El Cultural Fontanarrosa está en medio de una reconversión integral. Una reelaboración que promete dar vida diferente al clásico edificio situado en Plaza Montenegro, cuyas actividades prometen acompañar el proceso. En este sentido y como ejemplo de coyuntura, destaca Nave Club, cuyas propuestas incluyen, hoy desde las 19, música a cargo de DJ Charlie Egg y la presentación de la banda La hija del Apocalipsis; en el marco de una agenda que culminará, de manera gradual y dentro de un tiempo, con la inauguración formal del proyecto.
“Es una institución que ya tiene una tradición característica en la ciudad, y eso obliga a un desafío. Por un lado, por lo que implica el Fontanarrosa, por su tradición y por toda la impronta que tuvo durante este tiempo. Por otro lado, a partir de la propuesta del Intendente Pablo Javkin y desde la idea del Secretario de Cultura y Educación, Federico Valentini, de empezar a recuperar espacios emblemáticos de la ciudad. Este edificio, además, está enclavado en el casco céntrico, que está atravesando un proceso de recuperación; y eso no es menor”, comenta Enrique Gabenara, flamante director del Cultural Fontanarrosa, a Rosario/12.
“Lo interesante del proyecto es que implica una tarea casi tripartita, ya que intervienen la provincia, la Municipalidad y la UNR. La UNR lo hace aportando y generando proyectos. La impronta más significativa será el cambio de eje del público, con un anclaje en los adolescentes y en la franja que va de los 30 a 40 años. Ya no será ‘Centro Cultural’ sino que, al reconvertirlo en Cultural Fontanarrosa, lo estamos pensando como una productora de contenidos. No solo en relación a lo que podamos producir, sino en relación a los artistas y a todo lo que tenga que ver con las industrias culturales. El Fontanarrosa será una gran factoría de producción de contenidos y de sentidos culturales; y me refiero, obviamente, no solo a lo específicamente artístico, sino a todo lo que incluya emprendimientos diversos, como lo gastronómico y lo tecnológico”, continúa el funcionario.
-Me interesa destacar que una política así ocurra en este contexto, en donde el estado se retira y es sospechado.
-Es un desafío, y desde un lugar específico como la secretaría de Cultura de Rosario, porque implica un posicionamiento político, más en estos tiempos, frente al corrimiento del Estado. Un espacio cultural implica una apuesta ideológica con respecto a la mirada que tiene la ciudad sobre la cultura. Además, es una decisión que el intendente Pablo Javkin asumió en su discurso de apertura del Concejo, donde señaló como parte de su proyecto de gestión reconvertir al Fontanarrosa y poner en valor el Planetario. Son puntos importantes, más en este momento, porque la cultura es un lugar de derecho. Otra cosa importante es pensar en lugares desde donde se puedan generar contenidos, relacionados con las expresiones de los adolescentes. Y acá tenemos un caso puntual. Acompañar ese proceso nos parece sumamente interesante, brindando un espacio de seguridad, para que ellos puedan desarrollar sus disciplinas.
-¿Cómo será la reelaboración edilicia? Debo decirte que lo laberíntico del lugar siempre me gustó.
-Lo que nosotros estamos haciendo, justamente, es ver cómo salir del laberinto por arriba, como diría Marechal (risas). Queremos generar espacios más abiertos, donde cada piso sea un espacio dedicado a una producción determinada. Es decir, la Planta Baja será la vidriera del Fontanarrosa, donde acontezca la vida más visible, donde estén todas las actividades circulando y sea también un lugar de esparcimiento. Lo que estamos tratando de generar es un espacio amable, sensible, más orgánico, necesitamos que la gente tenga una circulación más abierta. Hay todo un plan de ir por cada piso trabajando distintos contenidos, desde un diseño de producción específico para cada actividad. No será solamente un trabajo con los artistas, sino también en relación a la ciudadanía, para que sepa qué va a disfrutar, y desde un nivel sensorial. Más que una gestión dura de política cultural ortodoxa, se trata de trabajar sobre la cuestión de cómo podemos gestionar desde una mirada mucho más sensible.
-Los demás pisos, ¿qué actividades van a contener?
-Nuestra intención es tener, al término de estos cuatro años, un Cultural donde pueda generarse un espacio de coworking, que es lo que estamos planificando en el entrepiso, donde poder generar espacios de trabajo sobre la cuestión tecnológica, el desarrollo digital y la inteligencia artificial. El segundo piso está planteado sobre un concepto de club, donde puedan participar y convivir distintas propuestas en desarrollo, donde tengan su espacio de experimentación y de exposición, sea desde cuestiones escénicas como musicales. Y al tercer piso lo estamos presentando como un espacio más de producción boutique, donde generar situaciones espectaculares, que tengan que ver con esta idea de una experiencia única; es decir, por ejemplo, un show de una banda, pero bajo una determinada idea, que pueda acontecer en ese momento y por única vez.
En relación a la agenda próxima, y con Nave Club en ejercicio, Gabenara adelanta que “durante este mes y mayo, vamos a largar un poco toda esta idea, que iremos profundizando, con toda una serie de actividades atravesadas por las cuestiones del placer y el ocio. ¿Qué es lo que pasa con el placer y con los adolescentes, en medio de toda esta situación, donde todo es tan complejo y donde estamos crispados? Gradualmente, iremos mostrando hacia dónde va la construcción de este Fontanarrosa. Entrará en obras e irá por etapas, para luego generar su correspondiente inauguración. Pero lo que queremos, es que la gente vea este tránsito a la renovación; mientras, iremos proponiendo programas y actividades, que vayan en consonancia con lo que sucede”.
Como se recordará, el Fontanarrosa es una institución que depende de la secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, que está a cargo de Federico Valentini.