El feriado del 28 de marzo 13 compañeres de la Línea 137 fueron desvinculades, ningune recibió una notificación personal, algunes se enteraron por un listado que empezó a circular por WhatsApp y otres cuando volvieron a sus trabajos y se dieron cuenta que no tenían el acceso al sistema.
Les despedides son compañeros y compañeras con más de 12 o 15 años de antigüedad. Quienes trabajamos en la Línea 137, en su mayoría, estamos desde los inicios del programa que fue en 2006 y en los últimos años hubo muy pocos ingresos, con lo cual, casi todes tenemos esa antigüedad hoy en día. Les profesionales que han ido eligiendo otros rumbos laborales o por diferentes circunstancias han dejado de trabajar en el programa, son contratos que nunca se pudieron recuperar, es decir, que el vaciamiento del programa es una decisión política clara.
En la línea no sobran trabajadores, más bien faltan. En el transcurso de los años habiendo perdido esos puestos, se pierde capacidad de respuesta ante la demanda. El programa tiene diferentes áreas: la central de llamadas, los equipos móviles y el área de seguimiento. Este último sector toma contacto en un segundo momento con las personas que han sido victimizadas y que asistimos primero en la emergencia, para hacer las articulaciones institucionales necesarias luego, atendiendo la protección integral. Los despidos se dieron en el equipo móvil y la central de llamadas.
La 137 es una línea nacional que recibe llamados desde cualquier lugar del país y en general, quienes atendemos las guardias, en el mejor de los casos, somos cuatro o tres personas solamente. Estuvimos con retención de tareas hasta el 15 de abril en función del pedido de reincorporación de les compañeres y hasta el momento, continuamos sin ningún tipo de respuesta de parte de las autoridades.
Ahora estamos con una retención parcial de tareas, atendiendo de forma intermitente la central de llamadas y desplazando los equipos móviles al terreno en los casos que la emergencia lo requiera. El problema es que al tener menos compañeres cubriendo una línea que funciona las 24 horas, los 365 días del año, se quitan compañeres que están en el equipo móvil en la calle para que se cubran los puestos de llamado que están quedando vacantes debido a que la primera entrada de pedido de intervención es el teléfono y es lo que más se refuerza siempre. Por lo tanto, hay un vacío en el acompañamiento en territorio que pueden ser a una comisaría para realizar el proceso de denuncia, a un hospital en los casos de violencia sexual y en los reconocimientos en un segundo momento.
La línea 137 depende del programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia de la Nación. Nosotres trabajamos en conexión directa con el Poder Judicial, redactamos informes que se adjuntan a los expedientes, por ejemplo, en los casos puntuales de violencia sexual. En el momento de la intervención, estamos en contacto con jueces, fiscales y secretarios, nos preguntan si es posible detener al agresor, si la víctima quiere instar a la acción penal y registramos el relato en el primer momento de sucedido el hecho donde se obtiene mucha más información que luego a medida que van pasando los días o las horas.
Todo el trabajo que hacemos colabora en el proceso judicial y claramente si peligra la continuidad del programa va a tener una consecuencia en el Poder Judicial. Las intervenciones que no hacemos se irán acumulando hasta el momento en que realmente haya algún equipo para salir, lo que se pierde es el trabajo en la emergencia.
Más allá de la lucha que es por nuestres compañeras y compañeros despedides y por el programa en particular, la lucha es más grande porque se trata de personas que se quedan sin trabajo y políticas públicas que están desapareciendo.
*Trabajadora y delegada de ATE en la Línea 137