Los unos y los otros
Notorio contraste o mejor dicho contraposición de sentimientos y visiones de la sociedad, inconciliables entre las veredas de la morgue de Junín y Viamonte en la Capital porteña, donde yace el cuerpo del joven anarquista Santiago Maldonado y el escenario de Costa Salguero en el que el amarillo burgués prebendario danzaba rodeado de torvos secuaces y frívolos acólitos.
Por un lado los de abajo; los sensibles conmovidos por otra muerte provocada por el Estado en defensa del capital. Por el otro, quienes se ufanan de su capacidad de manipulación de las masas a las que seguirán sometiendo al escarnio cotidiano con despidos; tarifazos y todo el rigor del que son capaces. Obsceno espectáculo el de todos los aspirantes a las poltronas legislativas. Bailan la danza de la muerte y encima tildan de violentos a las mujeres y hombres que luchan por la tierra y contra el capital.
Odio de clase de los de arriba.
¿Falsa conciencia en los de abajo?
Amnesia y perversión conjugadas.
Un cocktail que preanuncia tiempos sombríos en la región Argentina.
Nuestra firme voluntad y convicción libertaria no serán doblegadas. No claudicamos ni claudicaremos.
Pero es inocultable nuestro asco y nuestra rabia ante tanta sociopatia desnuda y entronizada.
Carlos A. Solero