Nacido en 1926, Manuel Antín ha visto en vivo y en directo la aparición, desarrollo y consolidación de la televisión argentina. Alguna vez dijo que  medio de comunicación era el socio rico y el cine el socio pobre a la hora de producir películas. “Al cine argentino le ha faltado siempre la televisión”, se lamenta, y explica: “Esto porque, tal vez, la TV ha asumido un rol menor: tratar que el público que la consume no crezca intelectualmente. Eso es algo muy doloroso, sobre todo en un mundo en el cual la educación es una obligación de todos, incluso del que maneja un tren”. Sin embargo, destaca que el cine tiene la capacidad de sobrevivir más allá del apoyo del universo de la pantalla chica. “La televisión no sabe los talentos que ha perdido con el divorcio del cine argentino. Un ejemplo es Damián Szifron, que ha hecho maravillosos dos programas de televisión y grandes películas. Es una lástima que no todos los canales hayan buscado más personas como él para construir una televisión de la cual uno pueda sentirse orgulloso”, concluye.