Desde Miami, el presidente Javier Milei defendió la ausencia del Estado nacional durante en la epidemia histórica de dengue tanto en la falta de repelentes como en la decisión de no agilizar los procesos para autorizar la aplicación de la vacuna. "El mercado lo resolvió solo", dijo el jefe de Estado sobre la falta de repelentes, aunque el argumento fue que el Ejecutivo levantó una "prohibición para importar" y no mencionó la demora en tomar esa medida. Sobre la vacunación contra el dengue, el presidente se opuso a realizarla este año porque "son efectivas si se aplica la segunda dósis y, en este momento, ya están desapareciendo los mosquitos, ya pasó el pico".
La epidemia de dengue reportaba 180 mil casos y una tasa de letalidad del 0.073 cada 100 mil habitantes --según la Organización Panamericana de la Salud, más alta que en Brasil, donde los casos llegan a 3 millones--, cuando el gobierno de Javier Milei decidió abrir las importaciones de repelentes. Hasta entonces, el ministro de Salud, Mario Russo, había tenido escasas apariciones públicas y el Gobierno mantuvo su decisión de no realizar campañas públicas de prevención.
La apertura de importaciones ocurrió cuando en el mercado se llegaron a ofrecer repelentes por cifras siderales y reinaba la escacez, ya que SC Johnson, la empresa que maneja el 90 por ciento del mercado, dejó sin provisión a los centros comerciales porque —según denunciaron supermercadistas— superó la expectativa de ventas y decidió dejar de producir para no quedarse con stock sin vender de cara a la temporada invernal.
Si esa información de contexto, Milei habló ante los estudiantes el Instituto de Políticas Públicas Jack D. Gordon de la Universidad Internacional de Florida para expresarlas su mirada liberal libertaria con la epidemia de dengue como ejemplo. "Una cosa que uno tendría que chequear si cree que hay un fallo de mercado, es si el Estado no está metido en el medio. Y adivinen qué: había una prohibición de importar los repelentes", les explicó. "Los fallos de mercado no existen", insistió a pesar de la decisión monopólica de SC Johnson que forzó a que el Ministerio de Salud ocupa su lugar de gestión.
"En la medida que se mete el Gobierno e interfiere con impuestos y demás regulaciones en la propiedad privada, eso impacta en el precio y el sistema no funciona", continuó el jefe de Estado, a pesar de los precios siderales a los que ofertó el repelente en el momento en el que más se lo demandaba. "Adam Smith se adelantó bastante. Hablaba de los mercados libres y los Estados pequeños y que cada uno guiado por nuestro interés contribuía a maximizar el bienestar general; la idea de la mano invisible", insistió.
En cuanto a la decisión de no sumar la vacuna contra el dengue al calendario de vacunación para este temporada, decisión por lo que el gobierno sí decidió denunciar por las "presiones" ejercidas por el mercado de los laboratorios, Milei respondió reiterando los argumentos ofrecidos por su ministro de Salud: "Si se aplica la primera hoy, la segunda se la tiene que aplicar en tres meses y los mosquitos para ese momento ya habrán desaparecido. Porque, de hecho, en este momento ya están desapareciendo, ya pasó el pico. Es decir, ¿qué sentido tiene? Ninguno".
La decisión del gobierno encontró respaldo en la OPS, que no recomendó la incorporación de la vacuna en el calendario, pero sí el seguimiento y la información, algo que el Gobierno incumplió en materia de campaña de prevención.
Tras ser condecorado como "Embajador Internacional de la Luz" por la congregación Jabad Lubavitch, en su alocución ante los estudiantes de la Universidad de Florida el Presidente hizo un refrito de sus fantasmas de la Guerra Fría y contra lo que denomina como "marxismo cultural", para lo que calificó a los occidentales como "víctimas emblemáticas de Gramsci".
"Occidente está en peligro. Estamos avanzando en dosis crecientes de intervención. Eso nos lleva a pérdida de libertad, nos lleva al socialismo", les repitió por si alguno de los presentes no se había enterado de su intervención en el Foro de Davos y bajo ese prisma justificó el ajuste económico que aplica sobre el pueblo argentino: "Los argentinos hemos madurado y hemos aprendido que las soluciones fáciles no dan resultado. Si abrazamos la libertad vamos a tener un futuro muchísimo mejor. Si vamos por la senda del colectivismo vamos a terminar siendo una villa miseria".