El cantautor Guillermo Fernández pasó por el estudio de AM750 para hablar de su carrera musical.
En diálogo con Campana en 750, el artista recordó la vez que conoció a Julio Sosa. "Cuando tenía seis años, me fui a probar a canal 13. Fui con mi viejo y canté un tango. Me escuchó Pipo Mancera", contó.
"A la mitad del tango, Pipo dijo: ‘basta, basta, basta. Ustedes están todos locos. ¿Cómo le van a hacer cantar el despecho de una mujer a un nene de seis años?’ Se levantó y se fue. Yo miro a mi viejo, que tenía cara de enojado, y me puse a llorar. Viene un tipo que me estaba escuchando, me levanta en andas, me seca las lágrimas y me dice: ‘Pibe, no llores, vos sos un gran cantor de tangos’. Lo miré y no lo podía creer. Era Julio Sosa", dijo.
"Y me dijo: ‘Que esto no sea un impedimento para vos, seguí cantando tango. No le des bola a éste (por Pipo Mancera) que manya menos de tangos que yo de cohetes espaciales’", agregó.
"Tengo una teoría. El tiempo pasó de moda. Y todo lo que requiere compromiso, requiere tiempo. El trabajo, el estudio, el pensamiento, el amor. Todo eso requiere tiempo, y hoy el tiempo no está más. Eso teníamos, por eso se extraña", afirmó.
Su nuevo disco y la "necesidad" de conformar una orquesta típica
En su última producción, El cantor de tangos, Fernández está acompañado de una orquesta típica, tal como la venía pensando hace muchos años.
"En 2010 hice un disco que se llamó Guillermo Fernández y su orquesta típica’ Allí yo no era un cantor, era un engranaje más de la orquesta. Había hecho los arreglos para ser un engranaje más de la orquesta. Estaba pensado para bailarines. Ahora, tuve la necesidad de hacer una orquesta que acompañe a un cantor", explicó.
"Me salió laburo en Dubai, cuatro meses, donde hice la dirección musical de un show que se presentaba todos los días en la Expo Dubai en el pabellón argentino. Y gané la suficiente guita para volver acá y hacer el disco", señaló.
"Tuve la suerte de crecer con grandes maestros. Me crié con (Aníbal) Troilo, que me enseñaba repertorio. Todos mis discos fueron hechos con Carlitos García. Me sentaba al lado de él para mirar cómo escribía. Después, mi profesor de Armonía e Instrumentación fue Sebastián Piana. Después estudié repertorio con Lucio Demare. Y a mí me quedó todo eso", expresó.