A fines de febrero se conocieron despidos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), dirigida desde diciembre de 2023 por Diego Spagnuolo. En ese entonces, 135 empleados fueron desafectados. Las políticas de ajuste de Javier Milei no dan descanso, y a finales de marzo la agencia sumó más de 160 nombres a esa lista. Hoy, alrededor de 340 personas de la agencia fueron apartadas de sus puestos. En este contexto, muy liviano, el vocero Manuel Adorni confirmó la cifra de 15.000 contratos discontinuados, correspondientes, según él, a "personal que no es necesario".
Guadalupe Bargiela fue una de las primeras en recibir la notificación en febrero, a pesar de que su contrato tenía fecha de finalización el 31 de marzo. Bargiela describe a muchos de los despedidos como "profesionales con más de 20 años de antigüedad, delegados sindicales, personas con discapacidad, sin discapacidad, con licencias psiquiátricas, por maternidad, embarazadas o personas a punto de jubilarse". Agrega que el director se niega a dar reuniones a los sindicatos y no cede ante las presiones, lo que demuestra ser una persona hermética que no parece preocuparse por las consecuencias de los despidos.
Guadalupe, también conocida como Guada, milita políticamente desde los 12 años. Su activismo comenzó enfrentando situaciones de discriminación en la escuela y fue creciendo a lo largo de los años primero en organizaciones partidarias, más tarde como feminista y actualmente desde Orgullo Disca, una organización que lucha por los derechos de las personas con discapacidad desde una perspectiva interseccional: “Grupo de personas con discapacidad y aliades, horizontal, autónomo e independiente que lucha por nuestros derechos”, según su descripción en Instagram.
Guada está viviendo un momento de visibilidad, tomó la posta tras los despidos en ANDIS y su posicionamiento y activismo juvenil se hizo notar en distintos medios de comunicación. Las llamadas de radios, canales de televisión y diarios, le permitieron sacar muchos temas a la luz, como por ejemplo la falta de perspectiva de discapacidad en la agenda política, los estereotipos y prejuicios sobre las personas con discapacidad y el desconocimiento que existe en el tema. Habla muy segura, con esa convicción necesaria para que a unx le den ganas de seguir escuchando y preguntando. Tiene 22 años, es ciega, vive en el partido de Moreno y estudia Derecho en la Universidad Nacional de La Matanza. Tras 4 años en ANDIS, el 28 de febrero recibió un llamado de su jefe y un mail en el que le confirmaban que no debería presentarse al día siguiente a trabajar: “En Argentina, hay cinco millones de personas con discapacidades, este recorte afecta también al entorno de cada despedide. Si contamos dos acompañantes por persona con discapacidad y contemplamos a les profesionales involucrades. hay más de 20 millones de personas involucradas, sin contar a las familias que también quedan afectadas”, indica sobre la gravedad de los despidos.
Despertar político
Desde muy pequeña, Guadalupe estuvo inmersa en un entorno familiar donde la política era un tema recurrente de discusión. Con cuadros de Eva y Perón en las paredes de su hogar, y el constante estímulo de sus padres para que se formara y leyera, Guadalupe recibió una educación que enfatizaba la importancia del compromiso militante y la participación política. Sin embargo, su camino hacia la militancia activa comenzó a tomar forma a medida que crecía y se enfrentaba a las primeras experiencias de discriminación en la escuela debido a su discapacidad visual.
El punto de inflexión en el despertar político de Guada fue cuando tuvo la oportunidad de conocer a Cristina Fernández. Su padre, un militante reconocido en el partido de Moreno, Provincia de Buenos Aires, trabajaba en la Maternidad Carlotto que se estaba por inaugurar, Guada sabía que Cristina iba a asistir al evento y le pidió a su papá que la llevara. Se emocionó muchísimo al encontrarse con ella, y le entregó una carta. Hoy ya no recuerda qué decía esa carta, pero sí puede revivir la emoción de ese abrazo y el significado de ese encuentro para ella siendo un niña de 12 años, un gesto que no solo la conectó con la política de una manera más tangible, sino que también la llevó a involucrarse activamente en organizaciones políticas como La Cámpora.
