Este miércoles el Club Atlético Fernández Fierro festeja sus primeros 20 años de existencia en el barrio del Abasto. El CAFF (Sánchez de Bustamante 772) es la manifestación física del espíritu de la orquesta Fernández Fierro, uno de los emblemas de la renovación tanguera de este siglo. Por el Club –o CAFF, a secas- pasó no sólo gran parte de la escena actual del tango sino también importantes artistas de otros géneros vinculados a la canción, tanto de la Argentina como de Uruguay. La celebración de este miércoles comenzará a las 19 y se extenderá hasta pasadas la medianoche con un show de la orquesta anfitriona e intervenciones de una gran cantidad de invitados, que incluyen a Sofía Viola, Ariel Prat, Ezequiel Jusid (de Arbolito), Juan Pablo Fernández, Hernán “Cucuza” Castiello, Natalia Lagos, Juan Pablo Fernández, Dema y muchos más.
El CAFF fue fundado el 1 de mayo de 2004 y al día de hoy sigue siendo manejado por una cooperativa integrada por músicos de la orquesta y el histórico iluminador del espacio, Walter “el Tano” Coccaro (quien además devino en programador del Club), en una organización que da sustento a unas 25 familias. Y fueron los propios músicos –de ayer y de hoy- quienes levantaron el club. “Yo sé qué pared pinté, qué ladrillos puse en ese escalón”, confió alguna vez uno de esos músicos a este cronista. Ese fue siempre el grado de compromiso que los artistas manejaron con el espacio que celebra su aniversario.
Según cuentan desde la propia orquesta, el CAFF nació como una necesidad. Originalmente la orquesta tocaba en la calle –abundan los testimonios de seguidores y habitués del barrio que los veían transportar el piano por las calles adoquinadas de San Telmo- y con frecuencia tenían que pelear con la policía que les prohibía tocar en la vía pública. Eventualmente alquilaron un viejo taller mecánico que acondicionaron y se convirtió en una suerte de templo del tango del siglo XXI y que tiene un espíritu propio que engloba, pero también excede, al de la propia orquesta.
“Es una alegría cumplir 20 años, no es poco para nosotros”, celebra Coccaro. “Fueron 20 años de mucho laburo, mucha perseverancia, mucha fuerza, comunidad y esfuerzo cooperativo, y más que nada, de resistencia”, grafica. La historia del CAFF es, en cierto modo, la historia de la cultura under de Buenos Aires. A los pocos meses de su apertura sucedió la tragedia de Cromagnon, que puso patas para arriba al sector. Estuvieron meses con las puertas cerradas mientras adecuaban las instalaciones a las medidas de seguridad que las nuevas autoridades reclamaban. “Nunca nos dejamos estar, siempre quisimos participar de la cultura a través del CAFF”, recuerda Coccaro. El sitio también capeó la pandemia, los tarifazos brutales del macrismo y ahora, señalan, los nuevos golpes al bolsillo que propicia el gobierno de Javier Milei.
“Es un laburo, pero también es una fábrica de cultura”, define el iluminador y programador. “El CAFF siempre abrió sus puertas a grupos de distintos géneros, tanto musicales como humanos, es un lugar para que se expresen distintas voces, eso hicimos estos 20 años y nos enorgullece mucho participar con la cultura, darle una mano, es un modo de vida, un estilo de vida”, plantea.
El Tano reconoce que el camino no está exento de dificultades. “Esto nos cuesta mucho trabajo, no tenemos subsidios, estamos ante un gobierno que nos declara la guerra con los impuestos, con los alquileres, y estamos resistiendo, como siempre. Y es una alegría y esperemos que este miércoles nos encontremos con grandes invitades que pasaron durante estos 20 años en el CAFF y van a deleitarnos con algunos temas. La velada la va a cerrar la Fernández Fierro con su show de todos los miércoles, y va a ser una gran fiesta, vamos a estar con todos los amigos, están todos invitados, y esperemos que sea un festejo donde la resistencia sea siempre nuestra bandera”.
Marta del Pino es la histórica agente de prensa de la orquesta. Recuerda los orígenes de la Fierro, todavía estudiantes de la EMPA (Escuela de Música Popular de Avellaneda), a quienes conoció justamente en uno de esos toques callejeros. “Después la policía los corrió, se les empezó a juntar cada vez más gente, y ahí María Pantuso los invitó a un ciclo de tango que armaban en la Trastienda, en Zapatos Rojos Tango”, rememora. Esos años de la formación original de la Fierro, con Yuri Venturín, el Ministro, Julio Coviello, Julián Peralta, Walter “Chino” Laborde, Pablo Gignoli, Federico Terranova, Bruno Giuntini y otros. No es poco: de las diásporas posteriores del grupo se pueden trazar varias de las principales líneas del tango actual. “Yo los vi en la Trastienda y fue la primera y única vez que le ofrecía a una banda trabajarles la comunicación, así empezamos juntos, ahí en lo de Pantuso, que yo le digo la madrina”.
“En estos 20 años por el CAFF pasó gran parte de la música popular contemporánea de la Argentina, Chile y Uruguay, y visitantes de todo tipo: Skay, Poli, los Café Tacuba, Attaque, no sé, de todo, y además pasamos la pandemia, el macrismo, ahora el mileismo: nacimos con la piel curtida, no sé cuánto podremos sobrevivir, pero que estamos acostumbrados a los embates, estamos acostumbrados a los embates. Tenemos una terquedad que nos motoriza. Somos una referencia de un reducto ineludible de la escena musical independiente rioplatense”, concluye.