Alfa Mist habla poco. Tratar de sacarle una respuesta que le resuelva un párrafo al cronista resulta tan difícil como sacarle una muela a un cocodrilo. De todas maneras, el pianista, compositor y productor londinense es muy claro en su laconismo y si habla poco sencillamente es porque considera que no hay mucho para explicar de su música. Sin embargo, hay algo de aire fresco en su música que merece ser explicado. Alfa Mist ha logrado un sonido que si bien desde la tradición del jazz resultaría excesivo llamar “revolucionario”, desde otras de las perspectivas posibles para entenderlo –el soul, el hip-hop onda boom-bap y el head-nodding que confluyen en grooves hipnóticos de gran fuerza expresiva–, resulta muy original.
Este martes, Alfa Mist va a actuar por primera vez en Buenos Aires. En la Ciudad Cultural Konex presentará la música de Variables, su cuarto álbum, junto a Jas Kayser en batería, Kaya Thomas-Dyke en bajo y voces, Jamie Leeming en guitarra y Johnny Woodham en trompeta. Las puertas del complejo de Sarmiento 3131 se abrirán a las 19 y en caso de lluvia el concierto se llevará a cabo en la Sala de las columnas del mismo espacio. “No tengo expectativas del show, es la primera vez que vengo a Buenos Aires y no se qué puede suceder. Espero que vaya todo bien”, dice el músico para romper el hielo y comenzar la charla.
Hijo de una ugandesa, Alfa Mist creció en el este de Londres, “donde no circula el jazz”, dice. “Ahí crecimos pensando que a los niños negros la sociedad nos dejaba tres opciones para el éxito: ser músico, deportista o delincuente”, agrega. Su natural vocación por la música encontró salida primero jugando con los software básicos de producción musical y más tarde afinando su curiosidad en los ambientes del rap y el hip-hop de la capital británica. El interés por los samples utilizados por artistas como Blackstar, Madlib y J Dilla, fue la puerta de entrada al jazz. Enseguida fue aprendiendo piano de oído, para ir encontrando la armonía de los temas que le atraían.
En 2017 compuso, arregló y produjo los temas de su primer disco, Antiphon, en el que entre otras cosas embebió fragmentos de conversaciones con sus hermanos mayores sobre la importancia de la familia en un clima sonoro de franca huella funky. La masiva circulación por las redes llamó la atención de muchos y eso le permitió circular cómodo por los digitales conductos del éxito. No obstante, la búsqueda hacia introspectivas formas de originalidad fue su horizonte, que maduró con Structuralism (2019) y Bring Backs (2021). “Hasta Bring Backs mi música reflejó la pregunta ‘¿Quién soy?’. En Variables empecé a explorar el ‘¿Dónde estoy?’. Y en estos días me pregunto ‘¿Cómo llegué aquí?’”, explica Alfa Mist, que actualmente dirige su propio sello, Sekito, en el que edita músicos de esa vanguardia de la escena europea de la que es parte.
Por el cambio continuo de atmósferas sonoras, texturas, colores y ánimos, la música de Variables, el cuarto disco de un periplo personal, resulta por momentos sorprendente. Entre el swing de big band de “Foreword” y la fluidez rítmica de “Borderline”, con el mismo Alfa Mist rapeando versos sobre íntimas batallas culturales, el músico da cuenta de la variedad de su inventiva, en un cuidado trabajo de grabación y post producción. El largo y articulado clima de balada sin palabras del tema que da nombre al disco, las oscuras introspecciones de “4th Feb (Stay Awake)”, los coros tribales de “Genda (Go Away)” y la improvisación liberada de “BC”, abren el espectro de una música de grooves encantadores y discreto manejo instrumetal, más fácil y placentera de escuchar que de definir.
–Tu música que siempre deja abierto un espacio para la sorpresa. ¿Cómo suena en vivo Variables?
–Suena igual. El show en vivo conserva el espíritu del disco. La música fue grabada en vivo y de ahí me quedé con las mejores tomas.
–¿Qué relación encontrás entre Variables y tus discos anteriores?
–Todos mis álbumes tienen un tema, Variables explora cómo todos somos similares, pero un pequeño detalle puede hacernos actuar de manera muy diferentes unos de otros.
–¿Cómo conseguís que el eclecticismo de tu música converja en lo que comúnmente se llama "el estilo"?
–No me preocupa de que las cosas encajen en un estilo. Si hiciera música intentando encajar en algo sería demasiado aburrido para mí.
–Pero tenés un estilo…
–No sé cuál es mi estilo. Porque cambia cada semana, tal vez incluso cada día. O en todo caso, mientras sea fiel a mí mismo en mi manera de hacer música tendré un estilo, ¿no?
–¿En qué momento de tu vida pensaste que la música podía ser una profesión?
–Tan pronto como comencé a hacer música en la escuela, con las maquinitas de ritmos.
–¿Cómo es la escena musical londinense ahora?
–Estoy centrado en hacer y publicar mi propia música, así que no sé mucho sobre cómo está es la escena londinense en este momento.
–¿Hay algo de la música argentina que te haya interesado?
–Astor Piazzolla es uno de mis compositores favoritos.