“Me empecé a enamorar de esa forma de construcción. En la escuela me hacían bullying por tener discapacidad visual, y en la militancia y la organización política encontré un cable a tierra”, cuenta. Sin embargo, sumarse a un espacio de tintes más verticalistas y sin perspectiva de discapacidad, hicieron que en 2017 viviera situaciones muy violentas y complejas con compañeros del espacio, “los típicos aliados feministas” describe Guada con humor. Fue entonces cuando Guadalupe se alejó de esos espacios y comenzó a explorar nuevas formas de activismo más inclusivas y centradas en la diversidad: “empiezo a activar desde el feminismo y conozco a personas increíbles, también empiezo a entender que éramos varias quiénes habíamos vivido situaciones muy incómodas y nos íbamos de los espacios partidarios en vez de modificar la forma de funcionamiento de la política tradicional”.
Para Guada, en los espacios feministas pudo encontrar esa vuelta de tuerca que le faltaba. “Conocí a muchas personas a las que no las alojaba la forma de construcción política tradicional, no se sentían cómodas”, explica. En 2018, Guadalupe se sumó a participar en la Biblioteca Popular Mariano Moreno y más tarde se involucró en el activismo en torno a la discapacidad. Fue durante un taller sobre mujeres y discapacidad visual en esa biblioteca, organizado por la Municipalidad de Moreno, que Guadalupe tuvo un momento de revelación, se dio cuenta de las limitaciones impuestas por la sobreprotección de su familia y su entorno. Este evento marcó un punto de inflexión en su vida, la impulsó a buscar más autonomía y a comprometerse con la lucha por los derechos de las personas con discapacidad. “Me acuerdo que le dije a la compañera que daba la charla, Lau quiero ponerme a trabajar con vos. La vi re autónoma y yo quería ser así. Entonces me empieza a acompañar y yo me animo a usar el bastón, a independizarme, a tener mi autonomía para poder salir, ese fue mi primer ingreso a la vida adulta”, dice orgullosa Guada, que relata esta anécdota como una de los momentos más importantes de su vida.
“Entendí que había otra forma de moverse y que no solamente tenía que ser una persona guiada. Podía ser autónoma, y empecé a conocer a muchas personas ciegas que se movían así”, resume sobre ese día. A partir de ese momento, participa de actividades y proyectos significativos relacionados con la discapacidad y el activismo político. Recuerda con mucho entusiasmo el día que se sumó a una reunión para el Encuentro Plurinacional en La Plata. Ese año, coordinó el taller de discapacidad del Encuentro. Después vino la pandemia, tocó quedarse adentro y consiguió trabajo en Andis. Un empleo que le permitió tener independencia económica, poner en juego sus ideas, compartir con otras personas su perspectiva del mundo y activar políticamente desde un organismo que la convocaba. Mientras todo esto sucedía, Guada sentía la necesidad de compartir su experiencia con otrxs, también comenzaron a surgir las preguntas sobre su identidad, y al colectivizar todas estas búsquedas se dió cuenta que no estaba sola.
Fanática de Carlos Jáuregui
El nacimiento de Orgullo Disca fue un momento significativo en la vida de Guadalupe Bargiela y en el movimiento por los derechos de las personas con discapacidad en Argentina. Surgió de una conversación en 2019 durante el Encuentro de San Luis de mujeres ciegas y baja visión, donde una compañera expresó su frustración y desánimo respecto a su discapacidad, dijo precisamente que le daba bronca. Este comentario resonó profundamente en Guada, ella sentía que estaba muy contenta por estar ahí y cansada de viajar más de 16 horas. “Lo puse en común con una compañera, y empezamos a hablar sobre el tema. Ambas coincidimos en que para nosotras es un orgullo lo que somos”, cuenta que después de esa charla, propusieron conformar un grupo para ir a la Marcha del Orgullo “primero le llamamos columna disca, pero nos daba risa sonaba extraño, después de la marcha decidimos llamarnos Orgullo Disca, estábamos muy fans de Carlos Jauregui”.
