El presidente del Lille de Francia, Olivier Létang, criticó al arquero argentino del Aston Villa inglés, Emiliano "Dibu" Martínez, por sus gestos y festejos en la tanda de penales en la que el equipo de Birmingham ganó por 4 a 3 en los cuartos de final de la UEFA Conference League.
Tras lo que fue la tanda de penales en la que el equipo del español Unai Emery derrotó al del portugués Paulo Fonseca, el mandatario del club francés criticó al campeón del mundo con la Selección argentina por sus gestos y festejos a la hinchada del Lille al contener dos de los cinco remates de la serie.
"No quiero hablar de ello. Creo que perdemos mucho tiempo hablando de este chico cuya actitud no es la de un deportista de muy, muy alto nivel, en mi opinión. Porque en el deporte de alto nivel, en la derrota o en la victoria, hay que mantener la calma y la elegancia. Así que no me apetece seguir hablando. Prefiero que nos concentremos en nosotros mismos y destaquemos todos los aspectos positivos de esta noche, porque los hay. Los hay", señaló quién es presidente de la institución francesa desde diciembre de 2020.
Durante todo el partido en el estadio Pierre-Mauroy, el arquero del Aston Villa fue hostigado por el público del Lille debido a su actuación en la final de la Copa del Mundo en la que Martínez fue clave para el triunfo argentino sobre Francia y, al igual que en esta serie de cuartos de UEFA Conference League, festejó sus atajadas con bailes que calaron hondo en la retina de los galos.
Luego del 3 a 3 global, el Aston Villa y el Lille definían el pase a semifinales desde los doce pasos y el arquero se hizo gigante conteniéndole el primer penal al argelino Nabil Bentaleb, tras lo cual festejó haciéndole el gesto de silencio a la hinchada del equipo francés.
En el quinto disparo para el Lille, el argentino le atajó el penal a Benjamin André y celebró bailándole al público del equipo francés que terminó siendo eliminado por la conversión de Douglas Luiz.
"Creo que, como todo el mundo, el arquero del Aston Villa ya había recibido una tarjeta amarilla. Recibió una segunda, así que pensamos que podía ser expulsado. Y fue entonces cuando los árbitros nos explicaron que, cuando se tira un penalti, se ponen todos los contadores a cero y, por tanto, no había tarjeta roja porque sí" concluyó Létang.