En un nuevo capítulo del enfriamiento de relaciones entre La Habana y Washington, la representante norteamericana ante la ONU disparó munición gruesa por la votación condenando el embargo. Para Nikki Haley, el texto aprobado por la Asamblea General es “teatro político” y ratificó que su país seguirá por esa vía pese a la condena de la comunidad internacional. Así, se corre la página, tras la abstención del año pasado, ocurrida en la votación que siguió a la histórica visita de Barack Obama a Cuba y los Estados Unidos vuelven a su frente con Israel contra el resto del mundo.
"Mientras el pueblo cubano siga privado de sus derechos humanos y libertades fundamentales, mientras los beneficios del comercio con Cuba apoyen al régimen dictatorial responsable de negar esos derechos, Estados Unidos no tendrá miedo al aislamiento", afirmó la embajadora minutos antes de la votación cuando ya se preveía un nuevo resultado adverso para la diplomacia norteamericana respecto del embargo impuesto en 1962.
En el plenario de la ONU, 191 países votaron por el levantamiento del embargo. Sólo votaron en contra Estados Unidos e Israel. Justamente, hace un año, Tel Aviv había acompañado al gobierno de Obama en la abstención.
Haley consideró además que la votación de hoy es un “teatro político” que utiliza el gobierno cubano para “distraer al mundo de la destrucción que ha impuesto a su propio pueblo". Además, recalcó que la ONU “no tiene poder” para revertir la política de la Casa Blanca hacia Cuba.
"El régimen cubano está enviando al mundo el mensaje deformado de que el triste estado de su economía, la opresión de su gente y la exportación de su destructiva ideología no es su culpa", agregó la embajadora designada por Trump, quien llegó al cargo desde la gobernación de Carolina del Sur.
Hubo más. Haley no ahorró críticas al gobierno de Obama. “Con la abstención el mensaje fue que el futuro de Cuba descansa en las manos de su pueblo. Lo lamento, pero el destino de los cubanos está en las manos de un dictador”.
Desde el gobierno de Raúl Castro, el embajador Bruno Rodríguez dijo, respecto a lo ocurrido hoy en Nueva York, que "en las últimas semanas, el presidente Donald Trump ha reiterado en cuatro ocasiones diferentes que su gobierno no levantará el bloqueo a Cuba a menos que esta realice cambios en su ordenamiento interno". Afirmó que su país "jamás aceptará condicionamientos ni imposiciones" y remarcó que "este enfoque aplicado por una decena de sus predecesores no ha funcionado ni funcionará".