El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cuestionó con firmeza en su editorial a los diputados y diputadas que no dieron quórum para tratar en el Congreso los proyectos de ley vinculados al presupuesto universitario. Apenado, aseguró que la marcha estudiantil, masiva, “no dejará de ser un grato recuerdo”, pero que “en menos de 24 horas” el poder real –los que están detrás y aplauden a Milei—, “lo redujeron a eso”.
El editorial de Víctor Hugo Morales
A Milei solo le faltó jugar con la frase "¿qué sabor tiene la sal?" Para completar un stand-up cómico, divertido pero brutal al mismo tiempo. El patetismo se traslada a quienes estaban presentes y reían o aplaudían, quizás por la incomodidad.
Porque si bien Milei es un cómplice de sus afanes y afanos, algunos le adjudican un estatus intelectual, y lo que se escuchaba en la cumbre liberal de la Fundación Libertad era patético.
Contó Milei el origen del dinero, explicó la palabra salario (pero perdiéndose además mientras hablaba saludando a Sturzenegger), y cuanto más hablaba, más se sufría. Daba eso que se menciona como vergüenza ajena. Pero en el fondo no importa nada, ni siquiera la marcha.
No dejará de ser un grato recuerdo la marcha, el pueblo, la voz colectiva, el abrazo a los ideales, un poco de utopía, de sueños, de cantos. Un día que parecía perfecto, pero en menos de 24 horas lo redujeron a eso. A una foto perfecta en la simetría de las calles, en el colorido de esos ríos de lucha.
Todo bien hasta que llegan los farsantes que negaron quórum para discutir el presupuesto universitario, la marcha llegó a su fin. El pueblo está, pero los traidores también.
Se pueden llamar Pichetto o De Loredo, personajes cortados por la misma tijera, empleados naturales del régimen. Que no es Milei. No es ese pobre hombre al que escuchábamos. Milei es tan manejable como ellos. Por cierto que no es Milei, sino que es el verdadero poder.
Al otro día de la marcha, a las 11 de la mañana, en el mismo Congreso de donde partieron las columnas del martes, los mismos políticos que fueron a sacarse fotos no estuvieron en la discusión del presupuesto universitario.
Atravesaron un puñal en la espalda de los sueños de los que fueron a la Plaza de Mayo, y no fueron solamente De Loredo y Pichetto, aunque sean los casos más notorios de esa defraudación.
Es el poder real. El poder real, el que no quiere presupuesto universitario. El que les dice que no entren. El que se ríe de Milei, pero lo aplaude. Son los que aplaudieron ese discurso de anoche de Milei, ellos son los que mandan, y como Milei con la piñata, destrozan los sueños.