Esto ya se vio en la época de Carlos Menem, que se repita es lamentable, y que se profundice es peor aún", dice Pablo Marinangeli a BuenosAires/12. En su mirada, la visión negativa que existe sobre el panorama actual se debe a que el sistema universitario, científico y tecnológico "se va a resentir, y cuando el sistema se resiente tarda mucho en recuperarse".
"Son muchas las cosas que se pierden, generaciones de docentes que no ingresan al sistema o desarrollos tecnológicos e investigaciones que se ven cortadas", agrega el director de relaciones institucionales de la Universidad Nacional del Sur, de Bahía Blanca.
Con ese escenario marcado por el retiro del Gobierno nacional, el Estado bonaerense le aseguró apunta a continuar con los lineamientos que llevó adelante durante los primeros cuatro años de gestión. Kicillof y su gabinete tienen la intención, a pesar del contexto, de profundizar diversas políticas ligadas a los sectores que asistieron al encuentro. En lo que respecta al financiamiento, si bien se torna imposible suplir los aportes del Estado nacional, la Provincia quiere incrementar los aportes y hasta propuso "hacerse cargo de algunas de las obras que abandonó la Nación".
Eso fue una de las cosas que se conversaron en la reunión que el gobernador Axel Kicillof mantuvo con representantes de las universidades nacionales para analizar la acuciante realidad en la que los empujó el Gobierno nacional comandado por Javier Milei.
La reunión fue larga, y ocupó casi toda la tarde del martes. En el Salón Dorado de la Gobernación bonaerense, la Provincia planteó a miembros de 25 universidades nacionales, 2 provinciales, institutos científicos, docentes, no docentes, alumnos e investigadores, que su idea principal es continuar con las políticas desplegadas en materia de estudios terciarios.
Debido a que las universidades nacionales mantuvieron el mismo presupuesto que el año anterior, que fue diagramado en 2022, los cálculos estiman que la Educación Superior sufriría un pérdida del 72 por ciento en términos reales. Lo que el año pasado eran cuatro pesos, este año será uno, y eso representa un riesgo que sólo se asemeja a etapas como las que atravesó el país a principio de siglo, durante la crisis del 2001.
Si bien ya hubo diversas manifestaciones a la largo y ancho del país, con paros docentes, clases abiertas y movilizaciones, el 23 de abril habrá una Marcha Federal Universitaria cuya convocatoria promete ser arrasante.
De hecho, en la reunión del martes aprobaron un comunicado de adhesión a la manifestación de fin de mes. El documento reconoce la importancia de los sistemas que fueron convocados, destaca la visión que tiene la el Gobierno provincial acerca de ellos, y plantea un posicionamiento de cara a la actualidad que fue probado por unanimidad.
"Hay mucha preocupación en la gente que conoce el sistema universitario, que sabe los beneficios, las bondades y las fortalezas que tiene", dice el director de relaciones institucionales de la UNS, que subraya que se da "no sólo por la cuestión coyuntural". Además de que los salarios quedaron desactualizados con respecto a la inflación, y que los recursos para el funcionamiento de las instituciones son escasos, "el problema de fondo es qué universidad pública queremos", apunta Marinangeli. Y agrega: "El nuestro es un sistema modelo a nivel mundial y es reconocido porque históricamente permitió que todos accedan a la educación superior, ese modelo hoy está en cuestión, y eso preocupa".
Si bien dice que tiene "la esperanza de que sólo sea un ajuste coyuntural" y que puede haber una rediscusión acerca de la educación pública "de ninguna manera se la puede restringir o cambiar en su concepción", el representante de la casa de estudios bahiense aclara que su expresión de deseo se ve opacada porque "la mayoría de las visiones en la reunión fue bastante pesimista en ese sentido".
El director de relaciones instituciones de la UNS dice que esperan una propuesta de aumento presupuestario del 70 por ciento por parte del Gobierno nacional, pero aclara que "no llegó", y que "aún así sería insuficiente".
