A lo largo de la historia de la humanidad, distintos pintores y pintoras han retratado a las masas con más o menos dramatismo, con más o menos generalidades, dándoles más o menos protagonismo, manifestando sus múltiples tensiones, intereses y opresiones. Hoy, en la era del individuo tirano de las plataformas, en términos del filósofo Eric Sadin (que esta semana se dio una vuelta por la UNTREF), "el pueblo" también encuentra formas particulares de ser plasmado, sobre todo en las redes sociales de los referentes de la ultraderecha. 


No es novedad que los líderes políticos, sobre todo de las nuevas derechas, se alinean con el discurso de la post verdad y las fake news usando la IA para generar contenido dudoso y falaz, que confunde a las audiencias y crea narrativas que refuerzan miradas estigmatizantes y maniqueas. Por ejemplo, el video de Massa que se viralizó durante las últimas elecciones, donde se lo veía sudado, con la mirada extraviada y mandibuleando. Es falso, sí, pero ¿acaso eso importa?

A la hora de retratar al pueblo, para sorpresa de nadie, las redes de Milei están mil pasos adelantados. Podemos decir que es un verdadero vanguardista. El presidente continuamente utiliza su plataforma para caracterizarse en función de su fantasía megalómana con vocación mesiánica: como un león rey de la cima de una cadena alimentaria voraz. A pesar de que su lema es que no vino a despertar corderos sino a levantar leones, en sus imágenes, hechas con IA, el único león es él. Y la única figura que está por encima suyo es, básicamente, su perro Conan. Freud se hubiese hecho un festín, pero no es necesario tener un psicólogo en la sala para analizar este cuadro.
Ahora, vayamos al pueblo.

La masa popular, en esta oportunidad, está representada a través de millones de cabezas genéricas y caras ininteligibles, una sola entidad fundida, disciplinada, homogénea y desbordante de un reservorio de soldaditos. Significativamente más pequeños que el Gran León, cada personajito no le llega en tamaño ni a la mitad del tamaño de una de sus garras. De esta manera, usa la IA para plasmar su sueño de los argentinos de bien: miles sin cara, sin gestos, sin historias, sin bocas, sin pancartas; un ejército que lo mira de frente y de espaldas al espectador; o que a veces enfrenta a quien mira la imagen, como amenazándolo con llevárselo puesto. 

Pobre león, un animal tan bello arrebatado por un tirano estúpido. Aquí, una de las para nada sutiles imágenes que le gusta difundir al presidente. 

La ley del más fuerte


El Gran León promueve una narrativa mesiánica donde él guía a la masa hacia la libertad, abriéndoles la puerta de la jaula de la opresión "populista" pero, ¿les abre la jaula? ¿La cierra? ¿Acaso eso importa? Ahora sí, también están los argentinos de mal: ellos no son ni personas, sino ratas que huyen de las fauces del rey de la selva, que no necesita de la ayuda de nadie para devorarlas en medio de un desierto hostil y dramático.

Pero cuando Milei junta gente en la calle offline, ahí sí, aprovecha para aumentar su stock de fotos. Estas postales masivas tienen su correlato con la IA que utiliza. Mientras Larretas y Macris usan sus redes para mostrarse cercanos a sus votantes y contar sus historias particulares desde un discurso paternalista, (donde siempre hay un quioskero de Pompeya o una costurera de Villa Santa Rita), Milei muestra a sus seguidores en sus fotos como puntitos, cabecitas de alfileres, incontables.

Una propuesta estilística alineada con la que usa Donald Trump en sus plataformas, donde suele subir fotos de sus votantes como una masa roja inmensa, que lo mira de frente (y de espaldas al espectador de la foto), como entregándose sumisos a su líder. O a los inmigrantes mexicanos, que irrumpen en el suelo norteamericano siendo esperados por un Joe Biden que los recibe con una alfombra roja, del otro lado de la frontera. ¿Es verdad? ¿Es mentira? Who care

Otro que usa en estas latitudes la IA es Agustín Laje, que aprovechó para sumarse al cruce Lali-Milei representando a la cantante como una ladrona huyendo con una bolsa con dinero, como en los dibujitos animados, huyendo de "los niños pobres del Chaco", a quienes dibuja como infancias marrones y homogéneas, con el vientre hinchado y las costillas sobresalientes, semidesnudos y rogando una salvación, una limosna. El diputado corodobés De Loredo, que parece que está aprendiendo a usar la IA, (él o su CM), la utiliza para ilustrar sus reels, donde ofrece a sus seguidores comentarios sobre la coyuntura económica. 

En estos videos, De Loredo se ocupa de ser muy tajante a la hora de representar las clases sociales. Está la masa, como siempre, caracterizada como una entidad uniforme y anónima. Por otro lado aparecen los protagonistas principales, (que evocan a su público), y que están caracterizados como hombres jóvenes, súper viriles, super héroes de las finanzas, gym bros brokers crypto pibes, vestidos como empresarios importantes y exitosos, maletín en mano, llorando por los ajustes, en un escenario ficticio que parecería ser como una Wall Street. Y "los pobres": por primera vez, ahora sí aparecen las mujeres y los viejos. Descamisados, con la mirada perdida hacia el suelo, abren sus vestiduras para mostrar sus panzas hinchadas de no comer como prueba irrefutable de su miseria, mientras deambulan harapientos por una villa gris que se expande al ritmo del "plan platita". Aparecen, también, cerdos antropomórficos, que no es necesario leer a Orwell para adivinar qué significan.

Es interesante contraponer estas imágenes con otros universos pictóricos del arte argentino que también retratan a las masas, como los cuadros de los soldaditos anónimos, dispersos y extraviados de Cándido López y la imaginería de Berni, que se acercó a los personajes proletarios para darles un lugar central. Cuadros que cuentan historias y que llevan a las grandes galerías y museos prestigiosos del mundo al niño Juanito Laguna, que juega con un barrilete en medio de la basura y los descartes. O a la costurera, o a la trabajadora sexual, o al pueblo argentino en lucha, donde en las manifestaciones obreras podemos distinguir cada cara, cada historia, cada sentimiento; la rabia, la conmoción, el dramatismo. ¿Cómo serán los cuadernillos de historia del arte que expliquen cómo eran las representaciones pictóricas de la era Milei? ¿Habrá UBA? ¿Fotocopias? ¿Cuadernillo que muestre su bastón presidencial de Pallarols, decorado con una imagen de sus perros, vivos o muertos?