Este martes la Facultad de Medicina de la UBA amaneció en penumbras, en medio de un corte de luz que se extendió por todas las áreas comunes de la institución. La decisión de cortar el suministro eléctrico y limitar el uso de los asesores a personas con movilidad reducida, en un edificio que cuenta con 17 pisos, fue tomada luego de recibir una factura de luz millonaria. En este contexto, la facultad no puede abonar el monto debido al impacto del ajuste que el gobierno de Javier Milei realizó en las Universidades nacionales.
A su vez, el apagón se enmarca en una resolución del Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires que circuló este lunes, en la cual informan a las autoridades de todas las dependencias sobre una serie de pautas para afrontar la emergencia presupuestaria. Además, la comunidad educativa de la Facultad de Medicina convocó a un “Abrazo solidario al Hospital de Clinicas” para este jueves, previo a la Marcha Nacional Universitaria del próximo martes.
"Por una factura de luz no van a cerrar las universidades", dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni, la semana pasada, al tiempo que desde el Gobierno descartaron la posibilidad de asignar nuevas partidas para que las casas de altos estudios puedan afrontar los fuertes aumentos de los servicios. Como ya es su costumbre, el gobierno especuló, según Adorni, con que el problema no lo van a tener ahora, sino que en un futuro.
Pero el futuro ya está llegando. “A partir del día de la fecha se baja a la utilización mínima de los servicios básicos de funcionamiento debido a la emergencia presupuestaria que se da por el congelamiento del presupuesto universitario”, anunciaron este martes las autoridades de la Facultad de Medicina, ubicada en Paraguay 2155, mediante carteles pegados a lo largo del edificio.
A una semana de que la Universidad de Buenos Aires se declarara en emergencia presupuestaria, en las redes sociales, se hicieron virales los videos de estudiantes de medicina mostrando cómo atraviesan el ciclo universitario a oscuras. Las imágenes los muestran caminando por pasillos en completa oscuridad, iluminándose con linternas para escribir o realizando largas filas para tomar el único ascensor habilitado para subir los 17 pisos del edificio.
Pero estos funcionarios no están honrando su origen. Ya que el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires hizo circular la Resolución N° 322/2024, que establece determinadas pautas para “mitigar el crecimiento inercial del gasto que desencadenaría en la imposibilidad de poder afrontar los compromisos asumidos por la Universidad”.
El “apagado de iluminación en aulas y oficinas iluminadas naturalmente y en espacios comunes de circulación durante el período diurno y hasta 30 minutos antes del comienzo de la actividad académica del día y 30 minutos posteriores a su finalización”, fue una de las medidas de austeridad que determinó la universidad para afrontar la situación de emergencia y por la cual la comunidad de la Facultad de Medicina amaneció a oscuras. Además anunciaron que no encenderán aires acondicionados ni calderas, no habrá nuevas becas y limitarán el uso de luz y ascensores, así como el freno a más actividades de extensión. Estas pautas aplican a todas las dependencias de la UBA con excepción de hospitales, como el Clínicas.
Según el Consejo Superior, la Resolución que data del 10 de abril, fue motivada “por una reducción del 26% en términos nominales y del 80% en términos reales (respecto del presupuesto devengado 2023) del presupuesto de gastos de funcionamiento asignado para este año a la Universidad para las funciones de educación, salud, ciencia y técnica y hospitales universitarios ($26.152 millones en 2023 contra $19.461 millones en 2024, incluyendo la actualización del 70% desde el mes de marzo)”.
En un escenario donde el último cálculo de inflación interanual, que dio a conocer hace unos días el Indec con el IPC de marzo, alcanzó 287,9%, la UBA sigue contando este año con el mismo presupuesto nominal con el que funcionó en 2023. La comunidad toda de la universidad argentina que tiene mejor desempeño en los rankings internacionales se encuentra en alerta, por lo que comienzan a ponerse en marcha las medidas de austeridad que buscarán mantener a la institución abierta. Asimismo, la Facultad de Exactas lanzó un contador para calcular cuántos días de vida les queda, que a este martes eran 44.
Frente a este escenario de crisis y la nula disposición del Gobierno nacional para resolver los conflictos graves que ponen en riesgo la universidad pública, gratuita y de calidad, toda la comunidad convocó a una gran marcha universitaria para el 23 de abril, desde el Congreso hacia la Casa Rosada a partir de las 15 horas, “en defensa del sistema universitario público argentino”.
En tanto, en el marco de la emergencia presupuestaria, la Facultad de Medicina convocó este martes a realizar un "abrazo solidario al Hospital de Clínicas" para este jueves 18 de abril a las 10, mientras que el martes y miercoles continúan con las clases públicas fuera de las aulas. "Debido a la falta de actualización en el presupuesto destinado a las universidades nacionales no solo las facultades se encuentran en riesgo, también los hospitales universitarios y la obra social de la universidad están al borde del cierre", indicaron desde las redes de la institución. Y agregaron: "Es por eso que convocamos a la comunidad a comprometerse y adherirse a esta muestra de apoyo a nuestro sistema educativo y de salud".
Informe: Lucía Bernstein Alfonsín