“Porque se cree que lo diferente es grotesco y monstruoso, he sido tan odiada que tengo razones para escribir. Nunca fui una esperanza para nadie. Junto las letras y escribo mediocremente sobre este vacío”. Así comienza el volumen Cuerpos para odiar, de Claudia Rodríguez

“Escribo porque no he sido la única. Con mis amigas travestis hemos sido rechazadas porque el cuerpo es sagrado y con él no se juega. Por eso escribo, por todas las travestis que no alcanzaron a saber que estaban vivas, por la culpa y la vergüenza de no ser cuerpos para ser amados y murieron jóvenes antes de ser felices. Murieron de sida, sin haber escrito una carta de amor.”

Divertida, inteligente, sensible, la prosa de la chilena Claudia Rodríguez es de una “honestidad desgarrada”, al decir de la escritora Mariana Enríquez. quien editó Cuerpos para odiar, el retrato crudo, auténtico y conmovedor de la vida de las travestis, que publicó Barrett con una cubierta ilustrada por Nazario Luque con cuatro hermosas viñetas sexys.

El libro expone la sordidez de la calle, la brutalidad policial, el hambre y el rechazo implacable de la sociedad a través de pequeños relatos, crónicas poéticas, confesiones íntimas. En un gesto político, Rodríguez desafía las normas ortográficas como símbolo de resistencia y reivindicación de las que no tienen voz.

Cuerpos para odiar es una obra emocionante y valiente que nos descubre a una autora impregnada de la realidad cruel de la vida en las márgenes.

Papeles urgentes

La primera versión de estos textos apareció en forma de fotocopia, como papeles urgentes, en el Chile donde nació, durante 2013, 2014 y 2022. Algunos escritos hablan de la represión policial, otros de la pandemia, otros sobre la hermandad de las travestis solas, desamparadas.

Luque, el padre del underground español, uno de los mejores retratistas de los bajos fondos de Barcelona, es también el responsable de las notables pinturas de las solapas de tapa y contratapa: un culo que se prolonga en forma de gran abanico flamenco y un hombre gris desplomado con su robe de charme, rodeado de botellas, cigarrillos y un calzoncillo tirado en el respaldo del sillón.

Texto mestizo, incluye poemas como el siguiente: Como las vacas, llevo en la piel las manchas escupidas por cupido. Voy rumiando tu nombre por la pradera, agotada de no encontrarte. Cargo un cencerro, cigarros y un cenicero. Soy el dibujo de una vaca que no da leche, y es por eso que no vuelo. Vivo en una patria cercada de otras vacas. Soy una pradera manchada de otras vacas. Soy una vaca manchada de praderas. De horizontes con tu nombre. Soy una vaca destinada a rumiarte.

O fragmentos así: Dicen que no sé hablar y hablan por mí pero en mi contra porque, según ellos, es mi culpa se tonta como soy. Pero mienten. Es su torcida forma de ver el mundo la que me hunde, la que me humilla, la qe me enferma y debilita. Mienten cuando hablan del pueblo, del hambre y del frío, negando a las travestis. Cuando hablan siempre hablan a su favor, para su beneficio. Ellos nunca pierden, ellos siempre recuperan. Mienten cuando nunca imaginan que una travesti pobre y resentida como yo sobreviva y resista.


Una referente trans latinoamericana

Claudia Rodríguez es un referente del movimiento trans latinoamericano. Comienza su activismo en 1991, una vez termina el gobierno militar de Chile, en la primera organización homosexual del país, Movilh Histórico. Su trayectoria abarca formación en derechos humanos, historia de la sexualidad y prevención del sida y otras enfermedades de transmisión sexual. En el 2007 se diplomó en estudios de Género en la facultad de Filosofía y Humanidades en Chile para posteriormente iniciar la carrera de Trabajo Social. Desde 1997 hasta 2010 fue consejera especialista en prevención del sida en el proyecto nacional del Ministerio de Salud (MINSAL) denominado FONOSIDA. 

En 2008 ingresó a la Colectiva Lésbica Travesty Feminista Paila Marina, participando activamente en la realización de foros públicos y performances durante marchas nacionales. En el plano literario, ha participado en talleres de escritura impartidos por los escritores Diego Ramírez y Juan Pablo Sutherland. Su obra, de la cual en este libro hay una buena muestra, ha sido autopublicada en fanzines con los que financiaba su activismo social y político. En 2011 creó la primera compañía teatral travesti con la obra Historias travestis y ha participado en obras colectivas como el libro Cien historias en cien palabras: las transexuales hablan, publicada por la ONG Redes de Orientación en Salud Social (REOSS).

En la actualidad, Claudia Rodríguez se dedica principalmente a explorar la importancia de la lectura y escritura, así como la creación artística, como herramientas políticas en el movimiento travesti. A Rodríguez, su país y el fascismo la hicieron una travesti hambrienta, friolenta y creadora. Una criatura, como Marilyn Monroe, no deseada. y narrativa de otros mundos.