Desde Rosalía y Hunter Schafer, pasando por Lali, María Becerra, La Joaqui y hasta Tini, solo por nombrar algunas, revelan haber tenido romances con mujeres. Fruta noble los chismes, explotan y nos tienen a todes scrolleando todo el tiempo. La pregunta es: ¿por qué cuesta tanto hablar de bisexualidad?

"Sólo esta noche soy tuya, tuya / Solo esta noche eres mía, mía /Tú me quieres ver desnúa, uah / Yo a tí debajo'e mi ombligo, yeah"

Hunter Schafer confirmó que tuvo un romance con Rosalía durante 5 meses. El chisme se pone mejor cuando, siguiendo la cronología de la historia, sabemos que ellas no se dejaron de ver (magia de algunos reencuentros en la casa de Billie Eilish), y que tan solo un mes después de que salga la canción “Tuya” en 2023 , Rosalia y Rauw Alejandro se separaron. ¿Casualidad?

La Motomami no hace declaraciones y juega a que imaginemos todo, elegimos creer. Lo cierto es que a las fotos y videos con Hunter no le hacen falta muchas palabras, es un affair soñado que sucedía delante de las narices de todo el mundo. Se conocieron en un desfile de Burberry durante la semana de la moda en Londres en 2019 y desde ahí comenzaron las citas. Uno de los highlights fue en los Billboard Woman 2019 cuando al recibir el premio ‘rising star’, Rosalia frente a todo el star system le dijo “te amo”. Pero también le dijo “amiga”.

“Se ha especulado mucho durante mucho tiempo (...). Una parte de nosotras quiere acabar con todo eso, y otra dice: ‘¡Pero por qué, si no es asunto de nadie! (...) es algo que me alegra compartir. Y creo que ella también lo siente así”, contaba Hunter a la revista GQ hace unos días. Una salida del closet rodeada de amor, consentida, que pudo tener lugar 5 años después cuando ambas se encuentran solteras.

¿Amigas o amantes? ¿Amigas y amantes? “Amigas”, el término y las comillas más obvias y utilizadas no llegan a eclipsar lo que atraviesa la pantalla. Exhala sensualidad y es ahí donde nos damos cuenta de lo importante de que esa palabra exista.

"Escándalo, las dos somo’ un escándalo, todos están grabándonos”

Lali le puso el pecho a la bala y se llevó el premio a la visibilidad. “Me di cuenta de que yo me mentía un montón, que no aceptaba cosas que quería, que me gustaban… que me gustaban las minas”, le responde a Juariu en una entrevista en Luzu TV. “Siempre separaba y decía ’me gustan las chicas pero yo me pongo de novia con chabones’. En los últimos años me di cuenta de que en mi música necesitaba ser más franca y además sentía que hay todo un público que necesita representación”.

Si bien desde el #chapetour rompió tarimas y bocas a los besos, la salida del closet y el poder decir “soy bisexual” fue un antes y un después para su carrera. Icónica, como esa escena de amor y lujuria en una escalera festejando Pesaj con el bombón de Mariana Genesio Peña. Picante, como la apuraba a Pampita cuando esta última le dijo: “No me escribas, Lali, porque todavía no me gustan las mujeres. Pero, si hay que apostar...”.

La picardía y la osadía para todo, más allá de ser su sello propio, dejan un rastro cultural que forma generaciones. “Disciplina” o “N5”, incluso la más reciente “A Oscuras” junto a Ptazeta son un relato que abre preguntas como “¿Quién estará hoy dedicando esa canción a qué otra persona?”, “¿Cuánto necesita quien se está descubriendo una vocal que le dé lugar a lo que siente?” Si bien hoy Lali está enamorada y felizmente en pareja, no faltarán quienes le recuerden que mejor que 2 son 3.

En una de sus declaraciones sin embargo surge el quid: “No me costó decir que era bisexual, pero ponerlo en palabras aún no me sale natural”.

Ornella Di Ruggiero, militante bisexual, reflexiona al respecto: “la bisexualidad es una identidad que está muy deslegitimada, tanto por fuera como por dentro de la comunidad. Que piensen que es una fase que se está atravesando, que no existe, que hay que decidirse o directamente que ‘no sea ni una cosa ni la otra’ hace que sea muy difícil salir del closet, o que salgamos mucho más tarde. Todo este prejuicio se ve también en la manera de nombrar, en donde para un tercero, son aventuras, affairs, amistades o cualquier palabra que se encuentre para minimizar y desjerarquizar estos vínculos”. Ornella da en el clavo de por qué la incomodidad a la hora de decir, y sobre por qué cuesta decir “bisexual”.

