"Demuestra desconocimiento e ignorancia sobre la problemática relevante", advirtieron organizaciones y asambleas de personas en situación de calle sobre los dichos del secretario de Seguridad y jefe de la Policía porteña, Diego Kravetz, que afirmó que la mitad de esa población que no accede a paradores o subsidios "tiene antecedentes penales", es peligrosa, "oportunista" y "le gusta vivir en las ranchadas". Las declaraciones generaron el repudio de las organizaciones, que sostuvieron que el funcionario busca "criminalizar" y "estigmatizar" a esa población para legitimar las políticas de "limpieza" de las personas sin techo que lleva adelante el GCBA.
"La mitad de las personas que no entran en el sistema del Estado y están en situación de calle tienen antecedentes penales", fueron las palabras con las que el ex candidato a intendente de Lanús se despachó en declaraciones a FM Milenium. Kravetz aseguró que los datos salen de un "relevamiento" estatal a partir de los DNI de esas personas, que arrojó que "650 de 1300" tienen antecedentes". Además sostuvo que son peligrosas "porque en general tienen armas impropias: cuchillo, faca o destornillador". "Podrá ser estigmatizante pero es una realidad, le guste al progresismo o no", agregó el funcionario, que fue aún más lejos y sostuvo que "hay mucha gente que es oportunista de la situación, que está acostumbrada y le gusta vivir en ranchadas, el Estado le ofrece un parador y elige dormir en la calle con sus amigos".
Las declaraciones del domingo al mediodía comenzaron a circular ese mismo día en los grupos de WhatsApp de las muchas asambleas y organizaciones que trabajan con personas en situación de calle en la ciudad. El sentir fue compartido: "Indignación absoluta", lo califica en diálogo con este diario Mónica De Russis, directora ejecutiva de Amigos en el Camino, ONG de Balvanera que realiza recorridos diarios para repartir comida y acercarse a las personas en situación de calle de la zona. "Quizás el funcionario desconoce la realidad sobre la que habla e ignora que es su trabajo proveer el bien de todos los ciudadanos. Nuestros amigos no son delincuentes, se han visto empobrecidos hasta perderlo todo", agrega la titular de la organización, integrante de Red de la Calle y la Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle.
Desde esa asamblea, Jorgelina di Iorio, también investigadora de la temática en el Conicet, advierte a Página 12 que las afirmaciones de Kravetz se enmarcan en un proceso de construcción y legitimación de la representación de las personas en situación de calle como un "extraño peligroso". "Generan legitimidad para que se ejerza violencia sobre ellos: si son 'extraños peligrosos', van a cometer un delito y no se dejan ayudar, las condiciones para la violencia hacia esa población aumentan", explica Di Iorio. La investigadora coordina el proyecto que realiza el Registro Unificado de Violencias (RUV), que el año pasado arrojó un aumento del 89 por ciento de las situaciones de violencia hacia esa población.
"Esto responde, y es lo más grave, a una campaña de estigmatización que no sólo tiene que ver con el desconocimiento sino con la falta de valor que tiene para el GCBA la problemática. Se usa para evitar hablar de la falta de política habitacional y justificar las medidas extremas que están tomando con su campaña de 'limpieza'", sostiene por su parte Mónica Farías, de la Asamblea Popular Plaza Dorrego de San Telmo. El titular de Proyecto 7, Horacio Ávila, coincide en que "todo esto está relacionado con la 'limpieza' que hacen en la calle" con "persecución y represión". Los consultados señalan que desconocen la estadística oficial de la que Kravetz dice haber sacado la cifra de las 650 personas con antecedentes penales.
En las últimas semanas las organizaciones comenzaron a denunciar un incremento de operativos de "limpieza" de las "ranchadas" de los y las personas en situación de calle, que son expulsadas de esos lugares, en muchos casos sin sus pertenencias. Di Iorio subraya en este sentido que "el propio GCBA publica los videos 'limpiando la ciudad', corriendo a las personas en situación de calle". La investigadora asegura que las declaraciones de Kravetz "no son novedosas", pero sí advierte sobre el dispositivo sobre el que se montan: "Lo que es nuevo, y debería llamar la atención, es que hoy hay una legitimidad social e institucional para hacer estos comentarios e implementar políticas públicas alineadas", advierte.
