Con el reciente incremento en las tarifas eléctricas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) las boletas de luz experimentaron aumentos significativos, alcanzando entre el 110% y el 175% para el mismo nivel de consumo respecto al mes anterior. Este ajuste agrava la situación de la clase media, cuyos ingresos se ven estancados mientras enfrentan una suba constante en los servicios.
Los ajustes tienen su origen en la combinación de la eliminación de los subsidios por parte de la Secretaría de Energía y el aumento en las tarifas de transporte y distribución eléctrica, fijadas por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE).
Además, el Gobierno autorizó una "actualización" de los cargos fijos y variables en las facturas eléctricas.
Edenor incrementó el cargo fijo de sus usuarios de mayor consumo de $7.479 a $30.054,11, mientras que el cargo variable pasó de $29 en enero a $81 desde el 16 de febrero. Es por esto que los usuarios están recibiendo en abril facturas de más de 100 mil pesos, cuando en marzo abonaban 35 mil.
La política de ajuste tarifario también implicó una reestructuración en las categorías de consumo, pasando de nueve a seis categorías. Esto generó aumentos diferenciados para segmento de usuarios residenciales.
Cómo leer el detalle del aumento en la factura de luz
Desde el 1° de febrero, los usuarios de ingresos elevados (N1), comercios e industrias enfrentan un aumento del 117%, elevando el costo de generación eléctrica de $20.460 a $44.401 por MWh.
Mientras que los hogares de ingresos medios y bajos, con consumos de hasta 400 KWh mensuales, continúen con parte de los subsidios, por lo que pasaran de un abono básico mensual de $2981 a uno de $3756.
Para entender su impacto en la factura es esencial prestar atención a cuatro aspectos:
Categorías tarifarias y consumo energético
El Gobierno redefinió las categorías de consumo, reduciéndolas de nueve a cuatro en febrero y luego ampliándolas a seis en abril. A mayor categoría, mayor es el costo, por eso se debe verificar en qué categoría se está encuadrado y cuánto se consumió durante el período facturado, ya que determinan los cargos fijos y variables.
Evolución de las tarifas
A lo largo del año se dio una combinación de aumentos de tarifas, eliminación de subsidios y cambios en la categorización de usuarios. Desde enero hasta abril, se aplicaron diferentes precios tarifarios, generando variaciones en las facturas, incluso con niveles similares de consumo.
Cargo Fijo vs Cargo Variable
Los cargos fijos experimentaron aumentos más significativos que los cargos variables, con el objetivo de establecer una tarifa más plana a lo largo del año. Esto significa que, aunque el consumo no varíe, el costo de las facturas se puede incrementar debido al cambio en la categoría de consumo.
Detalles adicionales en la factura
Algunas facturas incluyen devoluciones por consumos anteriores y multas correspondientes a sanciones del ENRE a las empresas por errores en la facturación. Es importante revisarlos para entender el monto final a pagar. Así, de cada $100 que un hogar en el AMBA abona en su factura eléctrica, $40 corresponden al costo de generación, $35 a impuestos y $25 a las distribuidoras.
La explicación del Gobierno
Estos cambios en las tarifas forman parte de la estrategia del Gobierno para reducir el gasto público en subsidios energéticos y promover un consumo energético más racional y eficiente. Se espera que, a medida que las distribuidoras como Edenor y Edesur comiencen a facturar el período iniciado en marzo, los usuarios perciban de manera más evidente el incremento en las tarifas y la reducción de la ayuda estatal.
Entre los aumentos en electricidad y gas, el Gobierno espera reducir los subsidios energéticos en un 0,55% del PBI este año.
La Universidad Nacional de Río Cuarto recibió una boleta de luz de $33 millones
En un escenario marcado por la falta de actualización presupuestaria para las universidades nacionales, la Casa de Altos Estudios de Río Cuarto (UNRC) enfrentó un aumento desmedido en sus costos operativos, con una boleta de luz que se triplicó, alcanzando la cifra de $33 millones.
Este incremento representa un aumento del 200% respecto al período anterior, elevando aún más la tensión en las ya ajustadas finanzas de la institución. El caso no es aislado. Se suma a una serie de universidades públicas que vienen advirtiendo sobre las tarifas exorbitantes que deben afrontar, exacerbando la situación de un presupuesto congelado desde 2023.