La demanda de combustibles cayó un 1,8 por ciento en febrero producto de la recesión económica y la suba de precios, según reveló un informe de la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados Hidrocarburos, Energía y Combustibles (CATHEDA).
Luego de que Javier Milei fue electo presidente el pasado 19 de noviembre, las petroleras avanzaron rápidamente con una recomposición real de sus precios. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el 25 de noviembre YPF ajustó el precio de la nafta premium un 13 por ciento. El 8 de diciembre aplicó otro 26,3 por ciento y el 13 de diciembre un 37 por ciento más. El 3 de enero subió un 26 por ciento, el pasado 1 de febrero otro 6,5 por ciento, el 1 de marzo un 7,5 por ciento y ahora un 4,6 por ciento. De este modo, en poco más de cuatro meses el litro de nafta premium pasó de 349 a 1033 pesos por litro, un 196 por ciento. La contracara del tremendo aumento de precios fue la caída de la demanda
El informe indicó además que la recaudación por el impuesto que se aplica trepó a 50.503 millones de pesos, lo que representa una suba interanual del 15,3 por ciento. Esta recaudación fue producto de la venta de 1.870 millones de litros de combustible, un 1,8 por ciento menos que en el mismo período de 2023