El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la Ciudad de Buenos Aires registró una inflación de 13,2 por ciento durante marzo último. La cifra hizo que el primer trimestre del año cerrara con una escalada de precios del 57,3 por ciento, mientras que la variación interanual de 285,3 por ciento respecto del mismo mes del año pasado.
La suba de precios, que suele ser la antesala del mismo índice medido por el Indec a nivel nacional, es menor que la de febrero (14,1) pero sigue siendo de dos dígitos. Es decir que se ubica entre las más altas de los últimos dos decenios.
Según lo datos elaborados por la Dirección General de Estadísticas y Censos porteña, Educación, comunicación, servicios públicos y salud se ubicaron entre los rubros con mayores alzas. El primero registró un aumento promedio de 36,8 por ciento producto del inicio de clases.
Celulares, internet y servicios por cable aumentó 24,5 por ciento por la liberación de precios del mercado dispuesta por el gobierno de Javier Milei. En tanto, vivienda y servicios públicos tuvo una suba del 17,9 como consecuencia de la primera edición del tarifazo, que este mes subirá a niveles récords.
El informe indicó que los bienes subieron 9,7 por ciento, mientras que los servicios lo hicieron 16,3. A su vez, los precios estacionales (frutas y verduras, por ejemplo) subieron un 5,4, mientras que los regulados (tarifas) lo hicieron un 22.4.
De acuerdo a la medición de CABA los alimentos sufrieron un alza de 11 por ciento en el mes y acumulan en el trimestre un incremento de 60. En un año la suba es del 336,9 por ciento.
Al interior de la división, los principales incrementos se registraron en Leche, productos lácteos y huevos (18,2), Carnes y derivados (9,4), Verduras, tubérculos y legumbres (22,4) y Pan y cereales (8,8).
Los elementos de cuidado y aseo personal mostraron un incremento del 10 por ciento, mientras que el sector textil exhibió un incremento de precios del 11,2.
El equipamiento del hogar mostró un alza del 8,6, similar al que se registró en Transporte (8,5).
Por su similitud con febrero, los datos porteños de marzo no dejan de ser una señal de alerta para el Gobierno que aguardaba un ritmo de desaceleración de la inflación más fuerte.