Alemania - 8 puntos

(Argentina/2023)

Dirección y guion: María Zanetti

Intérpretes: Maite Aguilar, Miranda de la Serna, María Ucedo, Walter Jakob, Vicky Peña y Andy Pruss

Estreno en salas.


“Sos una cárcel”, le dice Lola a su madre en un momento clave de Alemania, el debut en la realización de largometrajes de María Zanetti. La frase tiene la malicia, la capacidad de síntesis conceptual, el veneno y la resignación impostada propios de la adolescencia, una etapa en la que los límites dejan de ser una barrera incuestionable para convertirse en un obstáculo determinado por arbitrariedades ajenas. 

Es allí cuando muestra los dientes esa chica “normal” y tranquila. Una que mira Camila en la televisión mientras su madre y su abuela lloran a mares con la despedida del cura Ladislao y su amor prohibido, que en general respeta a sus padres y ayuda en lo que puede. Tiene, además, una zanahoria que perseguir. Y con muchísimas ganas. Porque, ¿quién podría negarse a un intercambio estudiantil en el país del título? ¿Y si encima va a parar muy cerca de donde estará su mejor amiga, también elegida para el viaje?

La vida parece sonreírle a Lola, que se preocupa por lo que suelen preocuparse los adolescentes de 16 años: las notas del colegio (que debe mejorar como condición para cruzar el Atlántico), la incipiente relación con el chico que le gusta, la posibilidad latente de que el debut sexual esté cerca, el vínculo con aquella amiga y las prácticas de manejo con su padre (Walter Jacob) para sacar la licencia de conducir. Sin embargo, al hacer “zoom”, las cosas son un tanto más complicadas. Complicaciones que la película de Zanetti -estrenada en el Festival de San Sebastián y exhibida en el marco de la Competencia Argentina de la última edición del de Mar del Plata- va delineando a través detalles pequeños y con una naturalidad que hace que el relato, lejos del deseo habitual de contarlo todo, opere como el recorte de una porción muy particular de la vida de Lola. Alemania es, entonces, un coming of age hecho y derecho, esto es, una película (con)centrada en un período temporal breve, pero de indudables resonancias en el futuro de una protagonista que difícilmente vuelva a ser quien fue.

Las complicaciones son varias. La familia lucha por aferrarse a la categoría de “clase media”, algo nada fácil dado que el calendario marca 1997 y el modelo económico pasa factura en una economía hogareña en números rojos desde que papá no tiene “la fábrica”. La pasividad de Lola choca contra el comportamiento arremolinado de su hermana mayor, Julieta (Miranda de la Serna, la hija de Érica Rivas y Rodrigo de la Serna). No lo hace por mala o rebelde, sino porque tiene problemas psiquiátricos graves que empeoran justo cuando el viaje se confirma, poniendo a los padres entre la espada y la pared: dado que la plata escasea, al desgaste, la preocupación y la impotencia se suma la decisión de si solventan el pasaje de una o el tratamiento de la otra. Con toda lógica, se inclinan por lo segundo, por lo que Lola sale a repartir volantes para ganarse unos mangos.

En el regreso a casa después de una práctica de manejo con papá, Julieta pide que la dejen manejar un rato, desatando así una nueva pelea familiar. Lola no hizo nada malo, pero se siente responsable. “Vos no tenés la culpa de nada”, le dice la madre (María Ucedo), que como casi todas entiende mucho más de lo que dice. Porque Alemania es de esas películas que fluyen como si la cámara no estuviera y en la que todos hablan como si no hubiera guion y las palabras salieran, vacilantes, de las entrañas. Pero hay guion, claro, y está escrito con más atención al oído que al diccionario. 

Misma atención que Zanetti dedica a comprender a sus personajes antes que enjuiciarlos, pues sabe que todos –especialmente los padres- hacen lo que pueden de la mejor manera que les sale. Nada sería lo que es sin Jacob, Ucedo, Aguilar y De la Serna: si no se supiera que son actores, no sería descabellado imaginarlos como transeúntes a los que en la puerta de la productora les ofrecieron filmar su día a día. Porque esta familia, con sus disfuncionalidades cotidianas y terrenales, con la lucha por la supervivencia diaria, es igual a tantas otras.