Desde el martes 16 hasta el viernes 19 de abril se desarrolla el tercer período de sesiones del Foro Permanente sobre Afrodescendientes. En esta oportunidad la reunión tiene lugar en la sede de Naciones Unidas ubicada en Ginebra, Suiza. En la sesión de apertura estuvieron presentes representantes del órgano supranacional como el Presidente de la Asamblea General Dennis Francis, y el Secretario General, António Guterres. Además estuvieron invitadas como representante de los Estados parte, la Ministra de igualdad Racial de Brasil, Anielle Franco, y la Ministra de Diversidad e Inclusión de Canadá, Kamal Khera. La programación del evento durante esta semana incluye seminarios, debates, presencia de funcionarios de distintos estados, académicos y algunos activistas de distintas partes del mundo. Además, se desarrollan de forma paralela varios eventos organizados por organizaciones sociales.
En el primer día, además de la sesión de apertura, se sucedieron algunas reuniones donde dialogaron representantes de distintos Estados con algunas organizaciones presentes. Allí el debate estuvo centrado en la necesidad de solicitar reparaciones, y que el Foro tenga una dinámica activa ante los problemas reales. Una crítica que arrastra el órgano desde su primera sesión, en diciembre del 2022.
Una de las intervenciones más ovacionadas fue la de Efia Nwangazza, fundadora del Malcom X Center of Self Determination, quien señaló como los Estados Unidos no sólo no cumplen los acuerdos hechos en la Declaración y el Programa de Acción de Durban en el año 2001, sino que intentan desviar estos acuerdos, con otros de espaldas a la comunidad afrodiaspórica:
“No podemos dejar que los colonizadores nos confundan a los más vulnerables. De Malcom X, de Martin Luther King y de Marcus Garvey, yo recuerdo sus palabras y me ayudan a ver aquí muchas contradicciones. Estados Unidos, Canadá, y otros muchos no pueden conmemorar el Decenio de los Afrodescendientes, porque son ellos los que controlan la cuestión de las reparaciones con sus manos manchadas de sangre y eso es un insulto a nuestra inteligencia y a la dignidad de nuestros pueblos afrodescendientes en todo el mundo. Queremos una reparación plena y completa, tenemos derecho a eso. ¿Qué autoridad tienen para hablar en nuestro nombre?. (...). Están intentando distraernos con sus tácticas, con la Agenda 2030, el Objetivo del Desarrollo Sostenible, los Objetivos de Liderazgo Africano, etc. No se dejen engañar, nada de esto tiene que ver con la liberación de los afrodescendientes, es para volver a esclavizarnos. Tenemos que dejarnos guiar por nuestros conocimientos, nuestra experiencia. Siguen llevando a cabo un genocidio en el planeta, y en este órgano y en todos los mecanismos tenemos que poner el poder en manos de las personas. El poder para el pueblo. Poder negro”.
Otra de las intervenciones que tuvo un resonante eco en la primera jornada fue la de María José Menezes, representante de la Coalición Negra por los Derechos, una organización con sede en Brasil:
“Nosotras, las mujeres afrodescendientes, tenemos que hacer una denuncia, este Foro se olvidó de nosotras. (...) No esperábamos que se nos silenciara así en este Foro. Este lugar donde debería defenderse la agenda de Durban. Donde deberíamos ser escuchadas. Estamos hartas de que se nos considere apenas una cuestión transversal (...) cuando se nos dice que estamos representadas en todo, en realidad no estamos representadas en nada”.
Las críticas por la falta de espacios de debate y por el alejamiento de los acuerdos previstos en Durban en el año 2001 acompañan al Foro desde su creación. El argumento de la sociedad civil organizada se repite en cada uno de los países miembros. Muchos Estados, incluyendo la Argentina, ratificaron los acuerdos de la III Conferencia contra el Racismo en Durban, pero luego no desarrollaron políticas públicas de reparación, o si lo hicieron, fueron apenas unos espasmos en un contexto de más de dos décadas de negación de la agenda afrodescendiente.
Más allá de las tensiones propias de los espacios de intercambio entre Estados y sociedad civil que suceden con frecuencia en estos ámbitos, las jornadas continuarán teñidas de estos temas de fondo, ya que el interés final es declarar un segundo Decenio Internacional para los Afrodescendientes, y la definición del contenido puede tener un impacto notable en los próximos años.
En el segundo día los dos temas principales de debate son “Reparaciones, desarrollo sostenible y justicia económica” y “Educación: superar el racismo sistémico y el daño histórico”. Además se desarrollarán varios eventos paralelos vinculados. Estos eventos suelen ser mesas de debate más pequeñas, donde participan las organizaciones interesadas, pero en ocasiones, de estos diálogos se generan contenidos que finalmente se incluyen en la declaración final.
El tema central del debate del tercer día es “Cultura y reconocimiento”. En este día se sucederán eventos paralelos sobre cuestiones relativas a los museos y el saqueo de artefactos del continente africano, además de una reunión sobre Colombia titulada “La agenda regional y global de las reparaciones históricas: Culturas, memoria y reconocimiento”. También habrá eventos paralelos relativos a la educación de la población afrodescendiente. En el último día se espera, luego de la reunión de conclusiones, llegar a algunos acuerdos para establecer la aprobación de las recomendaciones preliminares a los Estados.