"Quiero ser lo primero que veas al despertarte / yo no quiero ser tu amiga / quiero ser la persona que sane tus heridas"

María Becerra, “La nena de Argentina”, se sube al escenario en un River repleto y cuenta la historia detrás de varias de sus canciones de amor dedicadas a mujeres que amó, que la amaron, que le rompieron el corazón, o la que le gusta y quiere enamorar. Sin hacer del romanticismo un culto, María incorpora en su relato no sólo la sexualidad sino la afectividad y ese tono es el que marca una diferencia abismal.

La búsqueda del exotismo para la industria, la hipersexualización de vínculos queers, e incluso las poses para consumo masculino son bordes muy frecuentes dentro de la oferta de contenido no heterosexual, sin embargo ninguno logra romper la barrera del afecto. En ninguna de las conjeturas de marketing aparece la posibilidad real de amor.

María lo dice, no solo me gustan, sino que también las amo. Ese imaginario que abre es la ESI que nunca podrán arrebatar. “Desde que tengo conciencia me han gustado las mujeres y los chicos. He tenido muchas historias con chicas y me gusta cantarlas en canciones”, le contesta a Tomas Maier en una entrevista donde remarca la importancia de visibilizar la bisexualidad. “Es un proceso duro, se te va generando un miedo terrible y una lo oculta, te tratan de degenerada, de que te gustan las dos cosas, de que querés enfiestarte”, cuenta por otra parte a GQ: “la bisexualidad está muy prejuzgada. Hay quienes se la toman como un juego o creen que no te conformás con nada”.

La pasión que inspiró los hitazos de Becerra, “Dime como hago” e “Hipnotiza”, es uno de los clásicos que nunca envejecen: se enamoró de su mejor amiga y ella salía con un imbécil. Valentina López se llama su primer amor, a quien le pasaba lo mismo que a María. ¿Quién detiene palomas al vuelo?

“Si tu novio no acelera, reina pa' mí estás soltera”

Por donde busquemos aparecen letras, comentarios, videos. Que van desde el chape de Tini con Emilia Mernes en la presentación de LaOriginal.mp3, a los nuevos rumores de su romance con Young Miko. Cruzan al país vecino con Anitta que se proclama bisexual, vuelven con Angelita Torres que piensa que todes lo somos, rebotan en Chile con Mon Laferte y el romance hot que tuvo con Natalia Pérez y así sigue corriendo este circulo virtuoso de visibilidad.

¿Es moda? ¿Es puro bait?¿Es la estética de este tiempo? ¿O la influencia de décadas de escuela feminista? ¿Son necesarias las “etiquetas”?

Desde un detalle en una letra, el uso de un pronombre distinto, hasta luchar por poder salir del closet, o animarse a contar la propia historia, los aportes de esta generación de artistas en términos éticos y estéticos son enormes. Tener referencias y poder identificarse con un otro permiten configurar nuevas posibilidades de existencia.

Maria Becerra cuenta: “En los conciertos subo a chicas a cantárselas (canciones de amor) y alguna, llorando, me ha llegado a decir que le declaró su amor a su novia o que salió del armario por esa canción”. Incluso muchas veces solo basta con ver los comentarios en redes para detectar el fenómeno donde hasta el volumen de los piropos abandonó hace rato la paridad.

Etiqueta es más bien algo que tiene un producto. La historia del movimiento LGBTT+ ha construido política alrededor de poder usar una palabra y sentir orgullo al decirla. Son las “identidades” (flexibles y fluidas) las que nos permiten nombrarnos, percibirnos, comprendernos y sobre todo saber qué derechos se han conquistado para poder existir de determinada manera, y cuáles faltan. La historia de poder ponerle nombre a las cosas ha llevado su tiempo.

Con tan solo decirlo, ellas construyen mucho más de lo que siquiera suponen. Como cada une de nosotres. Y probablemente ese apoyo siempre sea recíproco en relación a los aportes de una comunidad LGBTIQ+ con tanta historia que abraza y defiende. La cultura, el goce y les artistas serán siempre nuestro orgullo. Que sigan los chismes, por supuesto