Si la Ley Bases avanza en el Congreso y finalmente se aprueba, se derogará la moratoria previsional aprobada en marzo de 2023 y se la reemplazará por una Prestación de Retiro Proporcional, destinada a personas que cumplieron 65 años y no completaron 30 años de aportes necesarios para jubilarse. En los hechos esto eleva la edad jubilatoria para la mayoría de las mujeres que solo logran acceder a los beneficios de la seguridad social a través de estos regímenes especiales. Pero, además, quienes queden bajo esta figura pasarían a cobrar a partir de esa edad un haber mínimo equivalente a la Prestación Universal al Adulto Mayor (PUAM), que equivale al 80 por ciento de una jubilación mínima: una prestación de pobreza que ni siquiera permite a los beneficiarios acceder a una canasta básica de consumo. Las inequidades en materia laboral femenina dejarán de ser reconocidas en Argentina, en otro rasgo más de involución en materia de derechos en el gobierno de La Libertad Avanza.
En marzo, último dato disponible de la canasta básica total que elabora Indec, quienes accedieron a la PUAM cobraron 163.556 pesos contemplando el bono, mientras la canasta para una mujer de 61 a 75 años costó 172.278 pesos. “Es el sector etario que menos pobres tiene en Argentina”, había dicho el presidente Javier Milei sobre las y los jubilados en una entrevista a fines de febrero, al justificar los recortes de su motosierra. Deberá retractarse si la PUAM comienza a regir para la gran mayoría de los adultos en edad de jubilarse y se eliminan las moratorias.
El 75 por ciento de quienes acceden a una jubilación por moratoria son mujeres, según muestra un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) de julio de 2022, cuando el gobierno de Alberto Fernández debatía la última moratoria. “A los 60 años las mujeres no podrán acceder a una jubilación sino a algo que es asistencial”, advirtió la diputada Julia Strada en relación al avance de la PUAM contenido en el proyecto de Milei. “La eliminación de la moratoria implica que 9 de cada 10 mujeres pasarán a la PUAM que rige desde los 65 años, no se acumula con pensión y es 20 por ciento menor que la jubilación mínima”, sintetizó la diputada Miriam Bregman a través de la red X.
En el debate legislativo de 2022, la propuesta de ampliar el alcance de la PUAM en lugar de sancionar una nueva moratoria había sido defendida por el bloque de Evolución Radical, que hoy lidera Rodrigo de Loredo. La nueva prestación proporcional debía alcanzar el 70 por ciento de la prestación básica universal más el 1,5 por ciento por año aportado, según la bancada radical que hoy apoya al oficialismo. Es decir, garantizaban menos que lo que propone Javier Milei.
A raíz de esta nueva edición en el debate sobre la justicia previsional, que pone a las mujeres en el centro, Mercedes D’alessandro, exdirectora Nacional de Economía, igualdad y género del Ministerio de Economía, aclaró: “En Argentina, las mujeres realizan el 75 por ciento de las tareas de cuidados. Por eso tienen tasas más bajas de actividad, formalidad, menores salarios y mayores niveles de desocupación”. Esas brechas son históricas y conocidas, aunque paulatinamente se reducen en el tiempo.
La feminización de la informalidad también está vinculada con las tareas de cuidado y el sector de las empleadas domésticas: “Son más de 1,2 millones en ese sector, el más informal, precario y de peores salarios de toda la economía. Trabajan todo el día y no tienen aportes”, sostuvo D’alessandro.
“Las mujeres en edad de trabajar duplican el tiempo de trabajo, con una jornada extra asociada a las tareas de cuidado”, agrega en diálogo con Página/12 la economista Lucía Cirmi Obón, autora del libro Economía para sostener la vida. Además, “las amas de casa aportaron entre el 20 y 25 por ciento de la generación de riqueza del país –explica en base a estadísticas autorizadas- así que es lógico que al final de su vida vayan a buscar ese pedacito de la torta que les pertenece”.
En contra de los consensos
Las moratorias, tanto para atender las inequidades de género como las brechas por informalidad, son relevantes en muchos países del mundo. “Alemania, España y Uruguay las tienen, y también poseen reconocimiento previsional del cuidado", aclara Cirmi Obón, integrante de Futuros Mejores y Paridad en la Macro. "Hoy en Argentina el 54 por ciento de las personas que están dentro del sistema previsional accedieron mediante una moratoria”.
“Hay tres consensos a nivel global, que lleva adelante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) mirando la experiencia de muchos países, que me parece importante tener en cuenta. Primero, que los sistemas públicos de jubilaciones son mejores que los privados, especialmente en momentos de crisis porque los aportes que se realizan al sistema privado se deterioran mucho y no son financieramente estables. Eso lo digo porque en el Pacto de Mayo, el presidente Milei propone habilitar nuevamente el sistema de las AFJP para quiénes opten por ello, lo cual acarreará más desfinanciamiento al sistema público”, sostiene la especialista.
“El segundo consenso es que hay que ampliar la cobertura de protección social, porque no alcanza seguir mirando esto desde una forma meramente contributiva. En los países ricos no es suficiente porque la población envejece rápidamente entonces la tasa de dependencia va empeorando, y en los países en desarrollo porque la informalidad es la norma. En el mundo existe un 60 por ciento de informalidad y sin embargo en el último tiempo la cobertura de pensiones en personas mayores pasó del 53 al 77 por ciento”.
“El tercer consenso es que deben diseñarse políticas para reconocer las tareas de cuidado, porque el sistema hoy día está pensado para la carrera laboral de un varón. Las mujeres tienen menos disponibilidad de tiempo para trabajar remuneradamente porque están cuidando. Además cuando se emplean lo hacen en sectores más informales, asociados con ese mundo del cuidado, y entonces tampoco pueden realizar aportes. Las mujeres interrumpen sus carreras laborales por las tareas de cuidado en el hogar”, reconoce Cirmi Obón. Los nuevos rumbos pueden llevar a la Argentina a contramano del mundo actual.