“Ni la dictadura se animó a tanto”, así definió el presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, Matías Cremonte, el borrador de la reforma laboral que ayer adelantó el presidente Mauricio Macri desde el CCK como parte de su programa de “reformismo permanente”. El texto, que ya llegó a los gremios, sorprendió a los especialistas por su parecido “a la brasileña”. “Modifica toda la ley de contratos de trabajo, incluso algunos aspectos que ni (el ministro de Economía de la última dictadura cívico militar) Alfredo Martínez de Hoz se animó a tocar”, opinó Cremonte.
Para el especialista, la comparación de la reforma laboral con la que se hizo en 1976 no es arbitraria e incluye aspectos simbólicos. “Entre los objetivo que plantea el nuevo texto se propone liberar a las fuerzas productivas, expresión que utilizó Martínez de Hoz para la reforma del 76”, advirtió el abogado a Página/12.
Entre los aspectos más peligrosos que propone modificar la ley, según el especialista, está el principio actual de irrenunciabilidad, por el cual un trabajador no puede renunciar a lo estipulado en la ley de Contrato de Trabajo, ni en el convenio colectivo ni en el contrato individual, y que con la reforma en debate sí podría hacer. También limita las opciones del trabajador frente a los que se llama ius variandi, cuando el empleador modifica unilateralmente las condiciones de trabajo.
“Estas dos modificaciones legalizan las condiciones para no perder el trabajo. Así como la desocupación es un condicionamiento a la baja, porque uno tiene miedo de perder el empleo, estas reformas también te condicionan. Ahora va a ser válido que renuncies a las condiciones que ya habías pautado en el contrato individual y no podrás recurrir a la Justicia para restituir las condiciones” originales, explicó Cremonte.
De acuerdo con la enumeración del especialista, la reforma también acorta de dos años a uno la prescripción de los reclamos laborales –la dictadura la había acotado de cuatro a dos años- y elimina la responsabilidad solidaria en la tercerización o subcontratación de algunos rubros como las tareas de limpieza, seguridad y mantenimiento, entre otras.
“Si durante cinco años no te pagaron horas extras, ahora podrás reclamar sólo por un el último año. Cuando el empresario, o cualquier trabajador, tiene hasta diez años para reclamar una deuda. Esta reforma deja a los trabajadores con menos derechos que cualquier otro ciudadano”, sostuvo el titular de la Asociación de Abogados Laboralistas.
Según Cremonte, el proyecto también acota las indemnizaciones, crea la figura del trabajador autónomo o independiente –por fuera del vínculo laboral-, permite el blanqueo de trabajadores en negro con la respectiva condonación de deuda, elimina las horas extras y reduce las multas ante el despido de un trabajador no registrado. “No hay ningún mensaje que favorezca la creación del empleo, favorece la destrucción del empleo, y sin consecuencias. Es una ley hecha a medida de los empresarios, una transferencia directa del salario a la rentabilidad”, denunció el abogado laboralista, que volvió a enfatizar que “ni la dictadura se animó a tanto” y recordó la lista negra que propuso hacer el Gobierno para incluir a los abogados que llevan los juicios laborales.
El único beneficio para el trabajador es la extensión de la licencia por paternidad, que pasa de dos días a quince, y la posibilidad de tomar un mes sin goce de haberes.