La pantomima duró solo cuatro meses. Por motivos de seguridad, Javier Milei dejará de trasladarse en aviones de línea para utilizar la flota oficial. Según informó el Gobierno, la decisión se tomó a partir de una recomendación de Patricia Bullrich. "No hay plata, pero hay que cuidar al Presidente", indicó la ministra. Así, el Presidente dará marcha atrás con un gesto de austeridad que, en medio del feroz programa de ajuste, había lanzado al comienzo de su gestión. "Más de 1.000 días para descubrir lo obvio", lo chicaneó Alberto Fernández.
“El Ministerio de Seguridad nos advirtió sobre ciertos riesgos que existen sobre que el Presidente siga volando en vuelos comerciales comunes", anunció Manuel Adorni. El vocero de la Casa Rosada contó que la cartera envió un "informe reservado" explicando las razones de "la sugerencia" y confirmó que se actuará en consecuencia. "Efectivamente dejará de utilizar aviones comerciales para viajar. Después veremos cómo implementar estas recomendaciones para que tenga todas las condiciones de seguridad que su investidura ameritan", sostuvo y descartó que el Presidente haya recibido amenazas. Hasta el momento, no se dieron mayores precisiones sobre cómo realizará los próximos viajes, un nuevo esquema que deberán coordinar Presidencia y Casa Militar.
Bullrich ya había anticipado la noche anterior que veía con preocupación la forma en la que el Presidente estaba viajando por el mundo y que era necesario aumentar su protección. “Hay que considerar que la Argentina está en una etapa de austeridad muy fuerte, pero también tenemos que cuidar al Presidente. No es lo mismo un avión de línea donde hay un montón de personas, de equipaje, de situaciones que se pueden dar, a un avión controlado total y absolutamente por nosotros, por la seguridad presidencial, por la Casa Militar, por los pilotos de la Fuerza Aérea”, expresó la ministra en LN+.
El diagnóstico de Bullrich expuso la peligrosa decisión que tomó Milei, al prescindir del Tango 01 y del ARG-01, que compró Alberto Fernández. Incluso, el mes pasado, el Gobierno anunció que cedería a la Fuerza Aérea el manejo de la flota presidencial. A pesar de la insignificancia en términos fiscales, el objetivo del libertario era demostrar que los recortes del gasto público también lo alcanzaban a él y a sus ministros. Por eso, desde su desembarco en la Casa Rosada, todos sus traslados en el exterior se realizaron en vuelos de línea y fueron promocionados en redes sociales para alimentar el discurso "anticasta".
“El modo de viajar que se ha elegido nos ha permitido ahorrar unos 392 mil dólares”, remarcó Milei, por ejemplo, cuando viajó al Foro Económico de Davos en Suiza. “Este dinero surge del esfuerzo de los argentinos y es nuestro deber moral cuidar el mango hasta en los detalles más pequeños”, completó orgulloso con un mensaje en su cuenta de X y una foto en la que se lo veía con los pulgares para arriba en un avión de la empresa Lufthansa.
El relato, sin embargo, se chocó de lleno con la realidad. El Presidente decidió ahora modificar su forma de viajar, luego de que tuviera que suspender la visita a Dinamarca por las alertas que encendió el ataque de Irán a Israel. En el Gobierno, reconocen que la custodia que acompañó a Milei a Estados Unidos no estaba preparada para la escalada bélica que se dio en Medio Oriente y que fue un error haber abandonado la flota oficial. Por ese motivo, Milei anticipó su regreso al país y ayer participó de manera virtual de la firma de convenios por la compra de los veinticuatro aviones F-16. Lo hizo a través de un Zoom, en donde protagonizó un breve intercambio junto a su ministro de Defensa, Luis Petri que estuvo presente en Copenhague para sellar el acuerdo.
Ahora, la recomendación de Bullrich deberá concretarse cuanto antes. En la agenda presidencial figuran compromisos inmediatos, como el Foro Llao Llao que comenzará este viernes en Bariloche, y otras excursiones con destinos europeos para los próximos meses. El 18 y 19 de mayo, Milei participará de un acto del partido de ultraderecha Vox y un junio asistirá a la Cumbre del G7 en Italia. Días después, el 21 de junio, pisará nuevamente suelo español para recibir el premio del Instituto Juan de Mariana, por ser considerado un referente del liberalismo.
El antecedente de Macri
Año atrás, la ministra de Seguridad le había dado el mismo consejo a Macri. El ex presidente había tomado la misma política de "austeridad", pero luego de que compartiera un vuelo comercial en el que se hallaron a dos ciudadanos colombianos que transportaban 64 mil pastillas de éxtasis, el esquema se modificó.
"El Presidente no puede viajar en vuelos comerciales porque tienen una serie de riesgos que no pueden ser previstos", sostuvo Bullrich en aquel momento. En la previa de una gira que Macri tenía que hacer por Rusia, Suiza y Francia, la ministra fue la encargada de defender el cambio en la política presidencial.
Entonces, también se habló de un informe de su cartera y de la Casa Militar que recomendaban realizar esos cambios. "Un presidente no puede estar expuesto a que se suba al avión una persona con un fin distinto a viajar, a no tener custodia y a no poder volver al país cuando se necesita", dijo en la mesa de Mirtha Legrand en 2018; ahora le tocó el turno de dar la cara por Milei.
El dardo de Fernández
La marcha y contramarcha del Gobierno fue cuestionada por Alberto Fernández, quien calificó de "demagogo" a Milei. "Y un día se dieron cuenta de que, por razones de seguridad, es recomendable usar aviones oficiales", arremetió el exmandatario. "Más de cien días para descubrir lo obvio. El precio que se paga cuando uno juega a hacer demagogia", completó en sus redes sociales.