La economista y docente universitaria Mercedes D'Alessandro advirtió por AM750 qué hay detrás del intento del Gobierno de Javier Milei de “vaciar” y llevar a cabo una “asfixia presupuestaria” a las universidades públicas de todo el país. La referente de Economía feminista desmintió una fake news que comenzó a circular el Gobierno para desactivar lo que se espera que sea una masiva marcha universitaria.
D’Alessandro explicó todo esto luego de confirmar el apoyo de las cátedras de economía de las universidades públicas a la marcha prevista para este martes 23 de abril. Una marcha para reclamar por el fin del feroz ajuste que pone en serio riesgo la continuidad de las casas de estudio de todo el país.
“Nos sumamos a la movilización en defensa de la universidad pública. Más de 200 docentes de carreras de economía, directores, responsables de cátedra hicimos un comunicado en apoyo a la movilización. Y también sobre las palabras del Presidente sobre las carreras de la universidad, que dijo que son espacios de adoctrinamiento, que no se ven a estos austríacos que él defiende”, comenzó explicando.
A lo que añadió: “Esto es obviamente falso. Y va en contra de la pluralidad que sostenemos todas las universidades públicas, que tienen un perfil bastante heterodoxo. Yo estudié en los 90' y era un perfil muy marcado de escuela neoclásica. Con el tiempo consolidamos una versión más pluralista en los planes de estudio. Yo di clases de epistemología de la economía en la UBA durante mucho tiempo. Y empezamos dando el círculo de Viena, es decir, la escuela austríaca”.
Esta escuela austríaca que tanto admira Milei, explicó D’Alessandro, es la misma que sostiene que tiene que haber una brutal reducción del Estado porque, según ellos, “interfiere en las decisiones económicas y lo hace de una manera nociva”. “Para ellos libertad es libertad de mercado. Y todo lo demás que entra en juego, molesta”, explicó.
En este contexto, añadió: “Pero más allá de estos debates de la batalla cultural que a Milei le encantan para esconder lo que está haciendo, el problema es lo que está haciendo, que es un vaciamiento y asfixia presupuestaria de la universidad pública”. Es que para D’Alessandoro es una rotunda fake news que el Gobierno haya aumentado, como salió a decir la semana pasada, en un 70 por ciento el presupuesto universitario.
Lo que hubo, más bien, fue un pequeño agregado en la parte más reducida del presupuesto: “La universidad pública viene funcionando con un presupuesto que ha sido congelado. Con el mismo del año pasado. Cualquier persona puede hacer la cuenta: si tiene el mismo ingreso, con una inflación de 300 puntos, no puede funcionar. Muchas universidades no llegan más allá de mayo. Muchos detuvieron obras de reformas y arreglos”.
“Y estos días el Gobierno sacó a relucir alguna negociación que después se mostró que era falsa. Ellos prometían un aumento del 70 por ciento. Es engañoso. Porque es un 70 por ciento solo de gastos de funcionamiento. No se incorporan las partidas salariales. Esto es un 10 por ciento del presupuesto universitario. Quiere decir que es un aumento del 70 por ciento, en el 10 por ciento del presupuesto, contra una inflación del 300 por ciento”, echó luz sobre el asunto.
Un ajuste con eco en toda la sociedad
El biólogo e integrante del consejo superior de la UBA y secretario de extensión de la FCEN - UBA Santiago Sosa también habló sobre el ajuste en la universidad pública por AM750 y explicó que las consecuencias no se limitan a sus estudiantes y docentes.
“Se congeló el presupuesto del 2023 con una inflación del 290 por ciento de marzo a marzo. Y habiendo ofrecido un aumento del funcionamiento solo del 70 por ciento. Esto hace que las universidades estemos trabajando con 1/4 en términos reales del presupuesto del año anterior”, explicó.
A lo que añadió: “El problema es hacer la discusión en términos corporativos. Esta marcha universitaria, si bien está convocada por las universidades nacionales y afecta de manera muy directa a quienes trabajamos y estudiamos allí, afecta a la sociedad en su conjunto”.
Para Sosa, esto se debe a que no hay que pensar a las universidades como meras expendedoras de títulos. “Tienen un rol fundamental en un montón de servicios a la sociedad. Solo para tener un ejemplo con la UBA, que sostiene seis hospitales, tiene 72 institutos de investigación. Todo eso afecta a la sociedad si se recorta”.