habían dicho que era importante este proyecto a nivel internacional. Suponíamos que íbamos a poder continuar”, explicó sobre la gestión actual.
Pero según explicó, la realidad marcó otro rumbo: “No sabemos cómo va a ser el presupuesto”. Eso implicó que la semana pasada comenzaran los despidos en una de las subcontratistas en el proyecto del CAREM, el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en la Argentina.
“Este proyecto da trabajo a miles de personas de forma directa a indirecta. Se esperaba que, cuando se finalice la obra, poder avanzar con un proyecto comercial para tener una capacidad exportadora enorme. Proyecto que se pueden vender por cinco mil millones de dólares. Y eso se está matando”, sosutvo.
Y finalizó: “Porque se matan no solo a los proyectos, sino a los profesionales que emigran. Ya empezamos a recibir renuncias. La gerente del proyecto estaba angustiada porque ya recibió 16 renuncias. De personal altamente capacitado. Muchos mandos medios que son muy difíciles de conservar”.