Por eso agrega que "la voluntad es seguir dando clases, pero preocupan los casos de docentes que por salarios bajos están buscando otras posibilidades". Y agrega: "Los chicos que egresan tienen muy poco interés por quedarse en el sistema universitario. Es una repetición de lo que pasó después de la hiperinflación de Raúl Alfonsín, y se vio en la época de Carlos Menem. Salarios muy bajos y carencia de apoyo, entonces no se toma a la facultad como opción a futuro. Que se repita es lamentable, y que se profundice es peor aún."
Marinangeli dice que en la casa de estudios bahiense "el ajuste en los gastos de funcionamiento son muy grandes". Explica que la UNS está haciendo "el esfuerzo para arreglarse con los fondos que disponemos para funcionar", pero advierte que "el ajuste que llega a las universidades terminará repercutiendo en los servicios que brinda", ya que esto "derrama fuertemente en la ciudad de Bahía Blanca".
Marinangeli, que es ingeniero agrónomo con maestría y doctorado en la UNS, y que se desempeña también como docente del departamento de Agronomía, explica que las repercusiones del ajuste "se notan mucho porque en Bahía Blanca viven 300 mil habitantes, pero la comunidad universitaria toda, desde alumnos hasta docentes y no docentes, representa más de 40 mil personas".
De hecho, el presupuesto de la universidad es el segundo más importante de la ciudad, superado solamente por el de la Municipalidad. "El impacto en la ciudad se siente y se ve", reitera, y cita el ejemplo del programa de idiomas, que se redujo a menos de la mitad, lo que representa menos trabajo para los docentes y menos acuerdos con los institutos de idioma del distrito.
"El derrame va más allá de la formación o la investigación, y eso preocupa más, porque allí se ven los efectos", dice Marinangeli, que destaca que la UNS "es muy ordenada y siempre se manejó con muy pocos cargos por contrato", lo que permitió "obtener ahorros". Sin embargo, eso los hará estirar este año, pero tendrán "restricciones en cosas que la gente no ve, como las obras".
"Estamos gastando los ahorros que tenemos y dejando de hacer cosas que son necesarias, se dejan de hacer obras hasta de mantenimiento y entonces sí, la facultad funciona igual, pero dejamos de hacer cosas que el año que viene, si esto no se revierte, se van a manifestar de otra manera, porque los ahorros se acabarán, el mantenimiento deberá hacerse, y el miedo es que esto se sostenga y perdure", agrega.
En al reunión de la Gobernación bonaerense, que contó con la presencia de diversos funcionarios del Estado provincial, asistieron representantes de la Universidad Nacional de La Plata, San Antonio de Areco, Quilmes, La Matanza, Lomas de Zamora, Luján, Hurlingham, del Centro (Tandil), Tres de Febrero, José C. Paz, Mar del Plata, Moreno, General Sarmiento, Arturo Jauretche (Florencio Varela), Scalabrini Ortiz (San Isidro), Lanús, Avellaneda, San Martín, Guillermo Brown (Adrogué), del Noroeste (Junín), del Oeste (Padua) y del Sur (Bahía Blanca).
En cuanto a las casas de estudios bonaerenses, viajaron hasta La Plata los representantes de las Universidades Provinciales de Ezeiza y del Sudoeste (Pigüé). Por la Universidad Tecnológica Nacional, dijeron presente las autoridades de las sedes de San Nicolás, el Delta, Bahía Blanca, Haedo, La Plata, Avellaneda, Pacheco, Trenque Lauquen y Mar del Plata.
Junto a dirigentes y referentes de los colectivos universitarios también hubo representantes del CONICET, de la Comisión de Investigaciones Científicas, del Centro de Investigaciones Ópticas, de la Comisión Nacional de la Energía Nuclear, y del Centro de Estudios Urbanos Regionales, entre otros.