Dentro de un mes, Piera Fernández de Piccoli defenderá su tesis de grado en la Universidad Nacional de Río Cuarto sobre el funcionamiento de las empresas estatales de la Argentina. Este martes, la estudiante de Ciencia Política se transformó en el rostro visible de la masiva marcha federal universitaria que congregó a medio millón de personas en la Plaza de Mayo y a cientos de miles en el resto del país.

Con 26 años, la presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA) apunta contra Javier Milei por la asfixia presupuestaria y reclama una respuesta al ahogo que en las últimas semanas se tradujo en facultades a oscuras para reducir gastos, hospitales universitarios que operan al mínimo e investigadores que no pueden avanzar en sus proyectos por la falta de recursos. “Esperamos que el gobierno tenga la suficiente inteligencia y empatía para entender lo que sucedió en las calles y que no ataquen más a la educación pública”, dice en una entrevista con Página|12 horas después de la movilización.

Fernández de Piccoli nació en Río Cuarto, Córdoba, y su trayectoria estuvo siempre ligada a la educación pública. Hija de una docente y de un comerciante “que no pudo acceder a la universidad”, en unas semanas se recibirá de licenciada en Ciencia Política. El martes, su discurso adquirió una fuerza atronadora: “No queremos que arrebaten nuestros sueños, nuestro futuro no les pertenece; la educación pública nos salva y nos hace libres”.

- ¿Cómo analizás la masiva movilización?

- Estoy un poco más movilizada y conciente de la situación. A nosotros nos costó llegar al escenario en Plaza de Mayo, era impresionante la cantidad de gente que había. Teníamos la vocación de que fuera multitudinaria, que marche no sólo la comunidad universitaria, sino toda la sociedad en defensa de la educación pública, y ver que eso sucedió en Buenos Aires y en todo el país es realmente emocionante. Todavía me cuesta tomar dimensión de lo que implica como hecho histórico.

-¿Y qué hay que esperar a partir de ahora?

- Nuestra expectativa genuina es que el gobierno tenga un cambio de postura radical, no nos da la sensación de que vaya a suceder, pero esperamos que tengan la suficiente inteligencia y empatía de entender lo que sucedió en las calles, y entender que fue un pedido de la sociedad para que no ataquen y no asfixien a la universidad pública argentina y que entiendan que no hay posibilidad de un futuro mejor si no es con educación. Esperamos una convocatoria al diálogo, poder resolver todos los problemas que planteamos: no es solo el presupuesto para gastos de funcionamiento, también los salarios para docentes y no docentes, las becas de los estudiantes, de los investigadores, las obras de infrestructura. Esperamos un diálogo certero que nos permita avanzar en soluciones. Y si no, seguiremos trabajando como lo venimos haciendo en unidad, de manera colectiva, con todos los actores del sistema universitario para propiciar un cambio de postura. No estamos dispuestos a renunciar a nuestro derecho a la educación, a renunciar a nuestro futuro, a renunciar a la universidad pública.

-¿Qué fibras tocó el recorte en educación universitaria para que se logre una marcha tan masiva y transversal, con el apoyo de la clase obrera?

- Tocó la fibra íntima de la expectativa de un futuro mejor. No podemos pensar en una argentina más justa, libre e igualitaria sin universidad pública. Esta universidad, a pesar de todo lo que tiene por mejorar, es la que nos sigue brindando graduados de calidad, médicos y enfermeros que nos atienden en hospitales, ingenieros que construyen nuestros puentes, arquitectos que construyen nuestras casas. Creo que la sociedad argentina tiene una fuerte valoración por la educación pública y eso se notó.

-¿Qué pensás del posteo del presidente Javier Milei en las redes sociales tras la marcha, donde habló de “lágrimas de zurdo”?

- Es muy triste, no solo por la falta de empatía y de perspectiva respecto de lo que sucedió ayer, sino porque además con la violencia que se maneja en las redes, que el propio presidente se ponga en ese nivel es muy triste, hay que elevar el nivel de lad iscusión.

- El discurso cierra con una frase que dice: “La universidad pública nos salva y nos hace libres?”. ¿Por qué la eligieron?

- Lo escribimos de manera consensuada, fue construido con estudiantes, docentes, rectores y no docentes. Nos salva porque la educación nos representa una oportunidad ante el azar que nos produce la desigualdad. La educación como herramienta por excelencia de la movilidad social ascendente es la que permite tener oportunidades. Es perverso condicionar el futuro de una persona por el lugar donde nació y eso es lo que transforma la universidad pública.

-¿Qué implica un recorte de la magnitud en que denuncian rectores, estudiantes, investigadores?

- Hoy estamos atravesando una de las peores crisis que nos ha tocado enfrentar en la universidad pública desde el regreso a la democracia, por el congelamiento de los gsatos de funcionamiento, por la pérdida salarial de 50 puntos del poder adquisitivo de los docentes y no docentes, congleamiento de becas y obras frenadas y recorte en ciencia y tecnología. Todo esto implica una baja en la calidad educativa, y también implica un problema serio para garantizar el ingreso, la permanencia y el egreso de los estudiantes a la universidad pública. Esto no queremos perderlo, queremos cuidar y fortalecer y mejorar su calidad e inclusión, y sin presupuesto es imposible.

Fernández de Piccoli defenderá el mes que viene su tesis de grado de la licenciatura en Ciencia Política, donde aborda el rol de las empresas públicas, que ha adquirido mayor relevancia con el plan de desguace y privatización en el que avanza Milei, que puso la mira sobre Aerolíneas Argentinas, Trenes Argentinos, Télam, Aysa y Correo Argentino, entre otras. En total, son 18 las que pretende privatizar, según el proyecto de ley de bases que envió al Congreso. 

“Hice una pasantía en el Congreso de la Nación donde investigué y generé una propuesta para mejorar el desempeño de las empresas públicas argentinas, y que eso nos permita tener un proyecto a mediano y largo plazo para salir de la lógica pendular entre estatización y privatización”, resalta la presidenta de la FUA.

-¿Qué pensás del debate en relación a las privatizaciones que impulsa el gobierno?

- No estoy de acuerdo con el desguace del Estado. En este tema hay que tener una decisión de Estado que tiene que ser construida y sostenida en el tiempo de qué queremos hacer con las empresas públicas, porque la gran mayoría de ellas son estratégicas para el desarrollo nacional, implican servicios que son clave para la calidad de vida de los ciudadanos, y en ese sentido es importante que tengamos un buen desempeñlo, que se manejen con eficiencia y para eso hay herramientas institucionales, que hay que fortalecer. Esa es la discusión de fondo: discutamos, debatamos sobre cómo funciona el Estado, cómo hacerlo más eficiente y democrático, es una deuda pendiente. Pero que esto no implique rfomper todo y lelvarlo a cero. Eso es un retroceso, no un avance.

- Le pusiste mucha garra al discurso y a la defensa de la educación pública. ¿Qué ves cuando mirás para atrás y recorrés tu carrera educativa? 

- El paso por al universidad pública me hizo enamorarme de la educación. Yo siempre supe y siempre quise ir a la universidad pública, siempre me interesó formar parte de las discusiones que se dan en los procesos de formación, me apasiona, la universidad me cambió la vida, y más conozco a partir de mi rol en la FUA al sistema universitario y más me admiro de lo que genera en la sociedad. Me permitió proyectarme inidivualmente y colectivamente de una manera extraordinaria. Gracias a la universidad pude acceder a una beca para estudiar en España y Colobmia, pude hacer una pasantía en el Congreso, generé amistades de las más cercanas. Soy lo que soy gracias a la universidad pública.