Mediante un documento que lleva la firma de los Equipos Pastorales Sociales del noroeste del país, la Iglesia Católica se pronunció en oportunidad de la conmemoración del “Día internacional del Trabajador” para afirmar, entre otras cuestiones, que “el trabajo no es en primer lugar una mercancía” porque “su valor no le viene en primar de lo que cuesta sino de quien lo realiza”. Se recuerda en el mismo texto que “detrás de cada puesto de trabajo hay una persona humana con deberes y derechos y posiblemente una familia que están a su cargo”.
En el razonamiento de quienes se ocupan de temas sociales en la Iglesia Católica en el NOA, “en el centro de la economía social y humanista están las necesidades básicas de la persona y no los números” y que, por lo tanto, “en una sociedad organizada el Estado no puede desentenderse de regular para que haya una distribución equitativa de las cargas y beneficios y de que no se puede dejar todo en manos del mercado”.
El pronunciamiento se conoció el mismo día en que la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a una reforma laboral contenida en la llamada “Ley bases” respaldando de esta manera la propuesta elaborada por el oficialismo gobernante que deja de lado conquistas históricas de los trabajadores argentinos.
Los representantes de Pastoral Social afirman también que “en tiempos en que nuestra Patria transita un cambio de paradigma político y económico desde diciembre del año 2023” se invita a las autoridades nacionales y provinciales a “revisar las políticas públicas que atenten contra el mantenimiento y la seguridad del empleo genuino”. Para ello y “en aras del bien común bregamos para que el camino a seguir sea constructivo con elaboración de planes y proyectos de gobierno que generen nuevos y numerosos puestos de trabajo duraderos, bien pagos y que dignifiquen al trabajador”, dicen los representantes católicos.
En el documento se afirma que la conmemoración del “Día del Trabajador” en “las concretas circunstancias de la vida cotidiana es un día también de inquietante, preocupante y esperanzada reflexión”. Preocupante –dicen– “por la ola de despidos de trabajadores, que parece no tener fin, inquietante porque no sabemos con certeza hacia dónde nos dirigimos y cómo iremos a concluir en el aspecto laboral”. Pero esperanzada –agregan– “porque si nos damos una mano entre todos, superando los intereses mezquinos y las ideologías, podremos encontrar soluciones razonables, factibles y a largo a plazo”.
A nivel de diagnóstico, los Equipos de Pastoral Social sostienen que “la situación social es compleja y de cambios profundos donde uno de los ejes principales del ajuste económico atraviesa y afecta a la clase trabajadora de nuestro país”. En ese contexto –dicen– “nos preocupa, duele y causa inquietud los cientos de trabajadores del Estado nacional y de la actividad privada que han sido despedidos en cada una de nuestras provincias del NOA”.
Al mismo tiempo se considera “necesario recrear y que se promueva la cultura del trabajo en nuestros ámbitos del NOA como medio de realización personal y de ascenso social”. Al respecto recuerdan las palabra del Papa en su mensaje a la OIT en el año 2021, oportunidad en la que Francisco afirmó que un nuevo futuro del trabajo tiene que estar “fundado en condiciones laborales decentes y dignas, que provenga de una negociación colectiva, y que promueva el bien común", logrando, en definitiva, que el trabajo sea verdadera y esencialmente humano.
Por último, los representantes de Pastoral Social expresan su “más ferviente anhelo de que en nuestro bendito suelo argentino no falte el trabajo” y hacen llegar “una salutación fraternal a todos los trabajadores de la región NOA", y su "solidaridad con los hermanos que quedaron sin trabajo por los despidos recientes”. Solicitan a su vez “a toda la comunidad eclesial” que “además de rezar fervientemente por los trabajadores, veamos los modos en que podamos contener a los hermanos que se han quedado sin trabajo”.