En un comunicado, Proyecto 7 sostuvo que Kravetz "demuestra un desconocimiento e ignorancia sobre la problemática relevante" al manifestar "que las personas no quieren ir a los dispositivos que les ofrece el Gobierno, sin preguntarse 'por qué' no quieren ir". "Es trasladar la responsabilidad a las personas que sufren la problemática sin hacer ningún tipo de autocrítica", agregaron. "El latiguillo de 'no quieren ir a los paradores' o 'les gusta vivir en la calle' es lisa y llana ignorancia. Muchas veces las personas deciden quedarse en la calle porque las condiciones en los paradores son crueles: están en pésimas condiciones, separan hombres de mujeres, los menores van con sus madres y los padres quedan separados, no pueden entrar con sus pertenencias si ocupan mucho lugar", señala en este sentido Farías.
"La calle es su única morada, a veces la última. Viven en la calle familias que no son delincuentes, abuelos que no son delincuentes, niños que no son delincuentes, hombres y mujeres que no son delincuentes", agrega por su parte De Russis, quien se hace espacio para invitar a Kravetz "a acompañarnos en las recorridas, las noches de lluvia y frío, de mosquitos y calor, de desamparo". "Hágase amigo de nuestros amigos, conózcalos y reconózcase en sus semejantes", dice, y recuerda a las personas que fallecieron en la calle durante la ola polar del año pasado.
Al pasar, en sus declaraciones Kravetz también apuntó contra las mujeres que viven en las ranchadas: "Hay veces que son más bravas las mujeres que los varones", dijo. "Esa posición de 'brava' que puede ser leída por el ojo ingenuo como 'agresiva' tiene que ver con un mecanismo de defensa hacia las situaciones de violencia desproporcionada que sufren las mujeres", apunta Di Iorio sobre esto, y agrega que el RUV arrojó que en la Ciudad "tanto las mujeres como las disidencias en situación de calle experimentan muchas más agresiones físicas y sexuales que los varones".
Otro de los puntos cuestionados por las organizaciones es la cifra de 1300 personas "que no entran en el sistema del Estado" que el jefe de la Policía porteña mencionó en sus declaraciones. El último relevamiento oficial arrojó que hay 3.511 personas sin techo, de las cuales 2.268 personas pasan sus noches en paradores y 1.243 personas lo hacen directamente en la calle. Ese último es el utilizado por Kravetz para hablar de los 1.300 y su supuesta mitad "peligrosa".
Los números de los relevamientos anuales oficiales, sin embargo, vienen siendo cuestionados desde hace años por las organizaciones. Ya en 2019, antes de la pandemia, el censo popular realizado por ellas arrojó que había 7.251 personas en calle. El año pasado, el Relevamiento Nacional de Personas en Situación de Calle (ReNaCalle), arrojó para la Ciudad un total de 8.028 personas. Para Proyecto 7, en tanto, "actualmente la población en situación de calle, solo en la Ciudad, no es menor a 12 mil personas".
"El número que toma Kravetz es un número equivocado. 1.300 personas habrá, mínimo, sólo en la Comuna N°1. Las organizaciones sabemos que son mucho más que eso, y que hay un aumento radical en el último tiempo: ranchadas donde antes no había, personas durmiendo en lugares insólitos y familias enteras con niños chicos", sostiene Farías. Para Ávila, en tanto, la escalada de operativos de "limpieza" en las ranchadas tiene que ver directamente con la proximidad del próximo censo oficial, que se realizará en estos días: "Están por hacer el relevamiento que hacen todos los años y, como es el primer número de Jorge Macri como jefe de gobierno, quieren que les dé menos", concluye Ávila.