Con la presencia de siete hijxs de desaparecidos, se realizó ayer la audiencia convocada por el juez Germán Sutter Schneider para escuchar a las víctimas de Juan Daniel Amelong, condenado por 38 homicidios, 20 desapariciones, 59 privaciones ilegítimas de la libertad, 72 delitos de tormentos y la sustracción de dos menores. El juez deberá decidir si otorga la libertad condicional al genocida que basó su pedido en que el 17 de mayo cumple 20 años detenido. De las cinco condenas que recibió, tres son a prisión perpetua. Por una cuestión de procedimiento -la Fiscalía no fue admitida en la videoconferencia desde el comienzo- el juez pasó a cuarto intermedio hasta el jueves 2 de mayo, cuando se presentarán los argumentos fiscales.
El primero en hablar fue el diputado nacional Eduardo Toniolli, hijo de un desaparecido que estuvo secuestrado en la Quinta de Funes. Lorena Membrives, Alicia Bernal, Gustavo y Diego López Torres y Mario Bordesio dieron su opinión, como así también Sabrina Gullino Valenzuela Negro, que fue apropiada en marzo de 1978, y todavía busca a su hermano mellizo.
"Amelong era la persona que a me dejó abandonada en el Hogar del Huérfano, eso está comprobado en el juicio por la sustitución de identidad de dos menores. Seguramente, él sabe donde esta el Melli, probablemente nos haya ido a buscar al Instituto Privado de Pediatría con Walter Pagano y si él tuviera la voluntad de arrepentirse y reparar el daño que casuó, en algún momento hubiera reconstruido la verdad histórica", señaló Sabrina, hija de Tulio Valenzuela y Raquel Negro, que ayer hubiera cumplido 75 años.
Negro estaba secuestrada en la Quinta de Funes y fue trasladada para dar a luz en el Hospital Militar de Paraná, donde tuvo mellizos el 3 de marzo de 1978. Los niños fueron derivados al instituto pediátrico, y ella asesinada. El destino del varón aún se desconoce. También la mujer contó que se encontró en el colectivo con Walter Pagano, que es el otro condenado por traerla desde Paraná al hogar del Huérfano. Estaba yendo a una visita médica, autorizada dentro de su prisión domiciliaria. "Me gustaría que se pongan en lugar de una víctima de genocidio de que se encuentre con uno de estos tipos por la calle", expresó Sabrina.
Amelong está detenido en Campo de Mayo, una unidad militar donde goza de comodidades. Durante un período estuvo en prisión domiciliaria, pero ese beneficio fue revocado por la Cámara de Casación Penal.
Ante la demora en admitir la conexión de la Fiscalía, el fiscal Adolfo Villatte pidió la nulidad de la audiencia, que fue virtual porque están remodelando las dos salas de los Tribunales Federales. Ante ese pedido, el juez dispuso suspender la audiencia hasta el jueves próximo, de modo que la Fiscalía pueda escuchar todos los testimonios para poder argumentar el rechazo al beneficio solicitado por Amelong.
Villatte explicó ayer en declaraciones radiales que "Amelong tiene en su haber, entre condenas firmes y no firmes, 58 hechos de homicidios agravados y desapariciones forzadas seguidas de muerte, si lo comparamos con Robledo Puch, que lleva cumpliendo condena hace 51 años, y que tiene en su haber 11 hechos, su cantidad y peligrosidad es totalmente distinta".
En el escrito, una vez más, Amelong se presentó como "preso político". Al genocida se lo recuerda por sus actitudes provocadoras en todos los juicios, a los que asistió con vinchas que decían "legalidad", que tomó fotos a algunas abogadas.
Amelong saltó a la notoriedad pública nacional cuando fue identificado como una "víctima del terrorismo" por la vicepresidenta Victoria Villarruel, que viene impulsando su libertad. Raúl Amelong -el padre del genocida- fue asesinado en junio de 1975, en un atentado atribuido a Montoneros.
El camino elegido por Amelong no fue el pedido de justicia. El entonces teniente coronel Amelong participó de los grupos de tareas, y hasta prestó la quinta familiar "La Intermedia", para que fuera utilizada como centro clandestino de detención en 1978, tras el desmantelamiento de la Quinta de Funes. Según el testimonio de Eduardo Costanzo, represor que rompió el pacto de silencio, en la Intermedia fueron asesinados todos los detenidos que habían sido trasladados allí desde la Escuela Magnasco, después de pasar por la Quinta de Funes.
Otra de las víctimas de Amelong que habló fue Gustavo López Torres. "En mi caso, presenté la denuncia en 2004 por las desapariciones de mi papá y m mamá, pero la condena salió en 2023, 19 años después, y ahora me encuentro con que al tipo le pueden dar la libertad condicional ¿En qué justicia puedo creeer si estuvieron 19 años para juzgarlo y a los seis meses sale?", dijo a Rosario/12 Gustavo López Torres, hijo de Graciela Susana Capoccetti y Guillermo Ángel López Torres, secuestrados en Rosario en 18 de agosto de 1977. "Sobre todo, le dije al juez que Amelong sigue cometiendo delito. Hoy mismo, yo no encuentro a mi hermano o hermana, porque mi mamá estaba embarazada de seis meses. Yo no sé dónde está mi hermano y el tipo sale, me parece que el delito se sigue cometiendo. Después también que no se arrepiente en ningú momento. Nosotros como HIJOS nunca buscamos venganza", concluyó Gustavo.