La inflación en marzo se ubicó en el 11 por ciento, con lo cual acumuló en apenas tres meses un 51,6 por ciento. Los segmentos que lideraron las subas fueron educación, comunicación, servicios asociados a la vivienda, transporte y alimentos y bebidas. En la comparación interanual, los precios muestran un alza del 287,9 por ciento.
El 11 por ciento de marzo puede parecer "moderado" gracias a la falacia que instaló el Presidente Milei acerca de una hiperinflación en puerta del 17 mil por ciento. Lo cierto es que se trata de otro dato malo, apenas un punto por debajo del peor registro de todo el gobierno anterior, de Alberto Fernández.
Sin embargo, el ministro de Economía, Luis Caputo, celebró que continúa "el sendero de desaceleración que se viene verificando desde diciembre. La inflación núcleo, que excluye los componentes regulados y estacionales del índice, fue de 9,4 por ciento, ubicándose en un dígito mensual por primera vez desde octubre del año pasado".
Según Caputo, la desaceleración es consecuencia de "la combinación de ancla fiscal, monetaria y cambiaria, y las medidas que se vienen implementando para desburocratizar el comercio interior y normalizar el comercio exterior".
La desaceleración de la inflación que pregona el Gobierno se está dando pero desde niveles estratosféricos y a un paso lento. Para poner los datos en contexto. La inflación más alta del gobierno anterior, y por ende de la posconvertibilidad, fue del 12,8 por ciento de noviembre pasado, en un contexto político totalmente caótico, marcado por el triunfo de Milei en el balotaje bajo la promesa de dolarizar la economía, lo cual en sí mismo era un llamado a una corrida total contra el peso.
A partir de allí, los números libertarios: 25,5 por ciento de inflación en diciembre; 20,6 por ciento en enero; 13,2 por ciento en febrero y 11 por ciento en marzo. La inflación libertaria no fue un efecto colateral sino un intento deliberado para que rápidamente los grandes grupos económicos que operan en el país recuperen rentabilidad a costa del salario y otros ingresos, sin que haya del otro lado capacidad de resistencia.
Claro que ahora la situación es distinta, la transferencia de ingresos ya se produjo y el Gobierno necesita mostrar que puede liquidar a la inflación, algo que todavía está muy lejos, sobre todo teniendo en cuenta que se vienen aumentos tarifarios muy importantes, que a su vez tienen efectos secundarios en la inflación de otros bienes y servicios. Pero además, la sostenibilidad de este "dólar de 1000 pesos" está cada vez más cuestionada y si llega a producirse una devaluación, volverán a correr los precios. Como se pregunta el CEPA, ¿habrá una nueva devaluación o aceleración de crawling antes del inicio de la liquidación de cosecha gruesa?
Datos de marzo
La división de mayor aumento en el mes fue educación, con el 52,7 por ciento, por los incrementos de las cuotas en los distintos niveles educativos al inicio del ciclo lectivo. Le siguió el rubro de comunicación, con el 15,9 por ciento, a raíz de las subas en servicios de telefonía e internet. En tanto, vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles avanzaron un 13,3 por ciento a partir del tarifazo en el servicio de electricidad, que continúa en abril sorprende a los hogares y comercios con subas de la boleta de hasta el 175 por ciento en un mes para el mismo nivel de consumo.
El sensible rubro de alimentos y bebidas tuvo un aumento del 11,5 por ciento. En términos interanuales la suba alcanzó 308,3 por ciento, es decir que los precios se multiplicaron por cuatro. Verduras, tubérculos y legumbres subió 26,2 por ciento, por el alza de la lechuga y el tomate, mientras que leche, productos lácteos y huevos lo hizo en un 16,9 por ciento, a partir del alza del 18,8 por ciento de la leche fresca en sachet y avances de entre el 15 y el 20 por ciento en quesos y manteca. El yogur firme subió 13,6 por ciento. El rubro de aceites subió 11,6 por ciento, seguido de carnes y derivados (9,8), pan y cereales (8,5), café, yerba y cacao (10,4) y aguas minerales y gaseosas (10,2).
A pesar del derrumbe del consumo y de la supuesta mayor agilidad para las importaciones, prendas de vestir volvió a estar por encima del promedio de inflación, con un alza del 12,2 por ciento mensual. También el rubro de salud se ubicó nuevamente arriba del promedio a partir de las cuotas de las prepagas y también de los medicamentos. En este punto, hasta el propio Caputo advirtió a las empresas que se les fue la mano con los aumentos y que están "declarando la guerra a la clase media".
El sector de transporte también quedó arriba del promedio, resultado del ajuste de tarifas en distintas regiones, que actualizaron sus valores en sintonía con los incrementos de febrero en AMBA y algunas de las principales ciudades del país, a partir de la eliminación del Fondo de Compensación al Interior y el incremento de los combustibles.
Para abril, el Gobierno asegura una fuerte desaceleración de los precios en alimentos y bebidas. Sin embargo, también hay fuertes aumentos en luz, gas y agua que prometen tener impacto en el índice. Las prepagas volvieron a aumentar sus cuotas, al tiempo que los combustibles anotaron otra actualización de los precios.