La Policía de la Ciudad reprimió a un grupo de colectiveros que se habían convocado frente a la sede de la Unión Tranviario Automotor (UTA) para reclamar contra el reciente acuerdo salarial pactado entre ese gremio y las cámaras del sector.

La protesta tuvo lugar en Moreno 2900 y los trabajadores pertenecen a la opositora Agrupación Bordó, que exigieron ser recibidos por el secretario general de la UTA, Roberto Fernández.

Debido a la masividad de la movilización que durante varios minutos cortó la calle, agentes de la fuerza de seguridad porteña llegaron hasta allí con patrulleros, policías motorizados y personal de infantería, que provocaron con empujones a los manifestantes y los obligaron a subir a las veredas, tal como establece el protocolo elaborado por Patricia Bullrich.

La cantidad de policías porteños superó la de manifestantes. Los choferes subieron a las veredas pero igualmente los uniformados lanzaron gas pimienta y golpearon al cordón de trabajadores, de modo tal que se generaron incidentes y enfrentamientos.

Durante la represión, uno de los agentes arrojó gases contra un camarógrafo del canal informativo IP, que junto con una periodista cubría esos hechos.

“Del sindicato no salió nadie. Nos mandaron a la policía para reprimirnos, aunque se había arreglado para manifestarnos pacíficamente en la vereda”, acusó uno de los colectiveros de la Línea La Perlita de Moreno.

Los integrantes de esa rama interna de la UTA y opositora a la conducción de Fernández aseguraron que no pretendía tomar la sede sindical, como ya había ocurrido una vez. Tampoco quisieron hacer una medida de política gremial, sino expresar su descontento por la cuestión salarial, según dijeron.

Tras la represión policial, la protesta de la Agrupación Bordó se trasladó a la Plaza Miserere, en el barrio porteño de Once, aunque minutos después los colectiveros se dispersaron.