Un nuevo peritaje, realizado a pedido de las defensas, intenta contradecir las conclusiones de la junta médica que dictaminó que el equipo que atendió a Diego Armando Maradona fue temerario-deficiente-ineficiente al llevarlo a un lugar inadecuado e indiferente al no prestarle atención a los síntomas que eran indicio de colapso cardíaco. La junta sostuvo que Maradona transitó 12 horas de agonía en estado inconsciente. Ahora, el perito forense Pablo Ferrari, de la Asesoría Pericial de la Corte Suprema Bonaerense, sostuvo que el crack murió tras un cuadro agónico “de corta duración”, que podría haber sido provocado por un agente externo. El especialista sugiere un consumo de drogas o alcohol. Por supuesto que la cuestión será materia de debate en el juicio que empezará el 4 de junio en un reducido ámbito en el que sólo entrarán las partes actuantes: los jueces, los fiscales, los imputados, los abogados y todos los colaboradores. Parece evidente que el Poder Judicial de San Isidro tendrá que buscar una sede alternativa porque el juicio tendrá cobertura mundial y no parece razonable que la imagen sea de un proceso en un ámbito inadecuado, pobre.

Las juezas Verónica Di Tommaso, Julieta Makintach y el juez Maximiliano Savarino dispusieron en marzo, entre las medidas de instrucción suplementaria, que se realice un peritaje médico adicional. El pedido fue hecho por las defensas de Leopoldo Luque, a cargo de Julio Ribas, y de la psiquiatra Agustina Cosachov, representada por Vadim Mischanchuk. El Tribunal pidió que se designe un cardiólogo, pero la Asesoría informó que no tiene un perito de esa especialidad, de manera que designó a Ferrari. Los fiscales ---Laura Capra, Cosme Irribarren y Patricio Ferrari, coordinados por el fiscal general John Broyard-- se opusieron, entre otras cosas porque un forense no tiene envergadura para cuestionar el trabajo de 21 profesionales de todas las especialidades, que trabajaron tres meses en la junta médica. Además, argumentaron que Ferrari no es cardiólogo como se requería y, por lo bajo, en San Isidro sugieren que Ferrari tiene antecedentes de haber dictaminado a favor de sus colegas en los litigios por mala praxis médica.

Lo concreto es que el perito trabajó tres días --viernes 26, sábado 27 y domingo 28 de abril--, en soledad, y dejó los siguientes planteos:

* ”Se trató de un cuadro agónico de corta duración, siendo estimado en minutos o a lo sumo en pocas horas”.

* ”Maradona murió por paro cardiorrespiratorio secundario a edema agudo de pulmón producido por insuficiencia ventricular aguda”.

* ”Maradona tuvo una arritmia ventricular aguda de origen orgánico o la acción externa de un elemento distinto al natural no pudiendo descartar la presencia de un tóxico ajeno a las drogas terapéuticas”.

* Ferrari recordó que “Maradona tenía antecedentes de consumo”. Es decir que especula con que el astro consumió cocaína o alcohol, o ambas cosas, lo que no apareció en los estudios toxicológicos. En línea con esta última postura, Ferrari sostiene que hubo irregularidades en el manejo de las muestras de orina.

El concepto global es que el perito abre las puertas a que fue una muerte abrupta, poco prevenible y que, por lo tanto, no se le puede adjudicar responsabilidad a los médicos. Todo, además, en potencial. Será uno de los temas fuertes del juicio.

Por ahora sigue firme el cronograma que estableció el Tribunal: las audiencias arrancan el 4 de junio a las 9.30. El cuestionamiento es que el juicio se hará en la misma sala en que se realizó el proceso del caso García Belsunce. Es un ámbito pequeño donde no entran más de 100 personas. En la audiencia preliminar, que se hizo con los magistrados, quedó evidenciado que sólo hay lugar para los protagonistas y prácticamente nadie más. Lo previsible es que se acrediten centenares de periodistas del mundo entero, por lo cual habrá que encontrar una solución adecuada, en sintonía con la importancia del caso.