Toda una historia, todo este tiempo, toda una vida; los giros, los nuevos capítulos, los discos, las personas y las preguntas; toda la carrera de Anikké, toda su existencia, viene siendo abrazada a la anatomía de las canciones. O a la fórmula insistente para sostener una narrativa de vida que apele a crear universos.
Habrá sido su primer hábitat, su círculo inmediato, quien la hizo curiosa desde temprano. Quizás fue su entorno más cotidiano, musicalizado por los ensayos del coro de su madre, quien le puso al alcance de sus dos manos sus futuras herramientas de vida. Habrán sido estos reflejos, esas señales, quienes le habilitaron que se adhiera a la orgánica artística de la familia, que se aboque a la guitarra desde los 8 años, que su primer trabajo haya tenido que ver con el oficio de enseñar ese instrumento.
Desde entonces o más bien desde siempre Lara Niké Rallis ensaya formatos para atinar con la sonoridad de su propia época, para desdoblar su faceta de compositora, para motorizar la cuestión colectiva. A la manija del hacer, del darlo todo en grupalidad la fue masticando desde la escuela secundaria donde inventó junto a sus aliades una banda de punk que hacía covers hasta que, ahí nomás en el tiempo y como legado de la post adolescencia, llegó a su vida el Ensamble Chancho a Cuerda con quienes grabó cuatro discos entre el 2006 y el 2018.
La escala compositiva de Anikké ha sido siempre incesante. La ruta prolífica de esta compositora, cancionista y productora trans travesti tiene un hito reciente: Contenido Sensible, su último y flamante disco de estudio que se apega a Bienvenida, su anterior LP producido en 2019 por Rodrigo Gómez y Pablo Bursztyn de Proyecto Gómez Casa.
Pero su obra discográfica se prolonga en los tiempos, los géneros y los formatos. Desde el año 2014, también como solista, editó otros tres discos con su nombre anterior: Canciones sobre el silencio (2012), Salta al vacío (2014) y Estábamos tan tristes que no podíamos cantar (2016). “Estos otros tres discos son algo distintos, pero no tanto. De a poco voy también volviendo a la guitarra, a ese sonido más acústico, más eléctrico.”
Su búsqueda sonora actual, a base de canciones electrónicas, sugiere una interpelación al movimiento, quizás a una danza nostálgica. A partir de combinar sintetizadores, baterías electrónicas, voces procesadas, guitarras intervenidas con beats, Anikké lanza su propuesta al aire: tomar la pista como un canal necesario de expresión.
“Contenido Sensible es un disco visceral y es el primero de una serie de discos dedicados al amor y al desamor.” Este disco, producido por Pablo Bursztyn, reconfirma la filiación de esta artista con la palabra, con la lírica explosiva, con una poética que alarma; “Calma/ Mi alma/ No hace falta más que un abrazo y un té/ Y palabras/ No sé por qué me importan las palabras.”
La presentación oficial del álbum de esta noche en Casa Brandon concluirá con un proceso de dos años invertidos en sus procesos compositivos y lo dispondrá para intensificar su circulación. Las colaboraciones en distintas canciones de Franivv, KNDELAH y Manuel Rodríguez Riva se podrán apreciar, aunque esta vez en vivo, también en la fecha de hoy.
Y como el compromiso de Anikké con la canción y la coyuntura no cesa, ya está trabajando en su próximo disco en compañía con el músico Víctor Rallis, su hermano. También alista a Plástica Fantástica, el nuevo proyecto techno pop que activa junto a Beto Arce. Continúa agitando el seminario La Voz Mutante con Leo y La Ferni en Mu; y tal cual lo viene haciendo desde hace varios años, avanza con su espacio de formación, creación y producción musical: Habitar la Canción.
Anikké presenta Contenido Sensible hoy miércoles 17 a las 20:30 horas en Casa Brandon. Entradas a la venta por Passline.