Rodrigo De Loredo se solidarizó en las últimas horas con el reclamo universitario pero su compromiso, que convive al mismo tiempo con la idea de facilitarle leyes al gobierno de Javier Milei, no fue comprendido en Córdoba. Allí, el diputado nacional fue increpado durante la marcha del martes.
Un día después, la incomprensión ciudadana la vivió en la puerta del Congreso, donde el legislador radical, comprometido con una causa que hace a la esencia de su partido (la Reforma Universitaria se dio durante el primer gobierno gobierno de Hipólito Yrigoyen) le explicaba a los periodistas por qué pese a su prédica no había dado quórum en la Cámara Baja. En eso estaba cuando sintió la voz de la calle.
"Da quórum para el presupuesto, sorete!", fue el grito de un colectivero que pasaba por la avenida Rivadavia justo mientras De Loredo hablaba ante la prensa. El chofer ya debía estar enterado que, minutos antes, el grueso del bloque radical, con De Loredo a la cabeza, no había acompañado la sesión en Diputados para discutir la cuestión del presupuesto en la educación superior.
El diputado trató de superar el mal momento, justo cuando un semáforo había dejado al colectivero a pocos metros y enfrente del tribuno. De Loredo sobrellevó el mal momento y no parece que se altere el rumbo inamovible en cuanto a la crítica certera a un gobierno de extrema derecha combinada con las ansias de votarle todo a favor o, al menos, hacerle un favor al dejar sin quórum una sesión convocada por opositores.