“Perdón que me tenga que retirar antes de la entrega de reconocimientos, pero tengo un zoom con el resto de los rectores de las universidades nacionales por la marcha del martes.” En medio de la organización de la movilización en defensa de las universidades públicas, Pablo Domenichini, rector de la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNAB), presentó los resultados del Programa de Inserción Laboral (PIL) de la institución que comanda.
Casi 50 por ciento de quienes iniciaron sus pasantías efectivizaron su empleo en las empresas donde estaban a prueba.
Tal es el caso de Santiago Blanco, que a sus 21 años, se incorporó como pasante y continúa trabajando en Bolsapel SA, una fábrica de bolsas de plástico en el Parque Industrial de Almirante Brown. “Mi viejo me contó de este laburo porque él, sin estudios, siempre lo hizo y me explicó la importancia de contar con un título”, cuenta a Buenos Aires/12.
Blanco es estudiante de la Licenciatura en Logística y Transporte. Comenzó la carrera en 2021 y al año siguiente se encontró con la propuesta del PIL. En poco más de un año de vida, la iniciativa efectivizó 22 pasantías de las cuáles diez se transformaron en trabajo efectivo dentro de alguna de las 16 empresas conveniaron con la UNAB para formar parte de este proyecto.
“Mi miedo era estudiar y quizás no poder aplicarlo, pero hoy estoy desarrollando con la práctica lo que aprendí en la teoría”, indicó el estudiante.
Al igual que Blanco, Mayra Guinobart Calvo, reconoció a este medio el valor de un programa que le posibilitó, tras dos entrevistas, acceder a un empleo. En su caso, ya egresada como licenciada en Comunicación Digital, durante su cursada trabajó en Radio Continental. “Arranqué redactando para la web y terminé haciendo producción en la programación de la mañana”, señaló.
Más allá de que no pudo continuar trabajando por cuestiones de tiempos, sí continúa con su empleo en la Secretaría de Prevención Ciudadana de la Municipalidad de Almirante Brown. “Estoy hace nueve años y pude aportar un montón de lo que aprendí, mejorando la comunicación institucional con nuevas propuestas y poder volcar la comunicación al plano digital”, explicó.
De cara a la Marcha Federal Universitaria que se realizará el martes 23 de abril en defensa de las universidades públicas y gratuitas ante el desguace presupuestario que sufren de parte del Gobierno nacional, Calvo se manifestó a favor. “Que te haya recibido una universidad pública, que durante tres años fue mi casa, y estemos viviendo esto, es algo que genera tristeza”, sostuvo.
Asegura que no llega a comprender las razones que motivan la decisión del presidente Javier Milei de asfixiar presupuestariamente a las universidades nacionales. “Creo que, como muchas políticas públicas, son una prueba y error, pero también creo que hay cosas como la educación que no se deben tocar porque genera los profesionales que sacan el país adelante”, remarcó.
“Hay cosas con las que no deberían experimentar”, resaltó Calvo.
Ambos integran el grupo de estudiantes que ingresaron al programa y fueron elegidos por alguna de las empresas que actúan en conjunto con la UNAB para materializar la iniciativa impulsada por la Secretaría de Extensión de la casa de estudios que ya cuenta con sus nuevos edificios en la ex Quinta Rocca de Burzaco.
Este jueves recibieron un diploma en reconocimiento a su desempeño, al igual que las firmas que conveniaron nuevamente con la universidad para darle continuidad a la iniciativa durante 2024.
Comunidad universitaria
“Esta actividad remarca y refuerza el concepto de comunidad universitaria”, señaló Domenichini antes de partir a su reunión virtual con el resto de los rectores universitarios.
Para Domenichini, también diputado provincial de la UCR, el PIL es una iniciativa que demuestra cómo se transfiere a la comunidad “el conocimiento, la investigación, la cultura y la mirada de diálogo”.
El programa cuenta con menos de dos años de vida. Como bien explica Soledad Guerrieri, coordinadora de la iniciativa, cualquier programa de pasantías demanda que haya un caudal mínimo de materias aprobadas. No es un tema menor para una universidad que abrió sus puertas en el segundo cuatrimestre de 2019.
“Hay que tener en cuenta que no teníamos aún muchos estudiantes con el 50 por ciento de las materias aprobadas por ejemplo, y a eso se le suman los dos años de pandemia que contrajo todo movimiento en las empresas”, remarcó en diálogo con este medio.
Explicó que la duración de las pasantías es de seis meses, pudiendo extenderse hasta los dieciocho meses, pero “usualmente antes del año las empresas efectivizan a los pasantes”. En estos momentos, habiendo comenzado las clases en febrero, ya hay dos solicitudes en proceso de selección y otras dos con convocatorias abiertas.
“En este tiempo de trabajo se ven que los resultados son muy buenos y muestra que la universidad pública es y debería ser un orgullo para todos porque no sólo forman profesionales, sino que está comprometida con construir un mundo mejor”, manifestó Domenichini.
“La universidad que queríamos”
En el marco de la tensión vigente entre la comunidad universitaria y el gobierno de Milei, la UNAB firmó la renovación de los convenios con empresas y fábricas que se harán de estudiantes brownianos como pasantes.
“Esta es la universidad que imaginábamos cuando estaba en conformación, cuando se discutía el tipo de universidad que debía ser la UNAB, y hoy está acá, siendo parte de la línea de desarrollo de Almirante Brown junto al Parque Industrial y el Parque Rural”, sostuvo Mariano Cascallares.
El intendente local de Unión por la Patria fue uno de los impulsores para sancionar la ley que creó la universidad en 2015 y su normalización y puesta en funcionamiento a partir de 2019.
Junto a él estuvo Miguel Rodríguez, titular de la Unión Industrial Argentina en el distrito. “Esto que hacemos es construir futuro en este momento tan particular que viven las universidades y que vive la comunidad en general”, señaló durante el acto en el primer piso del nuevo edificio de aulas.
También participó de la firma Hernán Pereyra, presidente de la comisión mixta que comanda el Sector Industrial Planificado de Almirante Brown (SIPAB), el parque industrial que está radicado en Burzaco. Es el segundo más grande la provincia luego del de Pilar.
“Las universidades y las empresas a veces hablamos distintos lenguajes y tenemos otros tiempos, por eso tenemos que vincularnos y articular”, apuntó.
En este sentido, Facundo Nejamkis, vicerrector de la UNAB, dijo que “son las universidades las que se deben acercar a los empresarios”. “Es nuestra obligación como Estado”, agregó.
Para el vicerrector, el Programa de Inserción Laboral es un ejemplo de cómo se da el retorno a la sociedad de lo hecho en la universidad pública. En momentos en los que se busca instalar una duda en torno a "las cosas que se hacen con la plata de los impuestos" Nejamkis destaca los alcances de un programa donde los profesionales se integran laboralmente a las demandas fabriles y comerciales de la región.
“Es una institución estatal implantada en el territorio”, señaló.
Al respecto, planteó sus dudas respecto a la posibilidad de que un empresario de la educación privada invierta en 17 hectáreas con dos edificios de aulas en la localidad de Burzaco. “Para eso está el Estado”, destacó.
“No hay que temer al debate sobre qué aporta la universidad a la sociedad, de buscar que salgan los mejores estudiantes y ustedes tienen que exigirlo porque son los dueños de esta universidad”, dijo ante los presentes. “Esto es de todos, de los que pagan mucho y también los que pagan poquito”, aclaró.