“Hoy se cumplen tres meses del día que cambió para siempre la historia de mi familia y de la sociedad argentina”, leyó ayer Sergio Maldonado desde lo alto de un escenario ubicado en Plaza de Mayo. Como en ocasiones anteriores, lo escuchó una multitud. Fue la cuarta vez que estuvo allí, en ese lugar que no eligió, al frente de una lucha que, aunque lo agarró desprevenido, avisó, no va a abandonar. “Santiago era un pibe de paz, y en su memoria, una vez más, reclamamos saber qué pasó, quiénes son los responsables de su muerte, de entorpecer, encubrir y desviar la investigación de su desaparición y su muerte”, sostuvo. Como en ocasiones anteriores, la Plaza entera lo aplaudió. Le prometió a su hermano menor que insistirían en su pedido de Justicia. “No vamos a descansar, vamos a pedir justicia todos los días. Todos los días. Hasta que se sepa la verdad”, continuó. Como en ocasiones anteriores, los y las referentes de organismos de derechos humanos lo abrazaron con su aplauso. Allí, entre ellos, su compañera, Andrea Antico, le sonrió suavemente. El agotamiento que traía y el duelo construido a los tumbos no le permitieron agitar los brazos. Desde la multitud, la energía llegó en forma de canto: “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar, olé, olé, olé olá”.
Acompañados de un pequeño grupo de amigos, Sergio y Andrea fueron los únicos representantes de los Maldonado en la concentración de ayer. El hijo mayor de la familia fue el único orador. Viajaron desde Bariloche directo a la Plaza de Mayo. “Hoy es un día difícil (para estar) acá porque todavía no podemos hacer el duelo como corresponde”, inauguró su mensaje que, a diferencia de los que ofreció en movilizaciones anteriores, se centró en reclamar verdad y justicia para su hermano.
Sergio no hizo mención a ningún funcionario de Gobierno ni a la investigación judicial –“por ser prudentes” a la espera de los resultados de la autopsia, explicó–, aunque no abandonó las críticas a esa “parte de la sociedad, incluyendo medios de comunicación, que quieren cerrar el caso de Santiago olvidándose de todo lo que pasó en estos meses, del marco donde ocurrieron los hechos y de que hubo una fuerza del Estado, en este caso Gendarmería, tiene que dar cuenta de su accionar”. También avisó “no cuenten conmigo para sembrar odio y división en la sociedad”
El arco completo de organismos de derechos humanos le ofrecieron, nuevamente, marco y logística al acto de ayer, y sentido consensuado al mensaje de la familia Maldonado. “Nos encontramos juntos y unidos como movimiento de derechos humanos para gritar con fuerza la exigencia de verdad y justicia, para hacerle frente a la campaña de prensa del Gobierno, que quiere callar este reclamo”, leyeron las locutoras del acto, Liliana Daunes y Federica Pais. Esas palabras fueron consensuadas por los organismos que, detrás del escenario, esperaron a Sergio y a Andrea para respaldar su reclamo, hacerlo propio. “No callaremos. Nuestro pueblo no calla”, remarcaron. El pedido de renuncia del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y de su jefe de Gabinete, Pablo Noceti, se oyó a través de sus voces. “El Gobierno es responsable”, insistieron.
Sergio y Andrea subieron al escenario acompañados de las Madres de la Línea Fundadora, de Abuelas de Plaza de Mayo; hijos, nietos y familiares de desaparecidos detenidos por razones políticos; sobrevivientes de las desapariciones forzadas de la última dictadura. Las madres y hermanas de víctimas de violencia institucional los abrazaron al bajar. “Estamos acá, estamos con ustedes, estamos cerca”, le susurró Mirta Medina a Sergio al pie del escenario, y le entregó la foto de su hijo, Sebastián Bordón, asesinado por la policía mendocina en 1997. Raquel Wittis le dio la foto de Mariano Wittis –otra víctima de la policía– a Andrea, que también se llevó la de Andrea Viera.
“Hay una continuidad entre lo que sufrimos con Sebastián y lo que está sufriendo la familia de Santiago. Es la perversidad del Estado que no defiende la vida de una persona sino a sí mismo y para eso no hay antídoto que la movilización de la sociedad”, explicó a este diario Medina. Francisco Madariaga, nieto recuperado. Consideró “fundamental” el reclamo popular “para que estas cosas no vuelvan a pasar más. Santiago se solidarizó con una causa que no le era propia y dio el ejemplo. No podemos dejar que pase eso con quienes tienen ese grado de sensibilidad social, no podemos dejar que le pase a nadie más lo que le pasó a él”.
“Es importante que sigamos movilizados junto a la familia de Santiago porque apareció el cuerpo pero lo que no terminó fue el operativo del Gobierno para encubrir a Gendarmería y desviar la atención”, sentenció la legisladora porteña del FIT Myriam Bregman.
Pocas horas después de haber difundido la convocatoria a la movilización de ayer se conoció el procesamiento de una veintena de varones y mujeres que habían sido detenidos durante el acto que se realizó a un mes de la desaparición de Santiago. Frente a las operaciones para desviar la atención sobre otras cuestiones, Bregman propuso las campañas vía redes sociales que ayer tuvieron un nuevo capítulo en Twitter. El hashtag #YoNoVoy fue el más mencionado en esa red social durante las horas previas al acto. “Mucho ciudadano con nombre de número y preocupado por decir que no va a una marcha”, denunció el experto Luciano Galup junto a una lista de usuarios de esa red –identificados como “trolls”– encargados de instalar esa frase. “La gente salió a las calles igual a pesar de la campaña de miedo que el Gobierno pretende montar. El pedido de justicia por Santiago se realizó en numerosas plazas del país y en muchos otros países”, destacó Sonia Alesso, de Ctera.
A “cada persona en esta plaza y en todas las plazas” agradeció Sergio. En vivo y en directo lo miraron decenas de rostros de Santiago multiplicados en el público que se acercó organizado y autoconvocado sumó al suyo el reclamo de justicia. “Esta solidaridad nos abraza. Santiago era un pibe de paz, y en su memoria, una vez más, reclamamos saber qué pasó, quiénes son los responsables de su muerte, de entorpecer, encubrir y desviar la investigación de su desaparición y su muerte”, contuvo el llanto. “Hoy y cada día seguiremos pidiendo justicia por vos. Para que puedas descansar en paz”, culminó.