Desde entonces, Orgullo Disca se transformó en un espacio inclusivo y disidente, que busca desafiar los estereotipos y prejuicios sobre las personas con discapacidad y promover la visibilidad en la sociedad. Trabajan activamente para hacer que las movilizaciones sean más accesibles y para garantizar que todas las personas, independientemente de su situación, puedan participar plenamente en la vida política y social del país. ¿Cómo viven las personas con discapacidad las marchas? ¿Cómo se generan esos espacios? ¿es posible asistir, formar parte? ¿alguien lo había pensado alguna vez? Guada propone reconceptualizar la cultura de la marcha o movilización para transformarla en inclusiva y accesible: "somos una organización horizontal que plantea la discapacidad como identidad política y el orgullo como identidad que nos representa".
Reconoce la importancia de la inclusión en todos los aspectos de la lucha, teniendo en cuenta la diversidad de experiencias e identidades dentro del colectivo. Además, se vinculan con otras organizaciones y buscan tener un enfoque interseccional, desde los derechos humanos y especialmente desde el activismo LGBTINB+, incluso se sumaron a la Comisión Organizadora de la marcha del orgullo para pensar esa manifestación desde esa perspectiva. “Para nosotrxs la discapacidad tiene que ser una identidad política que pueda habitar las marchas poniendo el cuerpo y teniendo cuidados”, dice enfática y agrega que es de suma importancia considerar las necesidades específicas en los eventos públicos: "Si pensamos que la marcha es estar parado 7 horas para gritar y saltar, estamos dejando mucha gente afuera que también lucha y nos estamos imponiendo una visión capacitista a nosotras mismas”.
En ese sentido, destaca a la Comisión de Cuidados que conformaron, en la que buscan garantizar la accesibilidad en todas las manifestaciones públicas. Plantear las marchas de una forma multicapacitista consta, por ejemplo, de armar espacios vallados cerca del escenario para personas en sillas de ruedas o con discapacidad visual para que puedan escuchar el acto principal, que el escenario tenga rampas, que haya intérpretes de señas, o contar con un kit sensorial con aisladores de ruido o auriculares, crear espacios cerca de los puestos de salud y que haya asientos incluso para personas mayores, entre otros puntos a tener en cuenta.
La lucha por los derechos de las personas con discapacidad
A partir de la asunción de Milei como presidente y ante la perspectiva de recorte de derechos que anunciaba, Orgullo Disca junto con otras organizaciones, impulsa un frente de asamblea llamado “Discas en Lucha”. El espacio funcionando con asambleas regulares, tanto virtuales como presenciales cada 15 días, trabaja activamente contra el ajuste de Milei, que impacta negativamente en las personas con discapacidad y sus familias. A través de diversas comisiones, como cuidados en marchas, prensa, lengua de señas y trámites administrativos, la organización se esfuerza por compartir herramientas y facilitar el acceso a derechos. Guada expresa la necesidad de abordar las problemáticas más urgentes que enfrentan las personas con discapacidad, como la falta de terapias y prestaciones, así como la insuficiencia de la pensión por discapacidad.
Desde Orgullo Disca empezaron a contemplar todas las variables existentes, a preguntar, a escuchar, a sacarle el tabú a este tema, a visibilizarlo. “Estuvimos mucho tiempo escondidas, las personas con discapacidad estamos todo el tiempo siendo ocultadas, nos educan para la vergüenza, o nos ponen en una figura de pobrecito o por no tener recursos o por no tener acceso, por no tener personas que nos ayuden, nos acompañen o porque el material de la Facultad o de la escuela no es accesible. Vivimos constantemente situaciones de vulnerabilidad como las de no conseguir laburo. Todavía sigue pasando que existe un estereotipo de persona con discapacidad, y la gente y los medios reproducen. Me sigue pasando que cuando me hacen entrevistas me dicen que se imaginaban a otra persona. Por eso el Orgullo como respuesta política”
Por último, Guada insiste en la importancia de constituirse como sujetos políticos en lucha y reclama una mayor representatividad en esos ámbitos para abordar las demandas de larga data del colectivo disca. Con mucha determinación, aspira a convertirse en un cuadro político para poder debatir en primera persona las problemáticas que afectan a las personas con discapacidad y promover desde ese lugar cambios significativos en el presente. “Es muy importante que haya personas tomando decisiones políticas desde una perspectiva de discapacidad, para poder imaginarnos un futuro mejor para todxs”, concluye.