Los vocales del directorio de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) renunciaron a sus cargos mediante un comunicado en el que señalaron la “parálisis” de uno de los organismos más importantes para el sistema científico y tecnológico del país. En el texto, aprovecharon para denunciar el deterioro y el desfinanciamiento que se advierten desde la asunción del nuevo gobierno. El área, que en años previos gestionó como presidente el economista Fernando Peirano (UBA), ahora está liderada por otra economista: Alicia Caballero (UCA).
Aunque la sociedad suele identificar al Conicet como el actor más relevante, desde hace 26 años la Agencia I+D+i es clave en la producción de conocimiento autóctono. Se encarga, entre otras tareas, del financiamiento de recursos humanos y de proveer de insumos y equipos para la investigación, la tecnología y la innovación del país. Su rol es fundamental, además, en la articulación público-privada y en la creación y el impulso de empresas de base tecnológica.
Este viernes, los representantes del Directorio informaron su renuncia mediante un comunicado firmado por sus referentes. Una de ellas es Paula Lenguita, que detalla a Página 12 lo siguiente: “Durante estos cuatro meses la situación ha sido muy desgastante. Sobre todo porque nosotros tomamos decisiones con la actual gestión y no son suscritas por la presidenta. Eso nos deja en un limbo institucional que nosotros no podemos aceptar. Los compromisos y los actores en juego tienen distintos tiempos que hay que respetar. Como la situación se volvió muy extrema, se decidió la renuncia de la totalidad del cuerpo de vocales del directorio”.
Además de Lenguita, el directorio estaba conformado por referentes de diferentes provincias y diversas disciplinas: Cristina Teresa Arranz, María Cristina Carrillo, Guillermo Ariel Giraudo, Eduardo Daniel Guillermo, Lenguita, Javier Héctor Tineo, Osvaldo Daniel Uchitel, Rubén Oscar Zárate y María Alejandra Zinni. En el texto de renuncia, señalaron cifras dignas de destacar. “El año pasado se gestionaron un total de 3000 proyectos de investigación, desarrollo e innovación, que involucraron el trabajo de 9000 destacados especialistas en distintas áreas de conocimiento”. De esta forma, a tono con el desafío de gestionar una ingente masa de producciones y aportes, la Agencia contribuyó a perfeccionar el sistema de evaluación de pares, que aportó al prestigio y el reconocimiento internacional con el que hoy cuenta.
En el sitio oficial del organismo, asimismo, se pueden leer algunos números que refuerzan esta premisa: participan 30 mil investigadores y 1100 becarios, con 7 mil proyectos de ciencia y tecnología; y es responsable de la creación de 200 empresas de base tecnológica, de la aprobación de 1700 proyectos a pymes tecnológicas y de la evaluación de nada menos que 80 mil trabajos.
Si bien algunos de los vocales estaban culminando su mandato de acuerdo al decreto de su designación, otros tenían mandato hasta fin de año. Hasta el momento, los diálogos con el secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Alejandro Cosentino --que reemplazó a Daniel Filmus al frente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación degradado-- fueron infructuosos.
En la carta también manifiestan su preocupación con respecto a otras medidas que el gobierno libertario decide en relación a la ciencia y a la tecnología. “Desde hace cuatro meses con la asunción del actual presidente de la nación, el organismo se encuentra paralizado. Una inacción institucional que no fue morigerada con la designación de la presidenta del organismo, la Dra. Caballero”. Y luego agregan: “La situación mencionada se refleja en la destrucción de sus recursos estratégicos”.
En esta línea, refieren a una serie de conflictos que ya se vislumbran y que complican el normal funcionamiento del espacio. “En primer lugar, se observa que la plataforma informática diseñada para agilizar la evaluación fue desmantelada. En segundo lugar, se llevó adelante la desvinculación de dos funcionarios claves para el desarrollo del organismo: los directores del Fondo Tecnológico Argentino y el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica. En tercer lugar, se denuncia la arbitraria decisión de reducir la planta del personal, afectando criterios básicos de desempeño en las funciones requeridas”.
Hacia el final y a modo de síntesis, los vocales renunciantes justifican los motivos de su decisión: un esfuerzo en vano que no condujo a revertir una situación compleja que, para colmo, empeora conforme transcurre el tiempo. “Por lo expuesto, y a pesar de haber realizado denodados esfuerzos como vocales del directorio --máxima autoridad del organismo-- para arbitrar los medios a nuestro alcance en búsqueda de evitar el desmantelamiento, la parálisis y la destrucción institucional, nos vemos obligados a denunciar la situación de deterioro institucional, que corroe los objetivos para los cuales el organismo fue creado, y cuenta con recursos financieros provistos por organismo internacionales, hasta ahora sin ejecución”.